Así hemos pasado del Mac mini para switchers al Mac mini para Pros

Así hemos pasado del Mac mini para switchers al Mac mini para Pros

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Así hemos pasado del Mac mini para switchers al Mac mini para Pros

Mac mini. 4 años han pasado desde su última actualización. Y ahora, por fin, ya se ha actualizado cuando muchos lo daban por perdido. A pesar que tanto Phil Schiller como Tim Cook habían comentado en alguna ocasión que el Mac mini seguía estando en los planes de Apple y que era una máquina importante para ellos. Pero el equipo que vimos presentado el pasado día 30 no es la máquina que conocíamos. Es una evolución. Es un paso adelante y un cambio de gama y sector de usuario.

Mac mini, el gama entrada en sector consumo

Ese era el objetivo del Mac mini cuando fue presentado en 2005 por Steve Jobs, en la época pre-Intel. Vestía un procesador G4 y tenía dos versiones a 1,25Ghz y a 1,4Ghz. Costaba $799 sin impuestos. Si lo analizamos desde el año 2010 al 2014, último año en que recibió actualización, el Mac mini siempre ha tenido un hardware de gama consumo e incluso ha sido usado como HTPC por muchos en aquella primera época de ordenadores que servían como reproductor de películas (como Home Theatre Personal Computer).

El primer Mac mini
Steve Jobs presentando en 2005 el primer modelo de Mac mini, aún con procesador PowerPC: un G4.

Y su precio nunca ha superado los $1.000 en los modelos base, ni siquiera cuando ha habido más de uno. Por dar ejemplos concretos de sus últimas actualizaciones, en 2010 su precio de lanzamiento era de $699 y su hardware era similar a los MacBook blancos de gama consumo, aunque había un modelo enfocado a ser servidor (llamado específicamente Mac mini Server) que se iba a los $999. Al año siguiente el precio de entrada bajó: $599 el modelo más bajo, $799 el siguiente y $999 el modelo Server. Repetiría precios en 2012 y en su última versión hasta el pasado día 30, versión de finales de 2014, bajó aún más su precio en los modelos de entrada costando $499 (en España menos de 600€). El siguiente modelo $699 y luego el modelo destinado a Server (aunque ya no se clasificaba como tal) por $999. Y eso ha sido hasta el pasado día 30, insistimos.

Por lo tanto lo que vemos claramente es que a nivel de precio y componentes, el Mac mini ha sido siempre un entrada a gama de Apple. Ha sido el ordenador más barato de la compañía que servía como excusa para que cualquier usuario sin objetivo profesional pudiera entrar en el ecosistema Apple a través de OS X. El Mac switcher por excelencia. Y siempre con configuraciones parecidas a los portátiles de gama consumo de la compañía, ya fuera el MacBook o el MacBook Air.

El Mac mini, hasta ahora, ha sido un ordenador de gama consumo que nunca ha superado los $999 en sus modelos base de venta (sin incluir ampliaciones a demanda). Pero eso ha cambiado radicalmente este 2018.

Pero eso ha pasado, ahora ya no estamos ahí. El Mac mini como lo conocíamos ha muerto y en su cambio de color a gris espacial (único color en que se puede conseguir hoy día) tenemos la prueba que Apple ha cambiado el target de usuario al que va destinado el equipo. El Mac mini ya no es nunca más un ordenador de entrada a gama y menos del sector consumo. Sigue siendo el más barato, pero con una sustancial subida desde el modelo base de hace 4 años. Porque ahora el Mac mini es un ordenador de la gama Pro (aunque Apple no le haya puesto dicho apellido). Y además, y esto es muy importante, el Mac mini ha dejado de usar procesadores de gama portátil, como ha hecho hasta ahora, incluso en los modelos llamados servers. Los nuevos i3, i5 o i7 que vienen en el nuevo Mac mini son gama escritorio, gama desktop, y esto es un cambio importante de filosofía por parte de Apple.

