El salto del chip A14 del iPad Air y el relevo de Apple frente a la Ley de Moore

El salto del chip A14 del iPad Air y el relevo de Apple frente a la Ley de Moore

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El salto del chip A14 del iPad Air y el relevo de Apple frente a la Ley de Moore

En un movimiento sorprendente, Apple desveló el nuevo iPad Air 4 con un procesador inesperado: el chip A14 Bionic. La razón detrás de esto se encuentra en que hacía tiempo, mucho tiempo desde que un iPad no estrenaba un procesador antes que el iPhone. En concreto, tanto el iPad original como el iPad 2 lo hicieron con los A4 y A5, respectivamente.

De eso ya hace una década y ahora vuelve a suceder. A todas luces, por culpa de la pandemia mundial del coronavirus y los retrasos provocados en la finalización de la fase de fabricación de los esperados iPhone 12. Sea cual sea la razón, lo cierto es que el equipo que diseña el silicio de los productos de Apple ha tomado el relevo de Intel a la hora de empujar la Ley de Moore hacia el futuro. Y de eso no cabe la menor duda.

Doblando (casi) el número de transistores en los últimos chips "Axx" de Apple

Evolucion Nm

La evolución de la CPU y GPU de los iPhone ha sido vertiginosa a lo largo de su historia. Un aspecto que dejamos fuera en su momento, fue el número de transistores que integran estos procesadores. En los últimos siete años, su incremento ha seguido este curso:

  • A7 de 2013: 28nm y 1.000 millones de transistores.
  • A8 de 2014: 20nm y 2.000 millones de transistores.
  • A9 de 2015: 14nm y 2.000 millones de transistores.
  • A10 Fusion de 2016: 14nm y 3.300 millones de transistores.
  • A11 Bionic de 2017: 10nm y 4.300 millones de transistores.
  • A12 Bionic de 2018: 7nm y 6.900 millones de transistores.
  • A13 Bionic de 2019: 7nm y 8.500 millones de transistores.
  • A14 Bionic de 2020: 5nm y 11.800 millones de transistores.

El número de transistores es la cifra que mide la capacidad de un procesador. El co-fundador de Intel, Gordon Moore, hizo una predicción que se ha ido cumpliendo hasta ahora. Conocida como Ley de Moore (aunque estrictamente no lo sea), en 1965 afirmó que el número de transistores en un chip se duplicaría cada dos años. Años después se elaboró la segunda Ley de Moore o de Rock, en la que se afirma que el coste de la fabricación de un chip se duplica cada cuatro años.

Intel Logo

Lo interesante de esta ley es que durante décadas se aplicó a Intel. Su conocidísimo tick-tock, mediante el que combinaba una reducción del proceso de fabricación con un cambio en la microarquitectura en años alternos, se vino abajo en 2016. Ahí se detuvo la magia que propulsaba a Intel a duplicar cada dos años el número de transistores.

Si volvemos al listado superior, veremos que casi coincide con el momento en que Apple comienza a duplicar los transistores de sus propios chips cada dos años. De 2015 a 2017 pasan de 2.000 millones a 4.300 millones de transistores; de 2016 a 2018, de 3.300 millones a 6.900 millones; de 2017 a 2019, suben desde 4.300 millones a 8.500 millones; y de 2018 a 2020, de 6.900 millones a 11.800 millones de transistores.

Apple diseña sus propios chips desde hace una década. Pero sin lugar a dudas, no podría haber conseguido este hito sin la existencia de TSMC como socio fabricante. Visto esto, debemos decir que no todo gira en torno al número de transistores.

Customización a la carta para dispositivos a medida

Tim Millet

Nuestro objetivo es construir chips con un rendimiento que lidere la industria, poderosas tecnologías customizadas y un uso extremadamente eficiente de la energía para que cada uno de nuestros productos sean los mejores de su categoría.

Tim Millet, vicepresidente de tecnologías de Apple, abría así la sección de la keynote dedicada al chip A14 del nuevo iPad Air de cuarta generación. Lo cierto es que encapsula en apenas una frase (larga) la estrategia de Apple con respecto a sus procesadores desarrollados in-house. No es algo novedoso, pero sí que conviene recuperarlo para entender la estrategia de Apple con sus chips.

Mientras que otras compañías deben producir chips que sean atractivos al máximo número posible de clientes, Apple solo necesita perseguir sus propias necesidades

A diferencia de Intel, Qualcomm, AMD o Nvidia, Apple no vende chips a terceros. No necesita sentarse con ellos cada año para ver qué necesidades van a tener a futuro. Hacia dónde quieren ir. Ni cómo combinar todas ellas en un equilibrio que satisfaga al máximo número posible de clientes. Maximizar el beneficio, reducir costes, etcétera. No lo necesita, porque es su propio cliente.

Customizacion

La compañía pone en estos chips aquello que puede y aspira a crear dentro de un roadmap de desarrollo que ha elegido ella misma. No depende de otros que le digan hacia dónde ir. Ese lastre es inexistente, por lo que puede elegir su propio camino. Y eso es lo que ha hecho Apple con sus chips de la serie "A".

Basta con mirar la captura superior para ver el tipo de tecnologías que encontramos en esos procesadores. Cuenta con secciones del chip dedicadas exclusivamente a fotografía computacional, codificación y decodificación de video profesional, aceleración del cifrado, aceleradores de aprendizaje automático y un motor neuronal de 16 núcleos, entre otros elementos.

Ambos enfoque son válidos y tienen ventajas e inconvenientes. El aplicado por Apple le permite destacar sobre el resto y crear una serie de productos que aspiran a ser los mejores de su categoría. Esta customización se está convirtiendo en una ventaja insalvable en el mercado de wearables, donde la eficiencia energética es más importante que en ningún otro. Basta con ver el Apple Watch Series 6 y su chip S6 para darse cuenta de la tremenda ventaja que lleva sobre sus (lejanos) competidores.

Ahora que estamos a las puertas de los Apple Silicon, veremos qué sucede con los Mac. Desde luego, su rendimiento, eficiencia y características personalizadas prometen.

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