Quizás tener entre manos dispositivos como el iPhone 13 Pro Max nos hacen perder la perspectiva de que realmente sólo hace 15 años que tenemos dispositivos así. En tecnología ese espacio de tiempo es incluso mayor por los avances exponenciales que se han hecho en los últimos años, pero asombra pensar que hace poco más de 30 años lo más asombroso que teníamos en casa eran ordenadores 8-bits.
Para Steve Jobs siempre fue un sueño de ciencia ficción tener entre menos un dispositivo "del tamaño de un libro y con la potencia de un ordenador", sólo que su bicicleta para la mente era mucho más rápida que para el resto. En los 80, Hartmut Esslinger era quien trazaba las líneas del futuro que Apple quería alcanzar. Dispositivos como los AirTag y todo lo que estamos descubriendo con ellos, lo hubieran maravillado como concepto.
El rechazo de Jobs al Newton tuvo más que ver con su tecnología aún poco madura que a su concepto
A menudo se hablada del rechazo de Jobs al Newton, quizás el producto más distópico hecho en Cupertino - aunque la razón real de su fracaso fue la implementación de una tecnología que aún no estaba madura. La Apple de los 90 que ya no tenía a Steve Jobs entre sus filas parecía querer demostrar algo, pero fue descartada con su retorno a la empresa porque era demasiado pronto. Sin embargo, el sueño de llevar un ordenador en el bolsillo es algo que seguiría recorriendo la espina dorsal de la compañía hasta el lanzamiento del iPhone original en 2007.
"¡Wow! ¿Es esto un Macintosh?"
El diseñador industrial Rex Sowards contestó ayer a una pregunta que quizás muchos nos hicimos en la presentación del iPhone - y que muchos se preguntaban durante los rumores previos. ¿Es el iPhone un Mac? Sowards contesta la pregunta pero retrocediendo a la época del Macintosh original, en lo que podríamos pensar que es un mundo alternativo donde la compañía consigue la tecnología para crear un auténtico Macintosh de bolsillo. Tal y como nos lo imaginábamos.
La idea para crear algo así le vino viendo la serie de Kimmy Schmidt, donde en una secuencia ella sostiene un iPhone y alucina: "¡Wow! ¿Es esto un Macintosh?". Su reacción tiene todo el sentido ya que en la ficción, la protagonista ha sido rescatada de una secta en los últimos donde ha pasado 15 años - con lo que su sentido de la tecnología es distinta a la del resto del mundo. Sowards ha estudiado el diseño industrial de los Macintosh originales y también ha cogido muchas ideas de una tecnología similar en la época: la Game Boy, como os recordará la siguiente imagen:
El diseño recuerda en ciertos aspectos a la herencia de los monitores de CRT de tubo, con pantalla curva, lo que refuerza aún más la sensación de un dispositivo de otra época:
Para el diseñador, uno de los aspectos más complicados de conseguir es era el hipotético seguimiento del ratón en un mundo donde la tecnología de pantalla táctil no estaba tan avanzada. Lo resolvió con el Trackball que muchos aún recordamos de los legendarios primeros PowerBooks:
El lateral nos recuerda a una mezcla entre la carcasa del Macintosh original y un botón de volumen también muy utilizado en la época. Por supuesto, con entrada para auriculares:
El diseño hubiera sido todo un sueño para la época - lógicamente irrealizable a nivel de tecnología - pero un buen ejercicio de diseño para los aficionados a la marca que Sowards resuelve con ese aire distópico que tanto nos gusta. Lamentablemente no cuenta con disquetera integrada, pero sí con toda la conectividad del Macintosh Classic: Apple Desktop Bus (ADB), conexión para impresora, módem y un conector de disco duro SCSI DB-25:
Sin duda, todo un espectacular ejercicio de diseño con algunos puntos a resolver (¿cómo se carga? ¿se utiliza siempre conectado a la corriente?) pero que atrás en la época hubiera supuesto un punto de ruptura en la tecnología quizás tan importante como lo fue la presentación del iPhone en 2007.
Ver 3 comentarios