La rutina diaria de Steve Jobs cuando trabajaba para mantener ese necesario equilibrio entre máxima concentración y relax

La rutina diaria de Steve Jobs cuando trabajaba para mantener ese necesario equilibrio entre máxima concentración y relax

La productividad de Steve Jobs era legendaria. Varias fuentes revelan algunos datos de su día a día

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Steve Jobs Trabajo Y Productividad

Steve Jobs no perdía el tiempo. O si lo hacía, era para transformar sus ideas en algo funcional. Su actitud de líder exigente lo llevó a construir en torno a él una cultura de la excelencia. Antiguos becarios de Apple, como el hacker que fue despedido por no contestar un email de la empresa, recuerdan que la empresa siempre mantuvo una actitud pasional, con una visión clara y estricta, que empujaba a que cada pieza diese lo mejor de sí.

De los muchos documentos registrados, sabemos que Steve Jobs odiaba las reuniones de trabajo y desarrolló un modelo para ser más productivo. Este modelo estaba focalizando siempre en grupos de trabajo pequeños y segmentando la carga laboral en metas cortas y pequeñas. Sin embargo, hacer que funcionase requería de una rutina estricta. Esto es lo que sabemos, gracias a varias fuentes que han compartido anécdotas personales.

Productividad al poder

Pero antes de profundizar en su rutina, conviene recordar aquellos pensamientos que lanzó en la Conferencia Mundial de Desarrolladores de Apple en 1997, cuando Apple vivía una de sus primeras expansiones:

“La gente piensa que concentrarse significa decir sí a aquello en lo que hay que concentrarse. Pero eso no es lo que significa en absoluto. Significa decir no a las otras cien buenas ideas que existen. Usted tiene que escoger con cuidado. De hecho, estoy tan orgulloso de las cosas que no hemos hecho como de las que sí he hecho. Innovar es decir no a 1.000 cosas”

Como ves, esto coincide con aquella regla del 30% en la que habrá que hacer sacrificios a favor de algo distinto y especial en lo que crees.

Una rutina eficiente que comenzaba con un madrugón

Concentrado

El tiempo de una figura como la de Steve Jobs es escaso. Si dices sí a todo llegarás al final del día sin haber avanzado apenas nada en tareas clave. El libro 'In the Company of Giants: Candid Conversations with the Visionaries of the Digital World' recuerda que Job pasaba un 20% de su tiempo contratando, realizando entrevistas y conociendo a las personas que darían forma a la empresa en el futuro.

Jobs era conocido por comenzar su día muy temprano, despertándose a las 6:00 am todas las mañanas. Un madrugón que no desembocaba en una jornada laboral. La primera hora del día estaba dedicada al ejercicio y la meditación, algo que practicaba desde sus años universitarios. Él estaba convencido de que esa rutina le ayudaba a mantenerse concentrado y creativo durante el resto del día. Después de esta primera rutina matutina, cogía su moto y se dirigía a la oficina, donde pasaba gran parte del día en reuniones con sus hombres de confianza, como Jonathan Ive, trabajando en la línea de ruta de los nuevos productos.

Sin embargo, el tiempo dedicado a reuniones estaba acotado: mucho de su tiempo estaba dedicado al trabajo individual. Mucha de esta información también está disponible en los propios archivos de Jobs. De hecho, pasaba horas en su oficina totalmente aislado, pensando, para después "pelotear" ideas y proponer soluciones y nuevas formas de encarar problemas que habían atascado proyectos en ciernes.Y es aquí donde afloraba su personalidad, con frases cortas, persiguiendo con cierta contundencia una idea, con obsesiva atención al detalle. En suma, pasaba horas perfeccionando cada aspecto de un producto, imaginando todo en su cabeza, desde el prototipado hasta cómo abrirían las cajas los usuarios.

En su búsqueda por la perfección, Jobs también supo encontrar espacio para familiares y amigos. A menudo cenaba con su familia y pasaba tiempo con sus hijos —dicen que siempre avanzada teniendo agendados los fines de semana de unos tres meses—. Antes de acostarse, solía revisa tareas para asegurarse de que el día se cerraba con objetivos concretos y satisfactorios.

En resumen, una combinación de reuniones, trabajo individual y tiempo personal marcaban su rutina, una que hoy sirve de inspiración para muchos aspirantes a emprendedores pero que no es fácil de emular. Porque muchas cosas han cambiado desde sus días de CEO, pero la metodología para el éxito sigue siendo un santo grial que nadie gobierna.

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