Una de las cosas que más echo de menos es viajar. Ahora que - esperemos - todo debería ir mejorando la perspectiva del COVID-19, volverán antiguos rituales que también forma parte de ellos. Uno de los que yo tenía prácticamente automatizados era preparar la maleta y el maletín con los gadgets tecnológicos que me acompañan. Mi actual récord mundial de cero a cinco minutos en tener la maleta de equipaje hecha no aplica para este artículo, pero os hablaré de quizás la parte más importante para los tecnólogos que nos encontramos por aquí y es el maletín de viaje con nuestros dispositivos.
Y es quizás la parte más delicada y la que más sufre con cada viaje es este maletín donde llevamos el MacBook, el iPad y el resto de nuestros compañeros tecnológicos. Es normalmente el accesorio que siempre solemos llevar con nosotros - yo no suelo facturarlos en un vuelo, por si necesito algo, por ejemplo - y eso hace que esté expuesto a todo tipo de cosas durante el trayecto. Lo arrastramos debajo del asiento del avión, el auxiliar de vuelo trata de hacer Tetris con él en el compartimento de equipajes superior, lo dejamos en el suelo de cafeterías, andenes de tren o en cualquier parte del coche.
Es por ello que hace años dejé de usar los típicos maletines de portátil, que acaban adoleciendo el paso del tiempo demasiado pronto al hacerlos sufrir tanto y estéticamente hay pocos que me gustaban. Hoy os enseñaré un maletín algo menos tech, pero de los más bonitos que he tenido la oportunidad de probar últimamente, con una calidad en los materiales exquisita y una búsqueda por esos pequeños detalles que, a la larga, harán que nuestro compañero de viaje no sólo resista cada envite - también adquiera de cierta personalidad propia.
Un diseño discreto y minimalista que sabe llamar la atención
El diseño exterior es absolutamente mínimo: no hay bolsillos ni solapas, sólo una generosísima cremallera que recorre el perímetro lateral desde un lado de la base hasta el otro, fondeada por dos cursores que nos permitirán abrir por cualquier parte cómodamente. El puente de los cursores parece grueso y bastante resistente, con tiradores rematados con el mismo material noble del maletín. Se tira muy fácilmente de ellos, sin apenas esfuerzo, gracias a los dientes amplios sobre los que se deslizan.
El material en el que está construido el maletín es cuero premium de plena flor (incorpora materias vegetales como el roble para preservarla mejor), uno de los cueros más resistentes que se pueden encontrar y que además envejece naturalmente con el paso del tiempo, dándole este carácter propio cuanto más lo usemos manteniendo su durabilidad.
El color del maletín cedido para review es el Deep Brown, un marrón oscuro - pero no tanto - con este toque clásico pero que le sienta genial a su aspecto minimalista. Hay otras dos opciones: "Tan", un marrón más clarito con aspiraciones a color camel y un color negro para quienes busquen algo aún más clásico. En mi opinión y por lo que he podido comprobar con la unidad de cesión, el color Deep Brown combina magnífico con los blancos y gris espacial típicos de los productos de Apple (por si necesitáis alguna excusa para elegirlo).
Algo imprescindible para mi y que busco en todos mis maletines es la faja trasera que permite pasar el asa de la maleta de equipaje y que la mantiene fija en el conjunto cuando nos movemos con ambas. Es esencial para no llevar peso en el hombro y que podamos llevarlo todo cómodamente.
Este modelo de Harber por supuesto tiene una de ellas, muy bien situada a la parte trasera del maletín con doble cosido y ancha para anclarla de forma estable a nuestra maleta - sea cual sea vuestro modelo. A destacar de nuevo la integración con el diseño, que prácticamente la hace pasar desapercibida si no la estamos usando.
La estrella del exterior de este diseño son sin duda los tiradores: es nuestro punto de contacto con el producto - por donde más lo cogeremos - y son increíblemente cómodos y resistentes: fabricados en una única pieza, recorren desde un lado, pasando por la base y llegan hacia el otro lado, plegándose en el asa muy bien remachada y cosida además como refuerzo.
Al usarlo la impresión es de completa durabilidad con el tiempo, cómodos en mano con un punto de rugosidad necesario para evitar el deslizamiento, pero sin molestar en caminatas más largas con él. Se abren convenientemente para poder acceder a la cremallera y no molestan en ningún momento si necesitamos algo del interior.
El maletín incluye una correa de transporte que podemos anclar, de nuevo discretísimamente, en la parte superior del pliegue de las asas. La podemos extraer si no la necesitamos, haciendo el conjunto más liviano (de hecho, viene con esta correa guardada convenientemente dentro del maletín). El material de la correa también es el mismo que el resto del producto, con anclajes resistentes y una gruesa hebilla para ajustar la longitud.
Al estar construida con el mismo material y calidad que el resto del producto se siente una correa robusta y segura en el transporte, pero la parte de descanso de la misma con nuestro hombro podría ser mejor: se limita a ser una solapa también del material del producto pero sin ninguna zona acolchada que mejore la presión.
En el día a día, y en las pruebas que he hecho en este último mes con varios viajes, aún así es cómoda y se deja llevar muy fácilmente. La longitud que hayamos marcado con las hebillas no se desliza a pesar de la presión y se siente un conjunto compacto y robusto donde guardar nuestros gadgets de tecnología aunque lo llevemos el hombro.