El pequeño que se hizo grande

Uno de los principales focos de frustración con respecto al nuevo Mac mini tras su presentación el pasado día 30 es precisamente este: no haber entendido que este nuevo equipo ya no es lo que era y que Apple lo ha redefinido para dar servicio al mercado profesional. Ya lo avisó Mark Gurman hace unos meses. El nuevo Mac mini ahora va dirigido a un tipo de usuario profesional creativo que busca un ordenador al que ponerle su propio monitor (o monitores), con una gran cantidad de puertos de conexión y con unos discos de velocidad profesional. Y es que este pequeño lleva el mismo SSD NVMe M.2 PCIe que ya usan los nuevos MacBook Pro de 2018 o incluso el iMac Pro. Con velocidades de lectura y escritura superiores a 3GB/s.

Según mi punto de vista, no podemos caer en el error de pensar que este nuevo mini tiene un precio excesivo comparándolo con generaciones anteriores, porque ya no podemos. Al ofrecernos una máquina de otro sector y con componentes de mayor calidad, obviamente, el precio sube.

Además de otro gran cambio que he comentado en algunas ocasiones por redes sociales o en los podcasts de Apple Coding: Apple no fabrica ordenadores con CPUs de gama escritorio. El Mac mini, que se considera producto de sector vertical escritorio, usa CPUs de gama portátil. Algún otro componente del equipo puede ser de gama escritorio, pero las CPUs siempre han sido gama mobile en el mini. Y este año eso ha cambiado también con el nuevo Mac mini. Algo bastante sorprendente y que ayuda a que el nuevo equipo tenga un mejor rendimiento y sea un equipo más potente y enfocado.

Nuevo Mac mini 2018

Tomemos como inicio su modelo base i3 de cuatro núcleos. Como podemos entender, un Core i3 es gama baja. Pero cuando hablamos de un i3 de gama escritorio diseñado para estar enchufado a la corriente todo el día, sin dejar de ser gama baja estamos hablando de una buena CPU. De hecho, si comparamos el nuevo modelo con la gama de precio medio de la última generación, tenemos que el i3 es muy superior a este. Por lo tanto el rendimiento de este i3 no podemos tomarlo a la ligera. Hablamos de un i3 con cuatro núcleos que es el Intel Core i3 8100, con 4 núcleos y 4 hilos a 3,6Ghz, 6MB de caché y un TDP de 65W. Tenéis aquí la hoja de especificaciones. Con una puntuación en Geekbench de 4.377 en proceso de núcleo simple y 12.534 en núcleo múltiple. Para el equipo que cuesta 899€. El que valía 799€ en 2014, contaba con un i5 de doble núcleo y cuatro hilos a 2,6Ghz que marca una puntuación de 3.583 en núcleo simple y 6.813 en múltiple. Ese de 2014 es el equipo que uso yo ahora para trabajar y me va estupendamente.

El modelo más básico de i3 del nuevo Mac mini supera en mucho el rendimiento del último modelo de 2014 de gama media (el i5 a 2,6Ghz). Pero en ocasiones tendemos a menospreciar nuevas CPUs o componentes que nos parecen peores sin pensar que aun en el modelo de gama más baja de menos de 1.000€, la mejora de rendimiento que vamos a conseguir respecto a la última generación es sustancialmente superior, a un precio similar y con características y velocidades más avanzadas.

Si avanzamos al modelo siguiente que ya supera los 1.000€, estamos hablando de un Core i5 8500 Coffee Lake con 6 núcleos y 6 hilos, sin multihilo. Con 9MB de caché. Tanto este i5 como el i3 tienen una característica que tienen muchos Coffee Lake de gama escritorio este año: que tiene los mismos hilos para proceso que núcleos. Por lo tanto no soportan la tecnología Hyper-Threading de Intel que permite más de un subproceso por núcleo físico en la CPU. El modelo i7 que podemos ampliar como opción más alta sí, pero el i3 y el i5 de ambos modelos base no.

Este i5 consigue una puntuación de 4.828 en núcleo simple y de 18.237 en múltiple. Mientras, la opción de ampliación a un i7 es un procesador modelo 8700 Coffee Lake con 12MB de caché y que esta vez sí tiene no solo 6 núcleos, dispone de Hyper-Threading y por lo tanto llega hasta 12 hilos consiguiendo una puntuación de 5.303 en núcleo simple y 23.006 en múltiple. A título de referencia, el Core i5 de los MacBook Pro de esta generación, el modelo de 15", da un rendimiento de 5.053 en simple y 21.357 en múltiple, así que podemos ver cómo esta última CPU es bastante potente mientras que el i5, por ejemplo, es bastante competente acercándose mucho a estos últimos mencionados.

