Steve Jobs no quería que Apple se pareciera a Disney en un importante detalle. Fue su mejor idea

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Disney y Apple siempre han sido compañías con un parecido importante. Desde la misma fundación, Walt Disney y Steve Jobs tienen toda una serie de similitudes que hacen que las dos empresas se lleven bien de forma natural. La historia de Pixar, salvada por Steve Jobs hasta que su venta a Disney le proporcionó un asiento en la directiva de la compañía de Mickey Mouse, es una curiosidad más de una larga lista de similitudes.

Las diferentes cooperaciones y guiños entre las dos compañías o el hecho de que el edificio de Pixar en el campus de Disney se llame Edificio Steve Jobs, es una muestra más de su interrelación. Pero los parecidos van mucho más allá, pues en ambas existe una cultura de empresa muy fuerte y clara y, desafortunadamente, en ambas su líder y fundador dejó la compañía de forma casi repentina a causa de su fallecimiento.

Un gesto muy valiente de alguien que tiene las cosas realmente claras

Tanto Walt Disney como Steve Jobs supieron ver desde el principio que, para que la empresa que estaban creando pudiera llegar a buen puerto, tenían que darle alma en forma de principios rectores. En Apple hemos oído muchas veces la expresión "el ADN de la compañía" en una referencia a unas líneas maestras que, bien fijadas, van mucho más allá de la vida de sus fundadores.

Y suerte tuvieron las empresas de esta visión, porque la repentina marcha de sus respectivos CEOs dejó ambas compañías muy tocadas. De ambas, la marcha más repentina fue la de Walt Disney. Prácticamente nadie sabía de su enfermedad y fue en muy poco tiempo que la dirección de la compañía quedó vacía. Ante esta situación la pregunta que planeaba encima de todas las cabezas de la directiva al tomar una decisión era "¿qué haría Walt?".

Y ¿quién sabía qué haría Walt? Nadie. Si por algo se caracterizó el creador de Mickey Mouse fue por poder ser impredecible en algunas decisiones estratégicas clave y por saber sacarlas adelante. Nadie quería tomar la dirección, y por mucho que su hermano Roy Disney abandonara su jubilación para ponerse al mando de la compañía, muchas decisiones quedaron tremendamente lastradas.

Años después, recordemos que Walt Disney falleció en 1966 y Steve Jobs nació en 1955, los efectos de preguntarse qué haría Walt aún dejaban su marca en algunas decisiones. De eso Steve Jobs tomó muy buena nota. Cuando la salud le obligó a dejar la directiva de Apple a manos de Tim Cook, Jobs quiso que Apple no se pareciera a Disney en ese elemento clave. No quiso un "¿qué haría Steve?".

Una de las instrucciones más claras que Steve Jobs dejó a Tim Cook, como ha reconocido él en alguna entrevista, fue que hiciera las cosas a su manera. Que no tratara de imitarle o de emularle. Que tomara sus propias decisiones y evitara entrar en la duda. Un consejo clave, tremendamente valioso y propio de alguien que tiene las ideas muy claras.

El legado de Steve Jobs no está en su forma de hacer las cosas. No está siquiera tanto en sus productos, sino en las ideas y valores de la empresa y el equipo de personas que crea estos productos. Bajo la batuta de Tim Cook, Apple ha crecido en todos los aspectos y ha tomado decisiones valientes. ¿Habría tomado Steve Jobs esas mismas decisiones? Puede que no exactamente, pero en un sentido amplio de las cosas sí. Igual que Walt Disney, Steve Jobs sigue, de alguna manera, dirigiendo su compañía.

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