Apple siempre ha sido una empresa en la que los puntos conectan. No sólo en su filosofía, también en el camino que trazan con los dispositivos que lanzan al mercado. Cuando Jobs volvió a finales de los 90 para recuperar el rumbo perdido del barco que en Cupertino naufragaba, sabía que tenía que tener claras dos cosas para el futuro de la compañía: tecnología y momento. Lo intersección entre la tecnología y el momento es lo que define una nueva generación de dispositivos y un mercado preparado para adoptarlos. Hoy, en este análisis del nuevo MacBook, es inevitable hablar de la historia de la compañía y su primer antecesor antes de comenzar con el protagonista.
Hace 16 años, un Jobs pletórico por el gran éxito de su nuevo ordenador, el iMac, presentó en una keynote el primer nuevo portátil de consumo de la “nueva Apple”: lo llamó iBook, y lo vendió como “el iMac para llevar”. En mi opinión, fue movimiento decisivo porque no sólo estaba creando una nueva gama basada en un Mac de escritorio, también estaba entrando en el campo de la movilidad. Y todos sabemos lo importante que ha sido la movilidad para Apple después.
Apple inauguró con el iBook en 1999 el camino hacia la conectividad inalámbrica en sus portátiles
Especificaciones del modelo analizado
Este nuevo MacBook sólo tiene dos configuraciones, diferenciadas entre ellas por la velocidad del procesador (sólo disponible Core M), y la capacidad de su disco duro. No tendremos ninguna otra opción de ampliación interna del dispositivo, que por las características con las que ha sido diseñado tampoco podrá hacerse a posteriori. El modelo revisado en este análisis es ésta configuración básica que podemos adquirir en la Apple Store on-line por 1449€:
Procesador | Intel Core M de doble núcleo a 1,1 GHz (Turbo Boost de hasta 2,4 GHz) con 4 MB de caché de nivel 3 compartida |
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Memoria | 8 GB de memoria LPDDR3 integrada a 1.600 MHz (No ampliable) |
Capacidad | 256 GB de almacenamiento flash PCIe integrado |
Gráficos | Intel HD Graphics 5300 |
El contenido de la caja es el habitual en cualquier otro portátil: la documentación de los primeros pasos, un par de pegatinas de manzanas (grises, por cierto), y el (minúsculo) adaptador a la corriente junto con un cable USB-C para conectarlo, de una longitud considerable y bastante cómoda. Uno de los cambios que apreciaremos en un ordenador como éste, pensado para la eficiencia energética y el bajo consumo de su procesador, es que la carga sólo necesita un adaptador de 29W (casi del tamaño del que tenemos en los iPads). No tendremos que cargar con un gran ladrillo para cargarlo fuera de casa.
El diseño del nuevo MacBook
Cuando el pasado 9 de Marzo Tim Cook nos enseñaba el nuevo MacBook, nos asombró con un diseño minimizado con el que habían reducido el concepto de portátil a la mínima expresión: la elección de la pantalla de 12” (en lugar de las 11” o 13” que ya conocíamos) era precisamente el tamaño que necesitaban para cubrir un teclado completo. Con ello, han conseguido una envergadura contenida del tamaño más cómodo posible a la hora de escribir, y transportar con un tamaño de 28,05 x 19,65 cm.
Sin embargo, una cosa es verlo en los vídeos y fotografías y otra es tenerlo en directo frente a nosotros. La apariencia física de delgadez vanguardista, y el peso de 900 gramos ayuda también a reforzar la sensación de que estamos sosteniendo algo diferente a lo que teníamos antes, el mero concepto de portátil reducido a su esencia, con una calidad de construcción excepcional. Sinceramente, creo que es el primer Mac que me impresiona físicamente desde hace muchos años.
Apple quiere convertir este MacBook en el icono de sus portátiles para el futuro
Con todo ello, el punto fuerte de este nuevo portátil es lo increíblemente cómodo que es de transportar y utilizar. Con una buena funda de protección, y con el reducido tamaño del adaptador de corriente, será sencillísimo incorporarlo en viajes, reuniones, centros de estudio o biblioteca, sin mayor problema. Es incluso bastante estable en la base como para utilizarlo en nuestras rodillas, en situaciones donde no tenemos una mesa a mano.