5 Mac minis apilados

De hecho, si nos ceñimos a las pruebas de Geekbench (donde nos falta la mitad de la información para una valoración correcta, pero nos permite hacernos una idea aproximada de por dónde se mueve la potencia de los equipos) el i5 del año pasado (de 2017) en los MacBook Pro, se situaría en el centro del i3 y el i5, siendo superado por el i5 de los nuevos Mac mini. Así que no estamos hablando de CPUs lentas o de poco rendimiento. Son CPUs con rendimiento profesional y para nada de un sector consumo.

Los problemas: Intel UHD, 128GB y 8GB de RAM

Hay voces que claman que el procesador integrado Intel UHD 630 (el mismo que usan los MacBook Pro de 15" de este año) es un lastre para el equipo. Que tenemos una buena potencia pero gráficamente las opciones no acompañan y que Apple en cierta forma intenta que los usuarios que quieran mayor potencia gráfica usen una eGPU como las de Blackmagic. Y aquí caben dos posibles reflexiones.

La primera: ¿está mal que Apple quiera que gastes más en comprar una eGPU si vas a usar gráficos de alto rendimiento? Ya lo hace con los MacBook Pro de 15" donde hay que pagar una importante cantidad de más por conseguir usar los gráficos dedicados de ATI. Por lo tanto, por un lado, no hay nada de malo si tenemos un equipo de menos de 1.300€ en pensar que la inversión de una eGPU podría ser interesante si vamos a sacarle provecho. En el sector profesional son dilemas que ni se plantean, solo se invierte para encontrar la solución buscada.

A veces sería positivo pararse a pensar en nuestra situación actual, qué nos sirve hoy día para trabajar y entender que los nuevos modelos son una sustancial mejora de lo que ya usamos en todos los aspectos. Y analizar las cosas desde un punto de vista práctico y no del deseo irrefrenable de querer tener siempre lo más potente y lo que tiene más capacidad. Siempre que el precio y presupuesto nos encaje, claro.

Pero la otra reflexión es más sencilla: ¿qué potencia gráfica necesitas? ¿realmente tener un procesador gráfico mucho más potente va a suponer una diferencia sustancial para tu trabajo? No vamos a entrar en si por el precio cobrado Apple debería incluir una GPU dedicada. Esa es una batalla dialéctica perdida en la que no pretendo convencer a nadie porque es imposible convencer. Yo doy los argumentos empíricos: Apple no incluye gráficas dedicadas más que en equipos de más alta gama como los iMac de 27" o los MacBook Pro de 15". Y otro dato empírico: estamos de acuerdo que una Intel UHD 630 no es la gráfica recomendada para jugar a Fortnite, pero es una gráfica capaz de trabajar con 3 monitores simultáneos en 4K a 60Hz sin problema. Muy mala no debe ser. Es un 60% más rápida que la del modelo anterior, según Apple. Por lo tanto la pregunta debería ser esa: ¿qué potencia gráfica necesito? Puede que veamos que la UHD 630 es suficiente, más de lo que pensamos.

Esta misma respuesta deberíamos darla con la memoria RAM, la cual también es muy criticada por el hecho que la opción base sea 8GB. 8GB es muy poco dicen muchos. En mi experiencia eso no es cierto. Al menos en Mac. De nuevo no voy a entrar en el debate perdido de "por lo que Apple cobra, debería poner más RAM". Yo creo que por lo que Apple cobra pone la RAM que tiene que poner, que no es una cualquiera comprada en Amazon.

Insisto, no pretendo que estén de acuerdo conmigo, solo expreso mi opinión. Pero piensen algo: sabemos que Apple cobra la memoria a precio de oro y no soy ni el primero ni el último que considera que no debería ser así. Que no cuesta 240€ poner 8GB más de RAM (aunque sí cuesta en Amazon unos 150€-160€, dos SO DIMM de 8GB del tipo que usa este equipo, para ponerle 16). Pero al igual que sé eso, también sé que Apple prueba las memorias que usa a prueba de errores y que en pruebas de estrés aguanten bien y no fallen. Eso daría para otro artículo aparte hablar de la degradación de las memorias baratas y cómo hacen más lento un ordenador sin que nos demos cuenta con su uso y la mencionada degradación de la misma.