Me gustaría destacar algo que suele pasar desapercibido y es la increíble estabilidad de la base de este maletín. Independientemente de lo que llevemos en el interior, siempre podremos dejarlo encima de una mesa que se mantendrá erguido y estable - no necesitaremos dejarlo volcado que podría ejercer presión contra el portátil o tablet que tengamos en el lado de reposo del peso. Eso hace que el maletín sea cómodo de dejar y recoger, y que nuestros productos estén completamente a salgo de la presión en el interior.
Un interior pensado para la tecnología de hoy
El aspecto clásico del exterior no debería engañarnos: el interior está pensado teniendo en cuenta la tecnología más actual, y la modularidad que necesitamos en cada momento. Lo más llamativo a la hora de abrir el maletín son los dos grandes estuches magnéticos, construidos también con los mismos materiales y cremallera del cuerpo principal y que podemos desacoplar simplemente tirando de ellos.
Cuentan con dos pequeños imanes del tamaño de una moneda que anclan firmemente dichos bolsillos al interior, incluso aunque llevemos algo más suelto en él. En mis pruebas no se han movido ni una sola vez, y son sin duda un punto de decisión de compra importante de este maletín: nos permite jugar con lo que nos queremos llevar, pudiendo sacar los estuches fuera del maletín para llenarlos o usarlo mientras estamos en casa o en la oficina.
Parte de mi liturgia para el maletín de viaje es tener siempre a mano un estuche con los cables y adaptadores mínimos que voy a necesitar. Siempre los tengo preparados, pero esta solución magnética me permite tener el contenido siempre preparado y guardarlo en un cajón en casa para usarlo. En el momento de salir, simplemente cojo el estuche con el contenido que necesito y lo adhiero al maletín.
La posibilidades son amplias y aportan una comodidad extra, también incluso en un avión o medio de transporte que no permitirá quedarnos sólo con alguno de estos estuches y guardar el resto del maletín. Además el interior está suavemente revestido para cuidar lo que guardemos en ellos.
El resto de posibilidades de los bolsillos del interior son amplísimas. Podemos comprarlo en dos tallas: de 13" o de 16", dependiendo del dispositivo que queramos guardar en él (el producto de review es el modelo de 13"). En un lado, y con un anclaje acabado en remache para evitar su desplazamiento, podemos guardar un iPad Pro de hasta 12,9" o un tablet similar - donde además contamos con un bolsillo de lado a lado con cremallera para guardar documentos.
En el otro lado, la zona del portátil que cabe incluso con funda (probado con un MacBook Pro de 13" y un MacBook Air), con multitud de bolsillos de distintos tamaños para tarjetas, pasaporte, bolígrafos y cables que conviene tener a mano. También cuenta con dos pequeñas solapas para anclar cómodamente llaves o llaveros, para no tener que estar buscando las llaves y tener el interior ordenado (y protegiendo al resto de dispositivos de gayaduras).
Al lado de uno de estos anclajes hay un pequeño bolsillo que se puede utilizar para llevar monedas, tickets o el uso que le he dado yo: guardar un AirTag, ya que es del tamaño exacto para llevarlo ahí. Además no sobresale y queda perfectamente escondido dentro de él.
El interior se despliega completamente sobre la mesa al abrirlo ya que la cremallera recorre el perímetro desde la base, pero siempre podemos abrirlo sin desplegarlo del todo y acceder a lo que queramos cómodamente. Los estuches magnéticos permiten acceder a dicho contenido sin abrir del todo el maletín y los distintos bolsillos y anclajes hacen que el contenido no se desordene ni estropee otros dispositivos.
Un maletín clásico preparado para el día a día
La resistencia del maletín es uno de los puntos fuertes y uno de los factores clave para un producto de este tipo. Mientras la he estado utilizando, incluso con algo de lluvia en exterior, ha sido sencillo secarla y el interior ha permanecido seco. Las asas con cómodas y aunque la zona donde reposa la correa con nuestro hombro no está acolchada, la comodidad es también el punto fuerte aquí.
Al no contar con bolsillos exteriores, el maletín no es grande en apariencia pero el orden en el interior ayuda a llevar todo lo que podamos necesitar dentro de él. La modularidad de los estuches magnéticos y la diversa gama de bolsillos permitirá que podamos utilizarlo para casi cualquier cosa que necesitemos, y que podamos también adaptarlo al uso que podamos tener en el futuro.
Los detalles de esta propuesta de Harber son buscar la excelencia tanto en materiales como en construcción, con especial mimo a los detalles y una organización muy bien pensada. Su precio, 450,95€ puede parecer alto en comparación con los maletines básicos, pero la inversión en calidad se notará si viajamos o nos movemos entre casa y la oficina mucho. Por precio puede considerarse dentro de la gama media-alta de los maletines de su categoría, siempre recordando que el maletín está hecho a mano en España por artesanos expertos de la marca. Un excelente modo de volver a la oficina con nuevo estilo y preparar todos esos nuevos viajes que comenzaremos a tener pronto, de forma cómoda y con nuevo compañero de aventuras.
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