Pangea Software, o aquél tiempo en el que Apple incluía juegos en sus Mac

Nanosaur Mac
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Hoy en día, cuando estrenas un Mac y echas un vistazo a las aplicaciones preinstaladas que vienen con macOS, sólo encuentras un juego: el ajedrez. Eso no siempre ha sido así. Hace dos décadas los Mac venían con más juegos nada más sacarlos de la caja, ofreciendo cierta experiencia de entretenimiento extra.

Desembalar, encender y jugar

Si tienes la edad suficiente como para acordarte, los iMac de los años 2000 venían con juegos como Bugdom (que puedes ver en el vídeo superior), Cro-Mag Rally o Nanosaur, desarrollados por Pangea Software. Para la época eran juegos que no destacaban por su calidad gráfica, pero sí que lo hacían por su rendimiento y jugabilidad. Apple demostraba que los Mac de esa época eran máquinas perfectas para jugar si los desarrolladores adaptaban sus títulos a la plataforma.

Los juegos eran más bien casuales, de aventuras en 3D pero sin una gran trama. Tanto Bugdom como Nanosaur tuvieron sus propias secuelas, pero aunque éstas presentasen mejoras fueron los últimos juegos que Apple preinstaló en los Mac antes de desistir en el esfuerzo y quedarse sólo con Ajedrez. La transición a Intel fue el paso que hizo a Apple tomar esta decisión.

Y aunque Pangea fuera una compañía que trabajaba exclusivamente para Apple, ahora ha terminado envejeciendo tras un intento de vender sus juegos en la App Store para el iPhone y el iPad. Su web oficial anclada en tiempos pasados es la muestra de que la empresa ha quedado bastante olvidada.

El futuro tampoco va a pasar por un regreso de esta estrategia: la WWDC 2022 mostró a una Apple que prefiere colaborar con desarrolladoras externas que optimicen sus juegos para los Mac con Apple Silicon (Resident Evil VIII o No Man's Sky) antes de preinstalar juegos casuales que puede vender en Apple Arcade o en la App Store. Pero sí que queda el recuerdo de poder sacar un nuevo Mac de la caja y estar jugando a uno de esos juegos en cuestión de pocos minutos. A la edad que tenía en ese entonces era algo que no dejaba de sorprenderme.

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