Trackpad ForceTouch, volvemos a encontrarnos
El trackpad Force Touch no sólo es una gran implementación, también aportará nuevas posibilidades
Las sensaciones en este nuevo MacBook son exactamente las mismas: a pesar de la disminución del grosor en el tamaño del portátil, el funcionamiento y tamaño es el mismo. De hecho, Apple implementó el motor háptico para obtener esa simulación de “click” justo para poderlo utilizar en dispositivos ultradelgados, como este caso, el Apple Watch y seguramente los nuevos iPhones que vendrán. Gracias a él, podemos ajustar la presión, y podremos hacer click pulsando sobre cualquier superficie del trackpad, incluidas las esquinas. Una gran idea, resuelta de forma magnífica que moderniza uno de los elementos clásicos de los portátiles, simplificándolo y aportándole más valor y funcionalidad de cara al usuario.
El nuevo teclado
Otro de los cambios físicos de este nuevo MacBook es el cambio en el teclado: Apple ha tenido que hacerlo para poder incluir uno de perfil extremadamente bajo en un portátil tan delgado como éste. Para ello, han tenido que cambiar incluso el sistema con el que se anclan las teclas, favoreciendo de paso la estabilidad de la presión: pulsemos donde pulsemos en cualquier parte de la tecla, se pulsará de forma homogénea. Esto es bastante importante ya que las teclas ahora son más grandes, y tienen menos recorrido: al principio cuesta un poco acostumbrarse y necesita de cierta toma de contacto para controlarlo al máximo.
Una vez que hemos “calibrado” la presión que aplicamos a las teclas y su mayor superficie de contacto, teclearemos como en cualquier teclado que hayamos usado. El bajo perfil del MacBook ayuda a mantener las muñecas más relajadas, aunque un perfil tan bajo en las teclas puede incomodar a quien esté acostumbrado a trabajar con teclados de mayor recorrido en un primer momento. El nuevo teclado cuenta además con iluminación LED individual por tecla, que consigue una mayor definición en el perfil iluminado de las teclas, aunque quizás aquí no notemos un gran cambio respecto a lo que ya conocemos.
La nueva pantalla Retina
Uno de los cambios que más esperábamos en el MacBook Air era la inclusión de una pantalla Retina en un nuevo modelo, que nos permitiese combinar un diseño extremadamente fino junto con ella. Pues no la tenemos en el MacBook Air, sino que este MacBook se ha construido con ésta premisa. Y es todo lo que esperábamos, incluso más: Apple nos cuenta en las especificaciones que esta versión tiene una apertura mayor en cada píxel, y contamos con una resolución de 2.304 por 1.440 a 226 píxeles por pulgada.
Apple ha resuelto la inclusión de una pantalla Retina en este MacBook de forma muy solvente energéticamente
El sonido y la cámara Facetime
A pesar de la delgadez del nuevo MacBook, los altavoces incorporados cumplen perfectamente con su cometido. Aquí se nota la experiencia obtenida por la compañía en los dispositivos móviles desde hace años. Los nuevos altavoces están situados justo en la parte superior del teclado, contando con una mejor disposición que en el actual MacBook Air, por ejemplo, que no cuenta con salida propia. El sonido es alto y claro, aunque como siempre no podemos olvidar que es para darle un uso personal cercano al portátil.
A pesar de la escasez de puertos de entrada y salida de este MacBook, Apple no se ha olvidado de los usuarios al incluir una salida de auriculares/micrófono donde podremos conectar por ejemplo los que se incluyen con los iPhone. También cuenta con doble micrófono para cancelación de ruido en el propio cuerpo del portátil, de forma que podremos hacer videoconferencias con buena calidad de sonido.
Un portátil vanguardista como éste no debería incluir una cámara Facetime de baja calidad a éstas alturas
USB-C, está aquí y es el futuro
El nuevo puerto USB-C ha entrado con mal pie de cara a los usuarios, pero es más por la percepción de ser el único puerto disponible en el Mac que por sus capacidades, tal y como nos contaban los compañeros de Xataka. Además, la novedad también se paga: aún no vemos mostradores plagados de nuevos dispositivos con conector USB-C, pero no dudéis que los veremos. También influye que apenas venimos de conocer a Thunderbolt, y Apple ya parece dispuesto a cambiarlo. En realidad, es una muy buena noticia.
Adaptador de USB-C a USB (19€): Para mi, el imprescindible que debería acompañar la compra de este MacBook desde el primer día. Permite conectar cámaras fotográficas, unidades y accesorios USB, compatibles con USB 3 o anteriores.
