La odisea por recuperar su cartera y cómo un AirTag convirtió esta búsqueda en poco menos que un thriller

Airtag Taxi Madrid
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Fernando, diseñador de profesión y amigo de un servidor, ha protagonizado una de esas historias que le harán querer mucho más a su AirTag a partir de ahora. Sólo tiene uno, oculto dentro de su cartera, y fue el protagonista de un desenlace feliz en una historia que podría haber terminado en disgusto.

Nuestro protagonista necesitaba ir a una consulta médica en Madrid, donde vive, pero estaba en un punto de la ciudad en la que la mejor opción para no perder demasiado tiempo era un taxi. El trayecto fue bien, pero hubo un percance: la cartera se le cayó y se quedó en el taxi.

"Me puse a correr detrás del taxi"

"Mientras esperaba a que se hiciese la hora me saltó una notificación en el iPhone: me había dejado la cartera en el taxi". Fernando optó por un intento rápido de recuperarla corriendo detrás del coche y valiéndose de la ubicación del AirTag en la aplicación Buscar.

"Me puse a correr detrás del taxi, pero no hubo manera". Lamentablemente la carrera no dio resultado: el taxi iba demasiado rápido y la zona obligó a Fernando a dar demasiados rodeos por áreas con muchas cuestas. Lo único que obtuvo de esa persecución fueron agujetas al día siguiente y el desánimo de haber perdido dinero, tarjetas y documentación.

Aún así, Fernando fue consultando la ubicación de su AirTag durante los dos siguientes días, dándose cuenta de que durante las noches siempre estaba en un mismo sitio. Así que ni corto ni perezoso, fue hacia ese edificio con la esperanza de encontrar algún modo de localizar de nuevo su cartera.

No la encontró porque no había ni rastro del taxi en los aparcamientos, pero sí que se topó con un vecino del edificio a quien le explicó toda la historia y le lanzó la pregunta: "Sabe si aquí vive un taxista?" Tuvo suerte: ese vecino, que recordó que había un taxista en su escalera, accedió a acompañarle para ver si podían colocar una nota en el coche. Y justo eso es lo que hicieron tras localizar el taxi aparcado en el garaje.

Tres días después del descuido, el taxista llamó a Fernando y accedió a llevarle la cartera de nuevo a su casa sin ni siquiera aceptar una propina. Tuvo suerte: la cartera con el AirTag había quedado oculta en una zona muy poco visible del coche y por lo tanto ni el taxista ni ningún pasajero con malas intenciones pudo llegar a verla fácilmente.

"Idealmente me gustaría que la notificación me hubiera llegado antes para avisar a tiempo al taxista, pero desde luego me quedo contento por haber podido recuperarlo todo". Fernando tiene un AirTag más en su llavero y desde luego se queda con esta anécdota para demostrar su eficacia.

Imagen | JavyGo

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