Mac mini 2018

Y por último: 128GB. Otra gran queja. Sí, es cierto. 128GB es poco. Pero ojo, según yo lo veo lo estoy valorando bajo mi prisma y mi experiencia. A mi 128GB me quedan cortos. Incluso 256GB. Incluso 512GB. Hoy trabajo con 750GB en SSD y necesito conectar discos duros externos y tengo un servidor de almacenamiento externo para trabajo con 14TB de espacio en RAID híbrido de Synology. Pero mi caso es diferente. No es el de la mayoría. Y aún así fíjense que la mayoría de mi almacenamiento está fuera del equipo. Por lo tanto, puede que haya gente que con 128GB tenga suficiente. Es cuestión de necesidades reales. ¿Debería haber puesto más capacidad Apple en el modelo base? Por mi sí, pero es el SSD más potente y rápido del mercado: no es tan barato como podemos pensar. Y Apple es una empresa: trabaja para ganar dinero, obviamente. Como Google, Facebook, Microsoft o cualquier otra empresa del mundo. Y si no nos gusta lo que ofrecen, ahí está el mercado para elegir otras cosas.

Mac mini 2018, 5x más rápido, 60% gráficos más rápidos, hasta 6 núcleos y hasta 4,6Ghz en Turbo Boost.
Mac mini 2018, 5x más rápido, 60% gráficos más rápidos, hasta 6 núcleos y hasta 4,6Ghz en Turbo Boost.

Voy a tratar de responder a todos estos temas analizando cuál es el usuario objetivo de este equipo: el artista profesional o semi-profesional, así como los desarrolladores.

Objetivo, artistas y desarrolladores

Un desarrollador no necesita potencia gráfica. Necesita potencia de proceso. Necesita velocidad de disco. De hecho, muchos de los profesionales creativos que pueden rodearse alrededor del Mac mini con la Intel UHD 630 tienen más que suficiente. ¿Estoy justificando a Apple y su decisión? No, estoy siendo empírico. Y para eso les cuento mi propia experiencia. Un uso que sé que es superior en exigencia a la máquina que la media. Y si pensara que la máquina con esa GPU no lo vale, pues no lo compro y busca otra cosa.

Yo hoy día desarrollo. Uso Xcode para apps, Android Studio también para sus correspondientes apps, uso Unity para desarrollar videojuegos 3D para móviles y por lo tanto Visual Studio, hago desarrollos de lado servidor con Swift y eso me obliga a tener instalada una instancia local de PostgreSQL, tengo montado el motor de Docker, en ocasiones monto máquinas virtuales Linux para usar Swift, para montar servidores, instancias de Docker de MySQL o de Ubuntu... además mi equipo sirve para editar vídeo en Full HD (1080p) para televisión (publicidad), realizo los podcasts Apple Coding y Daily... y tengo un Mac mini 2014 de doble núcleo a 2,6Ghz con 8GB de RAM y un disco SSD Crucial de 550MB/s. ¿Quiero más máquina? Hombre, claro. Todos queremos tener una máquina mejor. ¿La necesito? No, en el 95% de las ocasiones.

En mi último proyecto donde debía usar Xcode y Unity abiertos a la vez (que por cierto, el editor de Unity funciona sobre Metal gracias a la compatibilidad de la gráfica integrada Intel), mientras tenía instancias de bases de datos, me dejé una instancia de prueba de Linux virtualizada, estaba abierto también Visual Studio y tuve que abrir esporádicamente otros software como Affinity Designer, un servidor pgAdmin 4 para consultar la base de datos y también DB Browser for SQLite para ver otra base de datos para el juego en Unity. Pues bueno... se notaba que la estaba poniendo al límite. Pero podía seguir trabajando y la mayor repercusión era que la generación del proyecto en Unity tardaba unos segundos de más de lo habitual.

