Me encantan las apps de Apple. Las que ya vienen con el iPhone preinstaladas, me refiero. Hasta tengo mis triquiñuelas para seguir usándolas cuando estoy analizando un móvil Android. Sin embargo, hay algo que me chirría a diferencia de las de Google y otros fabricantes: van atadas a la versión de iOS. Sí o sí.
Y vale que quizás no parezca un problema y que, de serlo, es un problema de primer mundo. Sin embargo, esta decisión premeditada de Apple me parece una desventaja clara para quien no quiera actualizar sus iPhone por cuestiones de estabilidad.
Las apps de Apple solo se actualizan con el sistema
Figuran en la App Store, pero no se pueden actualizar desde ahí
En el iPhone, muchas de las apps nativas de Apple (como Notas, Calendario o Cámara, entre otras) aparecen en la App Store, pero su presencia allí es testimonial. Sirve para saber algo más sobre ellas y reinstalarlas si las borramos. Pero ya. No servirá para actualizarlas.
Cuando Apple quiere introducir nuevas funciones o corregir fallos que pueda haber en estas apps, normalmente lo hace a través de una actualización completa de iOS en lugar de enviar una actualización puntual por la App Store. Y no tiene por qué ser una versión grande (puede ser una intermedia tipo iOS 26.1 o iOS 26.2), pero se necesita actualizar todo el iPhone.
Hay algunas excepciones, pero son contadas. Por ejemplo, la aún novata Apple Invitaciones, que no solo no viene de serie con el iPhone a diferencia de otras, sino que permite actualizarse vía App Store. Pero es eso, una excepción de muchas. Todas las que trae el iPhone preinstaladas, aunque puedan borrarse, se actualizan solo con el sistema.
No hay una explicación técnica
Si buscamos una justificación a este enfoque, no hay una razón estrictamente técnica que impida actualizaciones independientes para todas esas apps nativas. Muchas de las aplicaciones podrían perfectamente actualizarse de forma individual a través de la App Store, como ya ocurre en Android.
La decisión de Apple parece estar más impulsada por estrategia de producto que por limitaciones técnicas. Al considerar muchas de sus apps como parte integral del sistema, se asegura de que todas las novedades y cambios funcionen de forma cohesionada con iOS completo.
En Android ocurre todo lo contrario
Los móviles Android parten con una filosofía muy diferente. Tanto la propia Google como otros fabricantes de dispositivos mantienen sus aplicaciones actualizadas de forma independiente a través de la Play Store u otros repositorios de apps propios del fabricante.
Las apps que suelen venir preinstaladas en los Android sí se actualizan vía Play Store independientemente de la versión del sistema operativo
Véase como ejemplo apps tipo Google Maps o Google Fotos. Pese a venir preinstaladas en prácticamente cualquier Android, incluido los Pixel de Google, se actualizan de forma independiente. Se puede estar en Android 12, por ejemplo, y tener una versión de estas apps idéntica a la de alguien que tiene Android 16 en su móvil.
Esto, a mi juicio, ofrece varias ventas como las de poder recibir mejoras o correcciones de errores más rápido, incluso si tu dispositivo no está en la última versión de Android. Además, si el fabricante deja de actualizar el sistema, muchas de las apps todavía pueden evolucionar en la tienda.
Tiene sentido para Apple, pero para el usuario...
En cierto modo, lo de Apple es algo entendible, viendo por ejemplo el caso de Liquid Glass, el nuevo lenguaje de diseño de iOS 26. Sería raro seguir en iOS 18 con el antiguo diseño de iOS y que sin embargo tengamos apps como Notas o Calendario con una interfaz nueva. Pero en cierto modo, limita mucho el poder del usuario.
Y se que quizás para muchos parezca esta una queja menor. Y en el fondo lo es, dado que al final las apps de Apple funcionan bien, son estables y suficientes para muchos usuarios. Pero esta falta de flexibilidad también puede ser frustrante.
Imagina que Apple lanza una mejora importante en la app Notas que quieres utilizar, pero por alguna razón decides no actualizar a la última versión de iOS. Es algo que ocurre sobre todo cuando hay grandes actualizaciones, en cuyas primeras versiones el sistema suele ser inestable y consume mucha batería, siendo estas razones por las que no actualizar.
En ese punto, te quedarás condenado a una versión más antigua de la app Notas si no actualizas. Mientras, en un Android con apps actualizables por separado, no existe ese sacrificio. Se puede tener un sistema antiguo, pero estable, y a la vez disfrutar de las últimas novedades de las apps.
Por suerte, y aquí le reconozco el mérito a Apple, suelen ser bastante frecuentes con las actualizaciones de iOS. Hay una actualización grande cada año, una intermedia cada dos meses aproximadamente y otras actualizaciones de seguridad tan pronto como se necesiten.
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