Adaptador multipuerto de USB-C a AV digital (89€): Para conectar simultáneamente un monitor HDMI (admite resoluciones de hasta 3.840 x 2.160 pixeles en la cuenta externa, y la resolución nativa en el MacBook), un dispositivo USB y el cable USB-C para cargar a la vez el portátil.
Adaptador multipuerto de USB-C a VGA (89€): El mismo adaptador que el anterior, pero para fuentes VGA de hasta 1080p.
Con todo esto, también estamos despidiéndonos de un viejo amigo: el conector MagSafe. Fue una fantástica idea cuando Steve Jobs lo presentó en el MacBook Pro original en 2006, pero la compañía no puede modificar un conector que no es suyo y añadirle nuevas características como al anclaje magnético. Tendremos que llevar cuidado y no tropezar con este cable cuando carguemos el Mac para que no se caiga al suelo, de la misma forma que ya hacemos con el iPhone o el iPad.
Autonomía
Uno de los objetivos de un portátil tan orientado a la movilidad como éste es el de conseguir la mayor autonomía posible. Para ello, se han hecho grandes avances, como la nueva pantalla Retina y también se ha utilizado un procesador muy eficiente energéticamente como el Core M de Intel, que combinado con las optimzaciones del sistema operativo, permiten controlar de forma muy óptima lo que el equipo consume.
Un pequeño cambio de este MacBook es la eliminación de los ventiladores para la disipación de calor. El sistema operativo controla ahora la temperatura y aplica sus propios procesos internos para reducirlaa, contando con el bajo consumo del Core M. El cuerpo del propio portátil también actúa como gran disipador, pero debido a la baja envergadura de la placa base, el calor no se nota más de lo que se podría en un iPad con aplicaciones exigentes, sólo en la zona central inferior de la carcasa. Nada fuera de lo normal y muy similar al MacBook Air actual.
Las pruebas de rendimiento teóricas
Uno de los puntos más controvertidos de este nuevo MacBook ha sido su teórico bajo rendimiento, al montar un procesador como el Intel Core M a una frecuencia tan baja como 1.1 (este modelo analizado), 1.2 o 1.3 Ghz. Este procesador está orientado a conseguir un alto rendimiento energético, no una potencia para trabajos con alta demanda de procesamiento. De hecho, el portátil ni siquiera cuenta con ventiladores precisamente para favorecer el concepto de ultra portabilidad y bajo consumo. Es por ello que los benchmarks habituales nos muestran números muy discretos a nivel teórico:
Como véis, las cifras de 2179 para la evaluación de un solo núcleo, y los 4503 en modo multi núcleo no son muy altas, si los comparamos con los Pro u otros procesadores como el i7 que montan en el resto de gama, pero muy parejo a sistemas como Mac Mini con procesadores de frecuencias parecidas, tal y como os comentábamos hace unos días. Esta evaluación está subida a mi cuenta de Geekbench 3.3.2 para que podáis compararla con otras máquinas o con vuestro propio equipo. La comodidad a la hora de usar un equipo también cobra importancia con la velocidad del disco duro, medida con el Black Magic Disk Speed Test:
Buenas cifras para la unidad flash interna de 256GB – que es la que incluye este modelo básico – no tan espectaculares como las del nuevo MacBook Pro de 13” que analizamos hace unas semanas (eran extraordinarias), pero excelentes para trabajar como veis con casi todos los formatos de archivos de envergadura a una velocidad con tasas de transferencia perfectas para manipularlos. Este nuevo MacBook es muy rápido en los accesos al disco duro y eso se nota desde el arranque del portátil en doce segundos, hasta el trabajo diario con archivos o aplicaciones que es muy ágil trabajando con el disco.
Para evaluar – siempre teóricamente – el subsistema gráfico Intel HD Graphics 5300, utilicé el popular benchmark Cinebench R15 de Maxon, que también obtuvo unos discretos 17.17 fps, situado dentro de lo esperado para una tarjeta diseñada para poder procesar vídeo en HD, llevar todo el peso de una resolución Retina nativa y dar servicio a un monitor externo UHD a una resolución de 3.840 x 2.160 pixeles.
