Steve Jobs lanzó un iPod a una pecera. Gracias a esa locura los ingenieros aprendieron una lección

Sus trabajadores se cayeron con todo el equipo cuando vieron burbujas de aire salir del iPod. Eso significaba que había huecos dentro, por lo que se podía hacer más pequeño.

Dall E 2023 11 10 17 46 30 An Original 2001 Ipod With Its Classic White Design And Scroll Wheel Placed Inside A Clear Glass Fishbowl The Fishbowl Is Set On A Wooden Table With
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Si hablamos de innovación, hablamos de Apple. Son la empresa que ha definido lo que es el smartphone, que fue pionera en los ordenadores personales avanzados, los portátiles delgados, las tablets… La lista no termina nunca. Una de sus grandes hazañas fue el iPod, y su diseño se debe, en parte, a que Steve Jobs lo tiró a una pecera. Suena absurdo, pero así es.

Cuando Steve Jobs se planteó la posibilidad de lanzar el iPod, quería un dispositivo delgado, pequeño, y manejable. Se trataba de acabar con el Walkman, no de copiarlo. Por ello, el tamaño era esencial. Los primeros prototipos eran algo grandes, Steve quería algo más pequeño, aunque sus ingenieros juraron que no podía ser sin recortar características, y Jobs tiró el prototipo que le entregaron a una pecera.

El día que Steve Jobs tiró un iPod a su pecera

“¿Veis eso? Son burbujas de aire. ¿Sabéis lo que significa? Que hay aire dentro. Hay espacio. Aprovechadlo”. La verdad es que el argumento era incontestable. Efectivamente, que saliesen burbujas del interior del iPod significaba que había huecos ocupados por aire, por lo que tenía que haber sitio.

Así, los ingenieros, que estaban convencidos de que no podía ser, empezaron a trabajar en aprovechar esos espacios para hacer el iPod más pequeño. A la vista está que lo consiguieron. Tenía el tamaño de una baraja de cartas Bicycle, las más famosas del mundo, y que Steve utilizó en su presentación para ilustrar de lo que estaba hablando.

Como puedes ver, uno puede ser ingeniero, pensar que lo tiene todo controlado, calculado y estudiado. Estos trabajadores llegaron a la oficina de Steve Jobs con una idea muy clara “no puede ser más pequeño, no hay espacio”. A Steve no le hizo falta hacer cálculos, ni abrir el prototipo, ni nada. Simplemente tiró el iPod a una pecera, y sus ingenieros se cayeron con todo el equipo. Y al final tuvo razón, el iPod fue más pequeño que su prototipo. Todo por una pecera.

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