MacBook Pro 14" (2021), análisis: Potencia a todos los niveles

MacBook Pro 14" (2021), análisis: Potencia a todos los niveles

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Los MacBook Pro de 2021 han llegado para marcar un antes y un después en la familia Mac. Son muchos los puntos en los que estos ordenadores representan una verdadera revolución: pantalla, chips, diseño, puertos… son varias piezas de un todo que, visto de forma global, hace de estos los mejores Mac hasta la fecha.

En Applesfera ya hemos analizado el MacBook Pro de 16 pulgadas, también os hemos hablado de los procesadores M1 Pro y M1 Max en todo detalle. Ahora, pues, es el turno de hablar de los más pequeños de la familia, el MacBook Pro de 14 pulgadas.

De vuelta a mi primer Mac, de vuelta a la potencia

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Recuerdo claramente el sentimiento que tuve al abrir la caja de mi primer MacBook Pro de 15 pulgadas hace algo más de 10 años. Estaba próximo a iniciar la carrera de arquitectura y, visto lo que iba a tener que hacer con mi ordenador, decidí hacerme con un Mac. La sensación al sacar aquella impresionante máquina de la caja era la de estar delante de algo industrial, muy potente, de un ordenador capaz de arreglárselas con todo lo que le echara.

Tras este primer MacBook Pro, renové ordenador en 2016. De nuevo, por mi preferencia por lo portátil, la elección fue un MacBook Pro de 15 pulgadas, el modelo con TouchBar. Ahora, en retrospectiva, recuerdo que la primera impresión sobre ese Mac se centró casi exclusivamente en el diseño. Aprecié mucho la simplicidad de los puertos, la desaparición de la unidad de CDs, la ligereza, la delgadez.

Un diseño que transmite la potencia de esta máquina desde el primer momento.

Cuando hace poco más de una semana estrené el MacBook Pro de 14", volví a tener una sensación similar a la que viví al estrenar mi primer Mac, una sensación que no viví durante la keynote de su presentación: estaba delante de una máquina muy, muy capaz.

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Algo en su diseño, más cuadrado, más industrial, menos "de diseño" y más "práctico" me lleva a que sienta que estoy sentado delante de un teclado y pantalla conectado a una enorme maquinaria, a un superordenador, un Mac del que nunca me voy a terminar la potencia. Incluso su mismo peso refuerza el sentimiento de que estamos ante algo que hace tiempo no veíamos en la gama portátil de Apple.

Hola nuevo teclado, adiós TouchBar

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Una vez abrimos el ordenador, lo primero que salta a la vista es la impresionante nueva pantalla y el acabado del teclado. De la pantalla hablaremos en unos párrafos, del teclado solo puedo decir que no sabía que quería volver al teclado de tijera hasta que he vuelto a él. Para mí es mucho más cómodo, no es solo que teclee más rápido, ni de forma más silenciosa, es que el tacto de apretar la tecla es más completo, más natural.

Siempre me ha encantado la TouchBar de mi antiguo Mac. La he usado día a día desde que lo encendí por primera vez, y no solo para subir el volumen. En este sentido no estaba muy convencido de tener que abandonarla. Ahora sí. El tacto de presionar un botón, de saber que has dado la orden al Mac sin tener que mirar el teclado, es algo a tener en cuenta. Para mí, sin embargo, la mayor diferencia está en que ahora tengo todas las teclas de función disponibles, yendo más allá de las cuatro que estaban siempre visibles en la TouchBar.

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En cuanto al teclado, hay que hablar del acabado en color negro en la zona de las mismas teclas. Si bien en las fotos esta puede llamar bastante la atención, he de decir que en persona se ve de lo más natural. Al final, las teclas destacan más por su letra o número, especialmente si están retroiluminadas, que por su contorno. Un enfoque que ayuda a concentrar la vista si miramos el teclado en algún momento y le da uniformidad a toda la parte superior del ordenador.

Oh, la pantalla: mini-LED en todo su esplendor

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La pantalla de este nuevo MacBook Pro de 14 pulgadas es impresionante. Gracias a la tecnología de retroiluminación por mini-LED, el contraste alcanza, por primera vez en un Mac, negros reales. Y este no es un cambio en el que solo nos vayamos a fijar mientras vemos un episodio de Fundación, es algo que apreciamos en el día a día.

Junto a este gran contraste hay que hablar del brillo. Es algo que demasiadas veces podemos pasar por alto, pero no en este portátil. La pantalla Liquid Retina XDR alcanza hasta 1.000 nits de brillo sostenido (a pantalla completa) y 1.600 nits de brillo máximo. Unos valores impresionantes que, puestos en contexto, representan que en una habitación bien iluminada el sensor ambiental solo tendrá que poner el brillo a la mitad para que podamos trabajar de forma más que cómoda.

Brillo suficiente para trabajar en edición de vídeo, de fotografía sin perderse ni un detalle.

De ello se desprenden, a su vez, dos hechos importantes. Por una parte, el consumo de la pantalla es notablemente menor que en ordenadores con pantallas tradicionales y, por la otra, está el saber que, a pleno sol, la pantalla se ve maravillosamente.

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En cuanto al notch, que ha causado opiniones encontradas, tengo que decir, tras casi dos semanas de uso, que acostumbrarse a él es cosa de unos días. Tras la novedad inicial, como comenté recientemente, la atención se centra en el hecho de que la pantalla llegue a los extremos físicos del Mac y en que los bordes son prácticamente inexistentes. Una hazaña que nos permite disfrutar de una pulgada extra de pantalla sin aumentar el tamaño físico del ordenador.

