Cuando uno habla con Álvaro Pabesio tiene la sensación de que está hablando con alguien responsable, serio y disciplinado. Un buen chico. De los que se hacen la cama en los hoteles. Se muestra sosegado, tranquilo, como el que sería capaz de matar un jabalí con sus propias manos pero luego riega sus geranios con delicadeza mientras les pone música de Wagner.
Pabesio es Hanzee, el indio de Fargo: no habla demasiado, no levanta mucho la voz, no exige reconocimiento con laureles. Pabesio hace lo que le apasiona. No se complica la existencia, la hace más agradable a los de su alrededor. Sobre todo para los entusiastas del diseño y de Apple, quienes disfrutamos de concepts del software y los dispositivos de esta marca de los que da gusto ver una y otra vez.
El macOS del futuro
Cuando se presentó el primer iPhone, Álvaro estaba a punto de cumplir nueve años. Ahí empezó a fijarse en los productos de Apple. Doce años después, y con toda una adolescencia entre medias, estudia el tercer curso de Marketing. No hagan cuentas: solo tiene 21 demoledores años.
Todo lo que sabe de diseño lo ha aprendido por su cuenta. Sus primeros pinitos fueron en 2012, a los catorce años, rediseñando Windows 8 con... ¡Keynote! El equivalente a PowerPoint de la suite iWork de Apple.
El paso a procesos de diseño algo más profesionales fue hace unos dos años, cuando comenzó a usar Photoshop e Illustrator, de Adobe. Ahora usa la aplicación de moda entre diseñadores: Sketch.
"Yo hasta ahí hacía muchos rediseños y concepts por mi cuenta, pero no los publicaba en ningún sitio, los hacía porque me gustaba", cuenta Álvaro a Applesfera. "Cuando gente cercana los veía, me decía que tenía que publicarlos, que estaban muy bien y seguro que a la gente les encantarían. Y empecé a publicarlos".
Su primer trabajo público fue su forma de ver cómo debería ser un macOS 11, con muchísimas influencias de iOS y enfoque en la convergencia mediante apps universales. Aquello fue en febrero de 2018. Arrasó entre todos los que lo vieron. Un trabajo simplemente fantástico.
"A mí lo que me gusta es aportar cosas, materializar ideas que sumen, no rediseñar visualmente sin más", cuenta Álvaro. "Por ejemplo, con el proyecto de macOS 11: no entendía por qué no tiene un Control Center como iOS. O por qué no usa más gestos intuitivos con el enorme trackpad que tiene".
Un iPad Pro-fético
A finales de junio del año pasado, Álvaro publicó cómo imaginaba el iPad Pro que acabaríamos viendo en octubre de ese mismo año. Lo curioso es que a nivel de hardware acertó por completo con esas formas algo más cuadradas que dejan al iPad Pro 2018 como el hermano pequeño del MacBook Pro.
"Antes de eso vi muchos concepts del iPad Pro que lo imaginaban con un notch como el del iPhone X, pero yo nunca le vi sentido. Estaba seguro de que habría reducción de marcos, pero con marcos uniformes, sin notch". Quienes hacen conceptos como aquellos creo que no entienden por completo la filosofía de diseño de Apple".
Aunque acertó con el diseño base, algunos elementos no se cumplieron. Demasiada fantasía. Como la de un Face ID de segunda generación capaz de reconocer varios rostros diferentes y usarlos como contraseñas para distintos usuarios, o algunas adiciones a iOS 12. "El del iPad es uno de mis trabajos favoritos", remata.
Muchos rediseños y mucho futuro
En su portfolio también encontramos otros rediseños, como el de un espectacular Apple Music para iOS y macOS o un avance de la resurrección del iPod Classic adaptado a estos tiempos, con interfaz al estilo iOS, una click-wheel moderna y también sin Jack: la música, a través de los AirPods. Este último es el que encabeza este artículo.
También se ha atrevido con otros rediseños, como el de una Nintendo Switch de segunda generación o el de la app del Banco Santander. "En España a nivel de diseño estamos muy atrás", comenta. "RENFE, las apps de bancos... No nos fijamos en la razón de las cosas, creamos diseños por crearlos. Por eso me gusta Apple, porque lo hace al revés: todo está meticulosamente pensado".
Más allá de Apple también le gusta la filosofía de diseño de otras marcas como Tesla. Y en marcas menos esperables, también le encantan BMW y Versace. Algo que podría chocar con alguien con unos trabajos tan minimalistas. "Para mí, la belleza está en la simplicidad. Pero a veces le veo belleza a lo recargado, no sé por qué. En moda me encanta Versace y no hay ninguna marca más barroca que esa. En moda y lujo se lleva lo recargado siempre, quizás por eso marcas como Lamborghini sigan siendo tan absurdamente recargadas. Si consiguen que pese a eso la experiencia de uso sea genial...".
Cuando le preguntamos por marcas más mundanas, destaca la de algunas startups: "N26 me gusta mucho por su diseño, y precisamente la descubrí leyendo Applesfera. Las apps de bancos en general son... Santander por ejemplo, se ha gastado un dineral en un rediseño de marca que apenas se nota, la app a nivel de usabilidad sigue siendo más de lo mismo. A N26 en cambio se le nota un gran cuidado por el diseño. Glovo también me gusta, tiene buena interfaz y un branding bastante exclusivo".
Sin embargo, cree que en el mundo de las startups se tiende a crear diseños e imágenes de marca demasiado similares entre empresas. "Últimamente es increíble lo parecidas que son todas: colores, tipografías, etc. En marcas de moda también pasa: a veces pecan de querer renovarse y acabar haciéndolo mal".
Desde que comenzó a publicar sus trabajos le han llovido varias ofertas de trabajo y colaboraciones que ha aprovechado en cierta medida mientras finaliza sus estudios. "Si me cae un proyecto que me parece interesante y veo que puedo aportar algo, pues estupendo, me motiva", dice.
Aunque no publica sus proyectos con el fin de encontrar un trabajo, sí admite que le encantaría lograr entrar a formar parte de empresas con las que se identifica, como Apple o Tesla
Le preguntamos si todo este trabajo tiene como gran meta final conseguir en una gran empresa (¡como Apple!), y resopla. "Realmente no. Es decir... No lo hago buscando un trabajo. De hecho ya ves que yo estudio Marketing, no Diseño, y hasta hace un año ni siquiera publicaba nada. Pero sí es cierto que trabajar en una empresa como Apple o Tesla sería increíble. Me veo muy representado en esas marcas, pero es muy difícil entrar. Acabar ahí sería poder morirme tranquilo", dice entre risas.
No le valdría cualquier empresa. Solo aquellas en las que se sienta identificado con el estilo, con la filosofía de diseño y con la forma de hacer. "Por ejemplo, no veo para nada que sea lo mismo trabajar diseñando en Samsung que en Apple. Y no tengo nada contra Samsung, lo digo por decir una de su competencia. Igual que Sony, LG, etc".
En 2012 el diseñador Andrew Kim, también veinteañero, publicó un trabajo del rediseño de marca de Microsoft en su blog. Fue tan bueno que toda la prensa tecnológica se hizo eco de él y Microsoft acabó contratándole. La preciosísima Xbox One S fue el primer producto en el que intervino directamente en su proceso de diseño. Luego se marchó a Tesla e hizo lo propio con el máximo exponente del minimalismo: el interior del Tesla Model 3. Hace unas semanas se incorporó a Apple. ¿Veremos un camino similar por parte de Pabesio? El tiempo dirá. No parece descabellado.
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