La temperatura corporal es capaz de indicarnos muchísimas cosas de nuestra salud tanto física como mental. Un cansancio extremo en el trabajo puede llegar a somatizarse físicamente también con fiebre. Y no hablemos, por supuesto, de las enfermedades más comunes como gripes, resfriados... Desde siempre hemos tenido como referencia que nuestra temperatura correcta son los 36,6 grados (o 36,5 para recordarlo).
Sin embargo, si medimos nuestra temperatura con el Apple Watch, e incluso con un termómetro de la marca Withings que tengo en casa, rara vez supero los 36 grados. ¿Es que estoy enfermo siempre? No, es que la temperatura corporal varía más de lo que pensamos, y sobre todo en este último siglo.
Fue en el siglo XIX cuando se estableció la temperatura corporal en 36,6 grados
El médico alemán Carl Reinhold August Wunderlich estableció la cifra de 36,6 grados como referencia para medir la temperatura corporal de una persona. Desde entonces, han pasado cerca de 200 años y varios estudios modernos han puesto en duda estos grados. No por un error del médico, sino por cómo ha avanzado la sociedad y nuestros cuerpos.
Un estudio realizado por científicos de Stanford Medicine descubrió que la temperatura corporal normal varía entre todas las personas. Depende de la edad, altura, peso... e incluso fluctúa a lo largo del día cerca de un grado. Esto lo reflejan bien dos ejemplos de dicho estudio:
La temperatura corporal normal de un hombre alto y con bajo peso de 80 años por la mañana es casi un grado más baja que la de una mujer baja y obesa de 20 años por la tarde.
Un segundo estudio concluye que desde el siglo XIX se ha observado una disminución de la temperatura corporal década tras década. Esto se debe a la reducción de la inflamación en el cuerpo, apoyada por una mejor calidad de vida en general. Calefacción, aire acondicionado, una vida más cómoda, alimentación más accesible... Todo esto influye en una temperatura menor ya que el cuerpo se encuentra más relajado y sin necesidad de gastar energía para mantener una temperatura corporal constante.
Según el Apple Watch, mi temperatura ronda los 36 grados
Medio grado menos "de lo habitual". Tengo 28 años, hago deporte... Ahora todo cuadra. Tanto mi Apple Watch como el termómetro de Withings me miden siempre una temperatura similar. Además, con la nueva aplicación de constantes vitales de watchOS 11, puedo ver la evolución de la temperatura corporal cada noche de una forma súper gráfica.
Sí que he notado aumentos de temperatura cuando he dormido menos o he estado enfermo. Por lo que lo importante es conocer nuestra propia media, más que centrarse en una temperatura de referencia obtenida hace 200 años. Por supuesto, si tenemos dudas sobre si algo no va bien, lo mejor es acudir a un profesional. Pero tener una medición estable y continua de nuestra temperatura gracias al Apple Watch es también de gran utilidad.
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