Se cumplen 40 años de Apple Lisa, el primer Mac de la compañía, primer superordenador producido en masa por el equipo de Steve Jobs. Sin embargo, aquel equipo llevaba gestándose desde la primavera de 1978. Desde el instante mismo que Steve Jobs supo que iba a ser padre de una niña.
El Proyecto Lisa desarrolló novedades capitales como el uso de una GUI (interfaz gráfica de usuario) y la implementación de un lenguaje de programación orientado a objetos. De hecho, este fue el primerísimo Apple en contar con un mouse conectado. Hoy puedes descargar su código fuente completamente gratis accediendo virtualmente al Museo de Historia de la Computación. Pero conviene recordar que el proyecto se dilató en el tiempo, acabó siendo un fiasco y, por el camino, pasaron otras cosas.
La historia de hoy es una de relaciones. Sí, la computación también está en la conversación, pero no es el relato que nos interesa contar. Lisa Brennan fue la hija que Steve Jobs rechazó por activa y por pasiva, tratándola con desdén y frialdad. Solo hacia sus últimos días reconoció lo obvio: que no solo era su padre, sino que podría haber sido mucho mejor padre.
De Apple a Lisa
Steve Jobs conoció a ChrisAnn Brennan, una joven estudiante de Dayton, en febrero de 1972. Ella asistía a la escuela superior de Homestead, en Cupertino. La relación se mantuvo durante un tiempo: Jobs comenzó en el Reed College, en parte aupado por la propia Chrisann, pero ella pronto comenzó a buscar su propio camino. Celoso y cauteloso, Jobs le pidió que se fueran a vivir juntos de alquiler.
Ninguno estaba especialmente comprometido con el otro, pero sí conectados emocionalmente. Una conexión que se mantuvo otros cinco años, donde ambos viajaron a la India (individualmente) y donde compartieron influencias. Un lustro de reproches, de vínculos y desconexiones. A medida que la posición Jobs en Apple crecía, el trato con Brennan era más árido y distante.
Sin embargo, tras varias visitas, en octubre de 1977, Rod Holt —el "número 5" de Apple— le ofreció a Brennan un aprendizaje remunerado, diseñando planos para futuros equipos de Apple. Esa misma semana supo que estaba embarazada de Jobs. Steve rechazó frontalmente la idea y ella no tenía a quién acudir: la relación con sus padres era no menos distante. Así bien, tomó la decisión de seguir adelante con el embarazo, ganar algunos dólares limpiando casas —Jobs siempre se negó a darle dinero pese a que quiso regalarle su primer sueldo—, viviendo en hogares de acogida. Por aquel entonces Jobs difundió un bulo: dijo que era infértil.
A pocas semanas del parto, invitaron a Brennan a dar a luz en el All One Farm, en Oregón, un centro educativo sin ánimo de lucro de enfoque rural, una comuna en la que estuvo tras finalizar la escuela secundaria. Ya entonces quedó marcada por la forma de vivir y trabajar de aquellas gentes —un afecto que le llevó a implicarse en el budismo zen—. Ella aceptó, pero Jobs no asistió, pese a las instancias y recomendaciones del propio propietario de dicho centro. Y en mitad de ese caos de reproches nació Lisa, el 17 de mayo de 1978.
Lisa, sin embargo, fue un nombre que gustó a los dos desde el primer momento. Jobs siguió espoleando este vínculo a través de su siguiente gran proyecto: el Apple Lisa. Jobs llegó a afirmar que dicho nombre en realidad hacía referencia al acrónimo "Local Integrated Systems Architecture". Muchos años después confesaría a su biógrafo Walter Isaacson que, en efecto, hacía clara referencia a esa niña de la que Jobs era padre en un 94,1%, según el concluyente test de paternidad. Jobs repitió así su maleficio: una infancia difícil.
De Lisa a Apple
Prestigiosa escritora y guionista, Lisa Brennan recuperó el apellido Jobs muchos años después, ya reconciliada con aquellos primeros años. Tras haber asistido a Harvard y haber trabajado en finanzas en Italia, se centró e su escritura, colaborando en la redacción de Oprah Magazine, Vogue, Harvard Crimson, The Massachusetts Review. Hoy vive como autora en Nueva York.
La revista Fortune reveló que cuando Jobs falleció, su viuda Laurene Powell había heredado un patrimonio neto de 10.500 millones de dólares. De esta riqueza Lisa heredó entre 20 y 23 millones, además de varios cientos de miles en costas de manutención no retribuidas. Ni en cien vidas hubiese imagino Jobs este irónico desenlace. Por cierto, aquí va otra de esas ironías vitales: está casada con Bill Morein, a quien conoció cuando era empleado en Microsoft, eterna rival de Apple.
Con tristeza y cierta desazón, Lisa Brennan-Jobs comenzó a trabajar en sus memorias tras la muerte de de su padre en octubre de 2011. 'Small Fry', publicada en septiembre de 2018, se convirtió en un importante éxito de ventas durante aquel año. Podríamos concluir que uno de los padres de la tecnología fue un terrible padre biológico. Pero como la propia dijo, todo tiene un contexto y un lugar. Y quiere que perdonemos al que siempre fue su único y verdadero padre.
Imágenes | https://lisabrennanjobs.net/
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