Análisis iPhone SE

El mercado de los teléfonos inteligentes ha cambiado completamente desde que se presentó el iPhone original hace más de nueve años. Los terminales de la época comenzaron a cambiar hacia algo distinto: un modelo basado en aplicaciones que necesitaba más pantalla y menos controles físicos. En aquel momento, costó desprenderse de algo que parecía anclado en la propia tecnología, y recuerdo perfectamente las voces de alarma sobre los teclados en pantalla que “no podían funcionar bien”.

Pero sí que lo hicieron. El iPhone marcó un camino y en aquel rumbo en el que aún nos encontramos, han pasado muchas cosas. Todas las marcas sacan sus propias conclusiones sobre lo que el usuario necesita, pero al final todo es un caudal de ideas de llegar a lo mismo: no todo es igual de útil para todos.

Apple quiso entrar en el juego de las formas, de alejarse de su camino principal por una tangente llamada iPhone 5C, algo intermedio entre la necesidad de un modelo más accesible presentado como copiloto de una generación importante, como lo fue el iPhone 5s. Sin embargo - y a pesar de sus fieles, que los hubo - ese pequeño experimento sólo cuadraba en EEUU, donde se ofrecía aun precio extraordinario con operadoras locales. El hardware, de la generación anterior, tampoco ayudó a empujar su fama. Apple tomó buena nota, y este año creó un concepto que recordaba aquella reimaginación del Macintosh, el Macintosh SE (Special Edition).

iPhone SE, una edición especialmente diferente

El iPhone SE es muy sencillo de explicar, aunque para algunos, es muy difícil de entender. No pasa nada, no es un dispositivo que tenga que interesar a todos, pero viene a cubrir un hueco demasiado evidente en los últimos años y que la compañía no estaba teniendo en cuenta: quienes quieren potencia y última generación sin que eso signifique aumentar el tamaño.

El iPhone SE no es un iPhone 5 SE. Llamarlo así sería tremendamente equivocado porque no es el mismo hardware que el iPhone 5, ni que el iPhone 5s. Sería más razonable nombrarlo iPhone 6s SE, pero también llamaría a confusión porque el iPhone 6s tiene su propio diseño, y éste quiere mantener la estética del último modelo de cuatro pulgadas que tan buena acogida tuvo por parte de los usuarios. Llamarlo iPhone SE, edición especial, es un buen punto de partida y quizás una intersección interesante entre dos generaciones, el exitoso diseño de cuatro pulgadas y el hardware del de seis.

iPhone 6s Plus, izquierda. iPhone SE, derecha.

Si nos ponemos en la piel de Apple, crear un nuevo teléfono de cuatro pulgadas con otro diseño no hubiera tenido sentido, porque sería añadir un integrante más a una familia que ya contaba con esa generación. No se habría entendido de la misma forma, y cuando volvemos a sostener un iPhone SE nos damos cuenta de que su diseño sigue siendo perfectamente vigente.

También hay una lectura vanguardista en este modelo que mucha gente no quiere o no sabe leer: la ingeniería para trasladar toda la tecnología del iPhone 6s al espacio que tiene el diseño del iPhone de cuatro pulgadas no es algo mecánico. No es copiar y pegar. Simplificarlo es tan absurdo como no ver que Apple no sólo ha conseguido eso, sino también mejorar ciertos aspectos por el camino.

Por otro lado, este iPhone no es para todo el mundo. Los que estamos acostumbrados a pantallas grandes lo tendríamos muy difícil para volver a algo de este tamaño (“¿realmente era tan pequeña esta pantalla?”), pero éste es el único motivo para no hacerlo (la talla), no por la potencia. Estamos con una de las generaciones más potentes - y también con el precio más contenido - de todas las que ha sacado Apple. Sí, realmente este iPhone es muy especial, por muchos motivos.

Las comparaciones - técnicas - con la familia 6s

Creo que poco podremos añadir en cuanto a diseño después de analizar dos generaciones de iPhone 5 y iPhone 5s. Rompedor para la época y perfectamente vigente hoy en día, con un pequeño cambio que se nota en la mano: el material es más rugoso y tiene una mejor consistencia, se resbala mucho menos e incluso puede ser más cómodo al aportar más seguridad al sujetarlo.

