"Aplicaciones para todo", ¿qué pasa cuando los nuevos dispositivos dejan de ser un cacharro para cuatro personas?

"Aplicaciones para todo", ¿qué pasa cuando los nuevos dispositivos dejan de ser un cacharro para cuatro personas?
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Si pensamos en retrospectiva, podríamos decir que el 2008 fue el año de la llegada de las aplicaciones al mundo de los dispositivos móviles gracias a la App Store y su modelo de negocio alejado al de las otras tiendas disponibles hasta el momento.

El 2009 podríamos decir que fue el año de crecimiento de las mismas, las aplicaciones se hicieron populares y la gente, sin necesidad de ser un geek, empezaba a escuchar eso “de las apps”

Y finalmente en el 2010 fue el boom, las aplicaciones llegaron a todos los usuarios, todas las compañías lazaron sus tiendas, todos los usuarios empezaron a entender el potencial de sus nuevos equipos y en definitiva las aplicaciones cruzaron la barrera que separa una buena idea de una idea que nos rodea como algo más para convertirse en algo normal para todo el mundo.

App Store, un antes y un después

Y es que no hace falta irse lejos o buscar remotos casos o ejemplos, absolutamente todas las compañías, desarrolladores, anunciantes… se han dado cuenta de que hay que tener una aplicación móvil para cualquiera de las plataformas disponibles.

Cuando tu Padre ya no te pregunta como llamar con el móvil, si no como instalar la aplicación de El País en su iPhone descubres y te das cuentas que las aplicaciones móviles son hoy por hoy el nuevo filón para una empresa, la del software, que se creía muerta hasta no hace mucho.

Aplicaciones sencillas con bajos tiempos de desarrollo y alta rentabilidad, aplicaciones que se usan como publicidad de servicios, aplicaciones que reciben dinero de los ingresos generados por publicidad, aplicaciones subvencionadas por grandes empresas… En definitiva un nuevo mercado nacido desde cero en un momento crucial.

Y es que hasta no hace mucho, este mercado, el mercado del software, se creía y veía muerto en un mundo rodeado de piratería, problemas, incompatibilidades…

Pero, ¿qué ha cambiado en estos casi tres años para conseguir tal empujón? Fácil, lo que hay que hacer con cualquier cosa cuando se pudre: limpiarla. Replantear desde cero su funcionamiento y en definitiva plantear unas nuevas bases del modelo de negocio.

Y es ahí donde tenemos que agradecer a Apple su buena y lenta estrategia sobre la App Store. Y es que siempre han existido negocios similares pero Apple supo replantear desde cero lo conocido y eso les ha convertido en el ejemplo que toda compañía quiere seguir.

Un enfoque diferente a lo que todos conocíamos, replantear la estrategia y hacerla más amigable con el usuario sin perder nunca el norte de que hablamos de un modo de ingresar dinero.

Pero, ¿a qué viene todo esto? Hace unos días días Apple llegaba a una de esas redondas cifras que tanto le gustan: diez mil millones de aplicaciones descargadas de la App Store.

Unas cifras que asustan a propios y extraños. Y es que aun teniendo en cuenta que un usuario puede descargar una aplicación más de una vez (yo mismo lo hago frecuentemente) hablamos de cifras estratosféricas que absolutamente nadie podría haber previsto hace solo esos tres años.

Una negocio sacado de la manga que simplemente reordenaba ideas que existían desde hacia tiempo pero de forma más interesante tanto para los desarrolladores como para los usuarios y desde luego sin dejar de lado a la propia empresa.

¿Es el iPhone un éxito que será recordado a largo plazo? Desde luego, pero reorganizar a toda una industria y ponerla a sus ordenes creo que tiene mucho más valor por parte de Apple que lanzar un segundo éxito como el del iPod y que poca gente recordará pasado un tiempo.

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