“Perdone, voy a pagar con el reloj": una semana con Apple Pay

“Perdone, voy a pagar con el reloj": una semana con Apple Pay

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“Perdone, voy a pagar con el reloj": una semana con Apple Pay

Con la llegada de Apple Pay a CaixaBank, es el momento de mostrar cómo es el día a día con Apple Pay. Hace unos días fui a la compra. La cola del súper era larga, y el tiempo que pasaba hasta mi turno iba aumentando mi nerviosismo. Sí, por fin conseguí tener Apple Pay -no fue fácil, luego lo cuento- y sí, tenía mi Apple Watch preparado para ese pago inaugural. ¿Funcionaría? ¿Daría algún error? ¿Y el PIN? Todo ese cúmulo de pensamientos se disipó cuando llegó mi turno. Tras colocar toda la compra en la cinta llegó el momento:

  • “Son 26, 35 euros, por favor”
  • “Voy a pagar con el reloj”, dije con el brazo ya remangado y armado de valor.

La cara de la cajera era un cúmulo de sentimientos: sorpresa, incredulidad y curiosidad, mucha curiosidad. De esa que se siente cuando se ha oído hablar algo de lejos y se tiene por fin delante. Noto las miradas de la fila de al lado y cómo la persona que me sigue en la cola se inclina hacia un lado para ver de qué va la historia. La dependienta extiende el TPV (contactless, por supuesto) y tras pulsar el botón inferior del Apple Watch lo coloco sobre el lector.

No habría transcurrido ni un segundo y el lector confirmó la compra y mi Watch me comunicó el mismo resultado mediante una vibración. Ya está. Caras de alivio (tanto en la cajera como la mía propia) y pago efectuado. Todo lo que hayas podido leer sobre Apple Pay y el proceso de compra se queda corto ante la experiencia de uso: es simplemente impecable. Sin embargo el usuario del sistema es posible que también se enfrente a algunos inconvenientes que ahora detallamos.

¿Están los comercios preparados?

Me ha costado más de lo que tolera mi paciencia disfrutar de Apple Pay: no soy cliente del Santander ni tenía la Carrefour Pass, así que tuve que empezar de cero solicitando la segunda. Esta tarjeta cuenta con todo tipo de ventajas para el usuario pero el gigante francés no lo pone nada fácil a la hora de tramitar el alta: mucha documentación que cubre las garantías del pago a crédito y luego en mi caso, un mes de espera hasta que por fin llegó el SMS confirmando el envío de la tarjeta.

Pero en realidad, la gran dificultad a la que se enfrenta el usuario de Apple Pay es la falta de conciencia en los comercios sobre los avances de los sistemas de pago. De hecho, multitud de comerciantes desconocen el propio sistema contactless que equipan ya la mayoría de las tarjetas y te obligan a meter el PIN en compras inferiores a 20 euros. Una pérdida de tiempo para todos. Con este panorama ¿Cómo se enfrentan a algo tan avanzado como pagar con un reloj? Pedro Aznar me comentó en su día que el usuario de Apple Pay tiene que hacer una labor didáctica. Y qué razón tenía.

Realmente, uno tiene ganas de pagar todo de esta manera, hasta las compras más simples

El grueso de los comercios en los que he efectuado el pago en esta semana desconocían por completo que se pudiera pagar con el Apple Watch, y en tan solo dos comercios: Starbucks y TGB, se adelantaron a mis intenciones extendiendo el TPV en cuanto vieron que me remangaba el brazo. Ni que decir tiene que la experiencia de compra en estos lugares fue muy superior, porque quieras que no, en el resto a uno le queda la sensación de ser un poco friki alternativo evangelizando, y renunciando a pagar como el resto de los mortales.

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Si lo pruebas, no volverás a la tarjeta. Nunca.

Pero más allá de esta labor pionera, lo siguiente con lo que se va a encontrar el usuario de Apple Pay será una experiencia de uso inmejorable: llegar a una tienda y extender el brazo para pagar -sobre todo en invierno que vamos muy abrigados y cuesta sacar las cosas- es algo que no tiene precio. Este pago es además de cómodo seguro y fácil de controlar al disponer de todos los recibos en el móvil.

Realmente, uno tiene ganas de pagar todo de esta manera, hasta las compras más simples (como el pan o café), pero se encuentra en este caso con otras resistencias (en forma de comisiones o también de hábitos). ¿Se ha parado a pensar el tiempo que se ahorraría si todos los clientes pagaran con este sistema de pago o similar? Lo que queda claro es que con Apple Pay no hay vuelta atrás: una vez que lo pruebas, no querrás pagar de otra manera.

En Applesfera | Cómo activar y usar Apple Pay con tu tarjeta del Banco Santander en tu iPhone, Apple Watch y Mac

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