Pero mucha gente - que no le importa o que incluso le gusta una pantalla de cuatro pulgadas - querrá saber si se lanza por un SE o por un 6s. A nivel técnico, las diferencias no pueden ser un pilar de decisión. Por ejemplo, los pixeles de doble dominio que mejoran el ángulo de visión son una gran idea en el 6s, pero en una pantalla de 4 pulgadas no es algo tan necesario. La cámara FaceTime es la única que no monta el iPhone 6s, con una resolución de 1,2 Mpx contra los 5 Mpx, aunque sigue permitiendo grabar vídeo a 720p.

El Touch ID no es tampoco el de segunda generación - y es realmente sorprendente en el 6s que apenas con rozarlo ya estés dentro del escritorio - aunque esta primera generación del Touch ID en el SE sigue siendo realmente eficaz. No tiene 3D Touch, y aunque aquí los usos pueden ser muchos y muy variados - yo lo utilizo a diario desde los iconos de las aplicaciones hasta las previsualizaciones de algunas de ellas - podemos seguir grabando Live Photos con el iPhone SE, una de las características que aunque no es esencial, ya nos encantó en el 6s.

Un iPhone de última generación en cuatro pulgadas

Que nadie se engañe aquí: contamos con - casi - toda la tecnología del iPhone 6s utilizando el diseño de Apple en cuatro pulgadas. Esto quiere decir que la cámara obtiene los mismos resultados del modelo 6s (excepto la estabilización óptica, que por espacio y tamaño, solo tenemos en el iPhone 6s Plus). 12 Mpx, reducción de ruido mejorada, lente de cristal de zafiro, flash True Tone y enfoque por Focus Pixels (que mejora la rapidez de enfoque, utilísimo en fotos y vídeos).

Hablando de vídeos, este SE nos trae la grabación de vídeo 4K a las cuatro pulgadas, nada menos que 3840 x 2.160 a 30 fps (en 1080p se llega hasta los 60 fps). El vídeo a cámara lenta puede llegar a los 240 fps en 720p y a los 120 fps en 1080p, que demuestra la potencia de un hardware dominado por el novísimo chip A9 de Apple.

CPU que, por cierto, otorga más autonomía a este modelo - una de las sorpresas del SE - ya que su eficiencia energética y el menor gasto de su pantalla más pequeña apuran algunas horas más de batería que en el iPhone 6s o incluso el correspondiente iPhone 5s de la generación anterior.

Conclusiones

Apple ha querido con este iPhone SE ofrecer un producto de última generación contando con el exitoso diseño de cuatro pulgadas que tan bien funcionó en el 5s. No caigamos en la trampa: este iPhone SE es mucho más que un hardware en un aspecto físico ya conocido, se trata de una declaración de intenciones de la compañía, ofreciendo su hardware más potente a quienes no pretenden ver crecer su pantalla de la misma forma que sí quieren hacerlo con su potencia y rendimiento.

Injusto haberlo llamado iPhone 5s SE (porque no tiene nada en común con el iPhone 5 o 5s más allá de su aspecto físico) o iPhone 6s SE (cuyo diseño no se ajusta a la generación), el iPhone SE es un modelo de unión entre dos mundos no tan separados: su hardware en distintas tallas, sin reinventar un nuevo diseño para cuatro pulgadas cuando el que ya tenían, era el más apropiado según la compañía.

Un aspecto vigente, una tecnología tras cuyo un importante ejercicio de ingeniería ha conseguido entrar en un dispositivo más pequeño, manteniendo y mejorando algunas de las ventajas competitivas en este modelo: potencia, más calidad en fotografía y mejor batería. Si hablamos de que además se sitúa en un precio realmente competitivo - para ser un iPhone - y sale a la venta con el demandadísimo nuevo color Rose Gold, esta nueva apuesta de Apple puede convertirse en un magnífico punto de entrada a un ecosistema que cada día es más diverso y con más posibilidades, sin caer en la temida fragmentación del software.

En Applesfera | Análisis del iPhone 6s