Encerrado en un sótano y sin ducharse, así trabajaba Steve Jobs en Atari porque no "cuajaba en ningún lado"

Encerrado en un sótano y sin ducharse, así trabajaba Steve Jobs en Atari porque no "cuajaba en ningún lado"

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Jobs Atari

Antes de que Steve Jobs y Steve Wozniak fundaran la Apple Computer Company en 1976, el carismático líder de la compañía vivió unos años un tanto turbios. Años donde le decían que olía mal y donde él respondía que estaba haciendo historia. Antes de ser un icono de voz propia, Jobs pasó por Atari en 1974 para trabajar como programador en algunos videojuegos.

La verdad es que no programó mucho —es sabido que Wozniak resolvía todos los bretes técnicos en los que él se metía—, pero en menos de un año cambió la forma de trabajar de la compañía y se marchó por todo lo alto, con un bonus dos veces superior a lo que le prometieron. Y eso que apenas contaba con 19 primaveras.

El paso de Steve Jobs por Atari

Jobs

Allan Alcorn y Steve Jobs se conocieron en las oficinas de Atari. Jobs se presentó para echar su currículum —falseado, ya que indicaba haber trabajado para Hewlett-Packard—, instado por varios amigos comunes. La recepcionista llamó al despacho del director: "Tenemos un hippie en el lobby. Dice que no se va a ir hasta que no lo contratemos. ¿Llamamos a la policía o lo dejamos entrar?". La impresión de Alcorn fue la que sigue:

“Entró por la puerta, un chaval medio hippie de dieciocho años, diciendo que quería un trabajo [...] Tenía chispa”,

Y lo ficharon, vaya que sí. A este Jobs, que todavía ni siquiera se había graduado en secundaria en la Reed School, entró en la compañía siendo el número 40, uno de los más jóvenes y trabajando como técnico frente a personalidades que le doblaban la edad. Compañeros que se quejaban de su rudeza, su altanería, sus aires de superioridad y, sobre todo, su mal olor corporal.

Steve Jobs consideraba que, al ser prácticamente frugívoro —no comía carne y centró su dieta en manzanas, zanahorias y otros frutos—, no generaría apenas olor corporal, razón por la que optaba por prescindir de duchas y desodorante. Mala idea: sus compañeros no podían soportarlo, así que a Alcorn no le quedó más remedio que invitarlo a que trabajara en el sótano.

Así lo resume Walter Isaacson en la biografía oficial de Steve Jobs, trasladando las declaraciones oficiales de Alcorn:

"Como Steve Jobs no cuajaba en ningún lado, lo metimos en el turno nocturno. Era el único ingeniero con ese horario".

Durante aquellos días, Steve asumió tareas para terminar el diseño técnico de 'Touch Me', un arcade similar al Simon de Ralph Baer, donde tenías que dar la respuesta correcta memorizando colores. Como fuera, Jobs pronto se cansó. Un buen día entró en la oficina de Alcorn para manifestar su renuncia, diciendo que se marcharía a la India a emprender un camino espiritual con su gurú. Sin embargo, Atari vivía problemas de distribución de licencias, de liquidez, necesitaba mentes pensantes y talentos creativos.

La marcha a la India y el urgente retorno

Ofis Imagen | Oficinas de Atari en 1976. Fuente: The Strong Museum

Alcorn le dijo lo siguiente: "Te propongo un trato: te doy un billete sin regreso para Alemania. Seguramente es más barato llegar a India desde allí. Pero a cambio tienes que trabajar un par de días ayudándome a solucionar este problema". Así, de paso, comería algo más que pan y fruta. El problema al que hacen referencia es sencillo: los distribuidores alemanes estaban atascados con el ensamblaje de los juegos porque no tenían fuentes de alimentación compatibles en el país.

Jobs aceptó, cumplí su parte y después se marchó a India. Cuando, diez meses después, regresó a Atari, lo hizo con la cabeza afeitada, túnicas de color azafrán y una copia de 'Be Here Now' para regalarle a Alcorn. Algunos historiadores dicen que contrajo hepatitis, otros que se había pasado con el ácido (LSD) y que lo habían expulsado de un templo de meditación.

La realidad, la que nos consta, es que lo volvieron a aceptar y se puso a trabajar en un juego que estaba bastante atascado, 'Breakout'. Con la ayuda de su mejor amigo, Steve Wozniak, diseñaron el mayor éxito de la compañía después de 'Pong'. Y lo hicieron superando un reto ambiciosísimo: tenía que diseñar un prototipo que usase menos de 100 chips. Le pagarían 750 dólares y otros 100 por cada chip que se ahorrase. Tras cuatro días sin prácticamente dormir, alcanzaron la meta: el 14 de enero de 1975, Wozniak confirma trabajando en un prototipo de algo denominado 'Bricks'. Aquel diseño usaba 42 chips y acabó llamándose Breakout.

Break

Steve Jobs se llevó la mayor parte de los beneficios: le prometió a su mano derecha ir al "50/50" pero se guardó para sí mismo la prima de los chips. Así que solo le dio 375 dólares por un trabajó que esencialmente lideró Wozniak. Y, con lo embolsado, financiaría los primeros pasos de Apple y convencería a otros inversores. Pero esta ya es otra historia.

Portada | Oficial de Stevejobsarchive.com coloreada mediante DeepAI

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