Y qué bien suena: graves potentes sin ninguna distorsión

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El MacBook Pro de 14 pulgadas, igual que su hermano mayor, cuenta con un sistema de seis altavoces: dos tweeters, dos altavoces de gran diámetro y dos altavoces de cancelación de fuerza. Gracias a esta combinación, los sonidos más agudos tienen una definición clara y precisa. Al mismo tiempo, los graves son mucho más profundos, con más resonancia y, gracias a la cancelación de fuerza, el sonido fluye sin ninguna distorsión, ni siquiera a máximo volumen.

Personalmente me llamó la atención el hecho de que la vibración del mismo Mac durante la reproducción de música es mínima. No es cero, por supuesto, pero es mucho menor que en otros modelos. Puede parecer solo un detalle, pero, además de ser una muestra del buen trabajo de ingeniería detrás de este equipo de sonido, hace más cómodo teclear en el ordenador mientras escuchamos música.

Un sistema de sonido de calidad de estudio, tanto en altavoces como en el sistema de micrófonos.

Cierto es que la caja de resonancia del modelo de 14 pulgadas es, por el mismo tamaño físico del ordenador, algo menor que en el modelo de 16. También es verdad que en ambos es menor que en el iMac M1, pero hay algo en como el chip procesa la señal de sonido que hace que apenas haya notado ninguna diferencia entre el sonido emitido por el modelo de 16 y de 14 pulgadas.

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En cuanto al sonido, tenemos que hablar también de los micrófonos. Un conjunto de tres micrófonos con calidad de estudio y una alta relación señal/ruido que, gracias a la tecnología beamforming direccional, son capaces de filtrar la voz por encima de otros sonidos y ruidos.

Potencia sin compromisos: ventilación activa, pero como si no estuviera allí

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Además del factor estético, uno de los puntos clave que nos llevará a apreciar el diseño de los nuevos MacBook Pro es la disipación de calor. Gracias al mayor tamaño y a un sistema de refrigeración rediseñado, estos ordenadores pueden tolerar una mayor temperatura en el chip sin poner en riesgo su integridad. Esto se traduce en un mayor rendimiento sostenido en el tiempo.

La impresión que deja este Mac, sin embargo, es la de carecer por completo de ventiladores. No ha sido hasta que he tirado de comandos del terminal para encender los ventiladores específicamente que he conseguido oírlos. Nada, ninguna prueba, ha hecho que el ordenador sintiera la necesidad de abanicarse un poco.

¿Ventiladores? ¿Qué ventiladores? La magia de un buen diseño termal.

En mis pruebas he usado varias apps de conversión de vídeo para codificar archivos de vídeo de hasta 9GB en H.265 a máxima calidad, he ejecutado juegos y apps exigentes, he procesado panoramas con hasta 47 fotos en Affinity Photo y no he oído los ventiladores.

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El sistema respondía con gran agilidad, todo se movía de forma fluida, como si no estuviera haciendo nada. Y ¿sabéis qué? Es que no estaba haciendo nada, por lo menos la CPU principal. La codificación de vídeo, como muchas otras tareas, por ejemplo, la lleva a cabo un componente especifico dentro del SoC del M1 Pro. Mientras, el ordenador está totalmente libre para atender otras tareas.

Batería, más batería y aún más batería: una jornada laboral sin cargador

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Recibí el MacBook Pro de 14 pulgadas alrededor de las 11 de la mañana de un martes. Lo configuré, lo probé, lo volví a probar. Instalé toda clase de aplicaciones, ejecuté tests de rendimiento, reproduje vídeos, escribí artículos, navegué por internet, reproduje música a todo volumen y la batería, a las once de la noche, estaba al 43%. Y no solo eso, es que el Mac no llegó cargado al 100%.

Decidido a probar la duración de la batería, cargué por completo el ordenador e inicié la jornada a las siete de la mañana. A las 21:00 el ordenador estaba al 32%. Las mediciones pueden fluctuar en base al uso que demos al ordenador, está claro, pero para una jornada de una duración media casi siempre podremos olvidarnos del cargador.

Toda una jornada de trabajo sin acordarnos del cargador.

Y si necesitamos cargar el Mac, podremos hacerlo de la forma más veloz posible. Siempre que contemos con un cargador de 96 W y usemos MagSafe, el Mac llenará la mitad de su batería en solo media hora, algo que he podido comprobar de forma experimental y que da la tranquilidad de que, en solo media hora, puedes estar listo para casi toda la jornada de trabajo.

En definitiva: un Mac para los profesionales

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Está claro que Apple ha sabido centrarse en el sector profesional con este Mac. Un Mac que va mucho más allá de gestos, como recuperar el puerto HDMI, el lector de tarjetas SD o el conector MagSafe. Un Mac que hace sus concesiones en el diseño para volverse mucho más capaz, versátil, potente y prácticamente redefinir lo que pensábamos que era capaz de hacer un ordenador portátil.

Un Mac que destila potencia en todos los detalles. Diseñado en torno a esta misma potencia. Diseñado partiendo de lo que los procesadores Apple silicon son capaces de hacer y adaptando sus características para, en definitiva, ofrecer un producto redondo.

Un Mac en el que solo podíamos soñar hace unos años. Un Mac que, sin despeinarse, puede dejar atrás a ordenadores profesionales como el Mac Pro en muchas tareas. Un Mac del que, lo tengo claro: nos ofrece potencia a todos los niveles.

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