Si pensamos en un Mac con procesador Intel, a todos nos viene a la cabeza la famosa transición de 2005 con Steve Jobs sobre el escenario y que terminó en 2020 con la llegada de Apple Silicon. Pero la historia podría haber sido muy diferente. Trece años antes de aquella presentación de Jobs, Apple ya tenía la tecnología lista para frenar el ascenso de Microsoft, pero, en el último momento, le tembló el pulso.
Para entender esta locura hay que situarse en 1992. Windows 3.1 empezaba a ganar una tracción peligrosa y en Cupertino se encendieron todas las alarmas. El hardware de Apple era superior, pero Microsoft estaba inundando el mercado con software compatible con cualquier máquina barata. La respuesta de Apple fue el Proyecto Star Trek. Un plan secreto para llevar el alma del Mac al cuerpo del enemigo. Y ojo, porque no fue solo una idea en un papel. Fue una realidad funcional que Apple decidió enterrar por miedo a su propio éxito.
El memorándum de las 112 páginas y el plan "Macrosoft"
Todo comenzó en agosto de 1990 con un memorándum confidencial de 112 páginas. Dan Eilers, vicepresidente de estrategia de Apple, lo puso sobre la mesa de la directiva. Si querían seguir siendo relevantes, tenían que hacer cambios drásticos. Una de las ideas era hacer que Mac OS funcionara en chips Intel x86.
Si no puedes vencer al hardware barato de los PC, únete a él y ponle tu software superior encima. Irónicamente, el primer nombre en clave del proyecto no fue Star Trek, sino "Macrosoft". Apple sabía perfectamente contra quién iba esta guerra. En febrero de 1992, la maquinaria se puso en marcha. Apple se alió con Novell y montó un equipo de élite para portar el System 7 a la arquitectura Intel.
18 ingenieros escondidos frente a las oficinas de Intel
Como buena historia de Apple, tiene mucho secretismo. Apple envió a un equipo de 18 ingenieros a unas oficinas sin rotular en Santa Clara, California. ¿La ubicación exacta? Justo al otro lado de la calle de la sede central de Intel.
Mientras el CEO de Apple, John Sculley, se reunía con Andy Grove, CEO de Intel, para discutir las posibilidades comerciales, los ingenieros trabajaban en la sombra, a escasos metros, haciendo que el código funcionase. El proyecto fue rebautizado como "Star Trek", con la misión de "ir audazmente a donde ningún Mac ha ido antes".
El 4 de diciembre de 1992 fue el día de la verdad. El equipo presentó una prueba de concepto totalmente funcional. Mac OS se ejecutaba sobre un PC con Intel. Lo habían logrado. Técnicamente, Apple estaba lista para vender su sistema operativo para que cualquiera pudiera instalarlo en un ordenador clon, ofreciendo una experiencia de usuario mejor que la de Windows 3.1.
El miedo a canibalizar las ventas mató la innovación
El proyecto funcionaba. Los ingenieros habían cumplido. Pero entonces llegó la política de empresa. John Sculley abandonó el barco y Michael Spindler, apodado "The Diesel", tomó el mando como CEO. Spindler llegó en una época de vacas flacas y su prioridad era cortar gastos. Star Trek, junto con otros proyectos visionarios, cayó bajo la guillotina.
Pero la razón de fondo no fue solo el coste del desarrollo, sino el pánico a canibalizar las ventas de hardware. En Cupertino temían (probablemente con razón en aquel momento) que si ofrecían su software en ordenadores baratos de terceros, nadie compraría los caros Macintosh. Apple era una empresa de hardware que ganaba dinero vendiendo máquinas con márgenes altos, no licencias de software a 50 dólares.
De hecho, la historia acabaría dándole la razón a medias a esos temores. Años más tarde, Apple intentaría algo similar licenciando el sistema operativo a fabricantes como Power Computing, los famosos clones. Aquello fue un desastre económico tal que canibalizó las ventas del Mac original sin frenar a Windows, obligando a Steve Jobs a fulminar el programa nada más regresar en 1997. Star Trek se canceló antes de nacer precisamente para evitar ese escenario, aunque nunca sabremos si haberlo hecho antes, y con Intel, habría cambiado el resultado.
Un "Mac clon" con System 7 de Apple en un ordenador fabricado por otra empresa
Es imposible no preguntarse qué habría pasado si Apple hubiera tenido el valor de lanzar Star Trek. Quizás hoy Windows sería una nota al pie en la historia y todos usaríamos macOS en nuestros PC de torre. Quizás Apple hubiese girado más al software y no tanto al hardware. O no.
Al final, Apple acabó haciendo la transición a Intel en 2005, con o sin Star Trek. Pero, años más tarde, volvió a cerrar el círculo creando sus propios chips con Apple Silicon. Aunque según unas filtraciones, Intel puede que vuelva a colaborar con Apple. Por lo que esta historia parece repersite. No, Sí, No... ¿Sí?
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