Aunque Pedro ya nos ha dejado con una fantástica y extensa entrada sobre cómo es mejor instalar el nuevo sistema operativo de Apple, no puedo dejar pasar la oportunidad de comentar un poco de experiencia personal con este sistema.
Llevo ya unos cuantos meses instalando distintas versiones de Snow Leopard y en cada una decidía instalarla de una manera distinta, total era un equipo de pruebas por lo que daba un poco igual lo que pasara. Básicamente podemos optar por tres opciones:
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Instalar desde cero. Es la menos cómoda de todas ya que requiere “volver a dejar todo en su sitio”, pero no te quito razón, si tienes tiempo y ganas, es la mejor de todas.
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Actualizar. Es la más cómoda, deja todo en su sitio y no te tienes que preocupar de nada. Curiosamente es la única que me ha dado problemas, algunas licencias de programas se volvieron completamente locas y es con diferencia la peor opción de todas. Sinceramente no te la recomiendo.
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Usar Time Machine. Es la mejor de todas con mucha diferencia ya que reúne las mejoras de las otras en una única opción. Instalar el sistema así es sencillo: realiza una copia de seguridad con Time Machine y posteriormente instala Snow Leopard desde cero. Una vez instalado simplemente elige tu copia de Time Machine para volcar todos tus datos de usuario.
Esta última opción es sin duda la que mejores resultados me ha dado. La velocidad es casi la misma de un sistema nuevo, en el fondo prácticamente lo es, y encima todos nuestros documentos, programas y preferencias quedaran configurados automáticamente nada más terminar de instalar. Eso si, ten paciencia es algo lenta la operación y en función de la cantidad de datos puede tardar varias horas.
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