Las pruebas de rendimiento prácticas
En mi opinión, es la experiencia de uso real la que tiene que hablar del rendimiento de un equipo, y durante una semana, lo he utilizado a diario para todas las tareas que necesitara. Quería ver cómo se comportaba en distintos medios y también poner un poco a prueba este sistema el uso típico que el público objetivo de este MacBook pudiera utilizar. Empezando por las tareas básicas, el equipo se comporta perfectamente: navegación web con unas cinco pestañas (si utilizáis Safari tendréis más rendimiento de la batería porque lleva optimizaciones en el corazón de OS X para ello), películas en FullHD con iTunes y VLC, uso de Pages, Keynote y Numbers… sin problemas, todo a la vez y funcionando perfectamente con la agilidad que cualquier Mac medio nos tiene acostumbrados.
Las aplicaciones habituales de un usuario medio para el día a día funcionarán perfectamente en este nuevo MacBook
En mi Twitter me pedisteis, mientras escribía este artículo, que comentara la experiencia con Lightroom, así que probé el nuevo Lightroom de la mejor forma que se me ocurrió: editando todas las fotos de este artículo (más de 70). Cada foto está tomada en RAW en una cámara Sony Nex-6 a 16MP, y la aplicación me permitió procesarlas cómodamente (quizás lo único que me resultó incómodo fue la pequeña pantalla de 12” para esto, acostumbrado a hacerlo en un monitor de 27”), pero no sufrí ralentizaciones, cortes o fallos de ningún tipo.
También me comentasteis que probara alguna aplicación de virtualización para poder utilizar un Windows sobre OS X y ver si era factible trabajar con él. Para ello, me instalé la última versión de Parallels con el Windows más moderno que conozco, el Windows 10 Pro Technical Preview. Configuré una máquina con los parámetros que Parallels recomienda y después de instalar Windows, instalé también otra de las cosas que seguramente necesitaréis: el Office 2013, la última versión.
Este MacBook incluso ha funcionado bien con Paralells virtualizando Windows 10 y Office 2013
Por todo ello, y en base a mi experiencia, uso y todas estas pruebas, puedo decir que a pesar de que el rendimiento teórico no es muy alto, en el uso práctico este nuevo MacBook se comporta perfectamente para tareas del día a día. Siempre entendiendo que no podemos pedirle velocidad asombrosa a la hora de procesar fotos o vídeos, pero el uso normal de las aplicaciones y el cambio entre unas y otras aplicaciones funciona muy bien, quizás por la gestión de procesos que OS X hace de las aplicaciones en memoria, además de la buena velocidad del disco duro y sus 8GB de RAM.
Conclusión: tecnología y momento
El lanzamiento de este Mac ha estado en vuelto en polémicas de todo tipo: primero por el descarte de todos los puertos que consideramos hoy en día esenciales a favor del USB-C, y segundo por el teórico bajo rendimiento que los números arrojaban sobre la potencia del conjunto. No es un Mac para profesionales que necesiten un amplio desempeño en tareas con grandes requerimientos de procesador, como editores de vídeo, aplicaciones de cálculo matemático... pero es perfectamente utilizable para las tareas de un usuario medio. No olvidemos que no estamos ante un producto “Pro”.
La inclusión de un único USB-C es arriesgado ahora pero será muy útil a medio/largo plazo
También hay que considerar que el – elevado - precio que se está pagando por este portátil no es por las especificaciones técnicas, sino por el trabajo de ingeniería necesario para lograr un diseño como el que ha conseguido Apple. Es por ello que este nuevo MacBook combina uno de los mejores diseños en portátiles que podemos encontrar junto con un hardware contenido para alguien que no necesite una potencia profesional. Si además necesitamos movilidad y comodidad extrema en desplazamientos, este portátil puede ser el equipo perfecto, ya que además cuenta con una de las mejores pantallas que podremos encontrar en esta gama, un punto importante para trabajar con él desde cualquier parte y condición.
Este nuevo MacBook es una declaración de intenciones: Apple ya tiene claro el camino que empezó en 2008 con el MacBook Air (que en mi opinión desaparecerá) y es exactamente hacia donde empieza a moverse ahora. Estos últimos años han aprendido mucho ya no sólo de esa gama, sino también del iPhone y del iPad y entienden que el futuro de la tecnología pasa por vivir y comunicarse sin cables en máquinas cómodas de llevar. Es un primer paso hacia algo mucho más grande que viviremos en los próximos años y al que sólo estamos amaneciendo.
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