Gracias a que Apple ha adelantado sus envíos, ya puedes leer lo que inicialmente teníamos programado para mayo: nuestras primeras impresiones del nuevo Magic Keyboard de los iPad Pro. El accesorio, llamado a empujar los iPad hacia ser los ordenadores del usuario general, añade lo que muchos consideraban en el pasado algo imposible: un trackpad en la tableta de Apple.
En este caso en concreto hemos conseguido el modelo para los iPad Pro de 11 pulgadas, que tiene el desafío especial de hacer caber un teclado completo en el espacio pequeño que da la diagonal de esta tableta. Nuestro análisis completo tardará más en llegar, pero veamos de momento cuales son nuestras sensaciones después de unas horas trabajando con él. Sí: este artículo está completamente redactado, maquetado y publicado desde un iPad Pro con Magic Keyboard.
El empujón que el iPad necesitaba para ser visto como un ordenador
Lo cierto es que llevaba tiempo esperando este momento. Mi intención era la de poder reemplazar tanto mi iPad Pro de 2015 como mi MacBook Pro de 2014 por un sólo dispositivo que pueda cubrir todas mis necesidades, tanto de ocio e informática personal como las profesionales para redactar artículos. Me conformaba (un poco a regañadientes) con el Smart Keyboard, pero el nuevo teclado del Magic Keyboard junto con la adición del trackpad me convencieron instantáneamente.
Lo primero que notas cuando empiezas a utilizar este Magic Keyboard es el peso. Incluso en el caso del teclado para el iPad Pro de 11 pulgadas, estamos hablando de una 'funda-teclado-trackpad' que pesa 600 gramos. Hay que decir que no es poco, y que añadido al peso de la propia tableta acabamos con un dispositivo de once pulgadas que pesa más de 1 Kg según las primeras mediciones que circulan por las redes. El grosor también aumenta como puedes ver en las siguientes imágenes, pero se entiende perfectamente: añadimos un teclado retroiluminado y un trackpad al iPad Pro.
Además, la portabilidad compensa. Un dispositivo de once pulgadas que ya incluye teclado y trackpad implica poder llevarlo en mochilas y bolsas más pequeñas y cómodas. Además, hay algo que considero más importante: la facilidad con la que puedes sacar el iPad del Magic Keyboard. Mientras con otras fundas de terceros el proceso implica tirar de gomas y hacer fuerza, con el Magic Keyboard sólo tienes que coger el iPad y llevártelo en la mano. Y eso es clave, porque significa que puedes dejar el Magic Keyboard atrás cuando necesites llevarte el iPad a lugares donde no lo necesites.
Eso es posible gracias al sistema de imanes que comparten el iPad y el Magic Keyboard, que hacen que ambos objetos se acoplen sin esfuerzo y firmemente. El iPad no “baila” incluso si lo sacudo ligeramente, e incluso escribir con el susodicho encima de mis piernas es cómodo. Además, los ángulos de inclinación que se ofrecen son justo los necesarios. Puede que en el de más inclinación los que tengáis manos más grandes la tableta os estorbe al escribir los números, ya que el espacio para colocar los dedos queda algo limitado, pero al menos en mi caso ha sido cosa de acostumbrarme.
Respecto al teclado en general, la sensación es muy muy parecida a la de un Magic Keyboard convencional. El travelling es correcto, y la disposición de las teclas hace que no haya problemas con sus dimensiones. Algunas de ellas son más delgadas (los acentos y algunos símbolos), pero no es grave: con el tiempo terminas acostumbrándote. Al ser de color negro, también se agradece mucho que esté retroiluminado.
Algo que me ha sorprendido muy para bien es lo preparado que ya está iPadOS para este Magic Keyboard. Inconscientemente, por puro hábito, he usado algunos atajos de teclado que normalmente uso en mi iMac (CMD + , para abrir los ajustes de una aplicación, CMD + H para ocultar una aplicación lo cual me devuelve a la pantalla principal del iPad) y han funcionado como si nada. Por otra parte, hay algunas teclas que echo de menos: la tecla ESC i la tecla FN, por ejemplo. Acostumbrarme a su ausencia puede ser lo que más me cueste.
¿Y el trackpad? Pues es más pequeño que el de los MacBook (no se puede esperar algo más grande con el poco espacio del que se dispone), pero es perfectamente válido para poder trabajar con iPadOS. El nuevo cursor del sistema es perfecto, y el tacto del propio trackpad es lo que esperas de Apple: suave pero firme. Esta vez no tenemos un trackpad táptico: el click es mecánico pero se puede hacer sin esfuerzo desde cualquier parte de la superficie.
Otra cosa que también agradezco del Magic Keyboard es que añade otro puerto USB-C de carga, dejando el del iPad para poder conectar otros dispositivos como unidades de almacenamiento externas. Este puerto, por cierto, sólo parece aceptar la carga rápida de 18W que ya viene incluida con el iPad. Lo más probable es que no os funcione con los adaptadores de 5W.
De momento, y con sólo unas horas de prueba, este Magic Keyboard consigue lo que buscaba: que instantáneamente pase a mirar mi iPad como otro ordenador. La calidad del teclado es excelente, el trackpad es suficiente como para que incluso dejemos los ratones en casa y simplifiquemos equipaje... No es una simple funda más, es la unión de una funda cómoda, un Magic Keyboard y un trackpad decente. Pronto os ofreceremos el análisis completo.
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