¿Quiere decir que este máquina sirve para cualquiera? No. Estoy seguro que se os ocurrirán muchos escenarios donde esta máquina podría venirse abajo. Los factores contra los que lucha son disco, CPU, memoria, gráfica... todo tiene un límite, obviamente. Pero si yo no encuentro ese límite, un Mac mini de 2018 con 8GB solo me puede dar más aire y mejores tiempos. Pero ciertamente al nivel que estoy ahora, mis tiempos van a mejorar en segundos. Si ahora tardo 5 minutos en generar un episodio de casi 2 horas del podcast, o poco más de lo que dura un vídeo para TV en renderizarlo, con el nuevo equipo iría más rápido. Genial.

Lo intangible

Por último, hablemos de lo intangible. Lo que para mi es el T2 y la computación heterogénea. Eso que hace que un A12x Bionic de los nuevos iPad Pro no sea una CPU: sea un conjunto de componentes que trabajan juntos para conseguir una velocidad. Por eso medir el rendimiento de un equipo por Geekbench nos cuenta solo parte de la historia.

T2

Otro día le dedicaré un artículo al T2 en exclusiva, pero este procesador permite a la CPU del equipo dejar de trabajar con un disco cifrado. APFS, el sistema de archivos de Apple, está cifrado por defecto. Y el cifrado es uno de los procesos que más enlentece el trabajo con disco y además carga a la CPU. Sin embargo, dándole ese trabajo al T2 la CPU no se carga de esa tarea y el disco funciona a la misma velocidad que tendría si no estuviera cifrado. A eso le añadimos la gestión de los puertos de comunicación, del chip de sonido y puertos de periféricos, incluso el chip de ayuda a la codificación de vídeo en formato HEVC. Un número significativo de ayudas que hacen, de forma empírica, que un PC con esta misma CPU fuera más lenta en muchos procesos genéricos al no disponer de un chip con núcleos especializados.

El futuro de la informática para por dejar de centralizar todo el trabajo en la CPU en sí y dividirlo cada vez más en diferentes pequeños componentes como sucede en los chips Bionic de Apple.

En conclusión, no podemos medir la potencia de un equipo exclusivamente de la CPU o incluso de la propia GPU. Por poco especializada que pueda parecer la Intel UHD 630, si codifico un vídeo HEVC es probable que vaya incluso más rápido que en equipos con CPUs más potentes. Porque uso componentes específicos para tareas específicas. Y este es el futuro de la informática: dejar de centralizar todo el trabajo en la CPU en sí y dividirlo cada vez más en diferentes pequeños componentes como sucede en los chips Bionic de Apple. Así que si sobre el papel los nuevos mini son muy potentes, el T2 no hace más que mejorar de manera intangible aún más el rendimiento y eficiencia.

Conclusiones

Si al comenzar a leer el artículo no estabas convencido que el nuevo Mac mini es un buen equipo tras ver especificaciones y precio, existe una alta probabilidad que no haya conseguido convencerte. La reafirmación en tu creencia no ha sido satisfecha. Pero al menos espero que ahora con más información en la mano, veas las cosas más equilibradas. Si he conseguido convencerte que para entender el nuevo Mac mini hay que alejarse un poco de él y verlo en perspectiva, me doy por satisfecho.

Puede que sigas pensado que el Mac mini es demasiado caro o no te haya gustado que Apple haya cambiado el sector de la máquina. O tal vez sí. A mí, personalmente, como profesional me encanta esa decisión. Apple ha pensado en gente como yo al hacer este equipo y estoy deseando probarlo. Y me parece que para lo que ofrece tiene un precio inmejorable. Es mi opinión. Intentaré en la medida de lo posible poner mis manos sobre él cuando podamos probarlo en Applesfera y si lo consigo, creedme que haré una review como se merece: midiendo rendimientos reales en apps de uso profesional y exprimiéndolo al máximo, sobre todo, de todo lo que tiene que ver con el desarrollo. Este artículo pretende ser una aproximación a las características que ofrece y entenderlas en un contexto sosegado y rozonado.

Es un buen año para ser desarrollador o profesional creativo porque Apple ha hecho una máquina pensando en nosotros a un precio muy asequible y con características top.

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