Si hay algo que uno aprende con el tiempo es que no hay mejor receta para la productividad que dejar las cosas para más tarde, las no urgentes, se entiende. Todo lo que no es vital pero merece la pena rescatar más adelante, se puede atrasar para luego darle una mejor atención y centrarse en lo que realmente importa en ese momento.
Con esta máxima viven también las aplicaciones que gestionan las listas de lectura, a saber Pocket, Instapaper, y por descontado, Lista de lectura de Apple.
¿Por qué es interesante guardar cosas para más tarde en internet? Porque evitamos desechar contenido que pueda resultar de gran interés, algo que de otra manera nos veríamos obligados a hacer por saturación de contenido. Con cada vez más alertas en redes sociales, correos y aplicaciones de chat, las posibilidades de dar con algo de interés aumentan notablemente, pero también nuestra sobrecarga de información.
Cómo sacar el máximo provecho
El funcionamiento no puede ser más sencillo: mientras se navega se envía el contenido a la lista de lectura ya sea a través de las extensiones, o en el caso de Lista de lectura de Safari, mediante el comando 'Añadir a lista de lectura'. Lo mejor del asunto es que este tipo de aplicaciones tienen integración con la mayoría de apps de terceros, con lo que la entrada de contenido puede dispararse si somos muy activos.
La dinámica de funcionamiento que en mi caso he encontrado muy efectiva, es la siguiente:
Añadir información: Posiblemente sea el paso más evidente, pero conviene no tener miedo a derivar el máximo de información posible a las listas. Es decir, que es mucho más recomendable acumular muchos links que dejarnos por el camino contenido por considerarlo insustancial que luego echemos de menos. En este sistema, no hay nada peor que decirse a uno mismo aquello de "dónde he leído yo esto".
Encontrar el momento adecuado para la lectura: David Allen, uno de los principales gurús en lo que toca a productividad y autor del célebre GTD, ha defendido siempre que los humanos no son multitarea, y que conviene clasificar las tareas para hacerlas más adelante o bien descartar lo que nos sobre, pero siempre concentrados en lo que estemos haciendo. Este principio lo aplicaremos también a la lectura: trabajaremos sobre los links guardados en su momento, concentrados y sin despistarnos con otras tareas. Es el momento más delicado y en el que encontraremos esas gemas para nuestro trabajo u ocio, siempre de gran valor.
¿Y luego, qué?: Al principio me preocupaba mucho de ir eliminando todo el contenido de los gestores, pero pronto descubrí que era una pérdida de tiempo y comencé a aplicar el mismo principio que en Gmail. Es decir, que lo que queda atrás, ahí se queda, y realmente no molesta si uno es disciplinado con el uso. Lo malo de esta filosofía es que puede resultar abrumador encontrarse con ese cajón de sastre, pero lo bueno es que poco a poco vamos acumulando una colección de links que más adelante podremos aprovechar para otra causa.
Qué aplicaciones utilizar
En una primera etapa fui usuario convencido de Instapaper, el primer gran proyecto de Marco Arment, pero con el paso del tiempo pasé, como muchos otros, a utilizar Pocket. Esta última ofrecía una interfaz más actual y la integración con las diferentes aplicaciones era superior. Sin embargo, con el paso del tiempo descarté ambas y opté por algo mucho más sencillo y rápido: Lista de lectura de Safari.
Es cierto que el desarrollo de Apple es mucho más limitado que las dos anteriores, pero me sucedió lo mismo que con Mapas: su integración con el sistema es tan natural e intuitiva que al final resulta más rápido el proceso seleccionar, guardar y leer. Si disfrutas de todos los dispositivos dentro del ecosistema Apple, Lista de lectura es la opción más rápida e intuitiva, y tiene pequeños detalles que la hacen grande: al seleccionar el enlace activa automáticamente el modo lectura, y para los paranoicos del orden, cuenta con la opción 'borrar todo'.
Los que quieran vitaminar sus prestaciones, tienen un amplio repertorio de recetas en IFTTT.
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