Son muchas las aplicaciones de compra-venta entre particulares que existen, aunque yo me quedo con la más popular: Wallapop. Para lo bueno y para lo malo, es la plataforma que mejor se ajusta para vender un iPhone u otro móvil. Al menos así lo he sentido yo tras muchos años vendiendo ahí todos mis iPhone antiguos o ayudando a amigos y familiares a vender los suyos.
No existe una receta mágica que te permita vender un iPhone rapidísimo y sin complicaciones. Ojalá. Sin embargo, los años me han permitido dar con una serie de elementos a tener en cuenta para facilitar todo el proceso y, por qué no decirlo, ahorrarme hablar con gente pesada y lidiar con estafadores.
El eje de todo: qué precio poner al iPhone
Imagen: Pixabay en Pexels
Como ya imaginarás, no te voy a decir una cantidad exacta que poner. Básicamente porque depende de varios factores. Obviamente no puedes vender al mismo precio un iPhone 15 Pro Max comprado hace apenas unos meses que un iPhone XR comprado en 2019 y con claras señas de desgaste.
¿Qué es lo que hago yo? Lo primero es buscar otros iPhone del mismo modelo a mi alrededor. De esa forma puedo estimar una media del precio al que lo vende la competencia. Porque sí, siempre habrá muchos vendedores ofreciendo el mismo dispositivo y por tanto debemos saber diferenciarnos de ello.
Para esa diferenciación y estimar el precio debemos valorar el estado de nuestro iPhone para bien y para mal. Aquí incido especialmente en su estado físico y si tiene algún rasguño, así como la salud de la batería o si tiene aún garantía o no. También si se incluyen accesorios como fundas, protectores de pantalla, cargador y cable original e incluso la caja.
Luego un tip personal que, aunque no daba mucho por él, me ha acabado resultando efectivo la mayoría de veces: ponerlo unos 50 euros por encima de la cantidad que quiero sacar. Si bien es cierto que puede servir para ahuyentar posibles compradores, al final acabo atrayendo a unos cuantos. Mi teoría es que al verlo por encima de la media les entra curiosidad por saber si tiene algún elemento especial que lo diferencie.
En cualquier caso, esta idea de subir el precio surge porque sólo tiene un final feliz para mí. Si alguien accede a comprarlo a ese precio es por su propia voluntad, sin obligarle en ningún caso, y yo me llevo 50 euros más de lo previsto inicialmente. Si no le convence, juego con la baza de rebajárselo hasta llegar a un descuento de 50 euros. De esta forma saco justo lo que quería sacar por el iPhone y el comprador se va con la sensación de haberme sabido regatear (un poco de picaresca no está mal).
Evitar estafadores es complicado, pero hay formas de cazarlos a la primera
Sucede con prácticamente cualquier cosa de un mínimo valor que se ponga a la venta en Wallapop, pero especialmente con los iPhone. Si alguna vez pusiste uno a la venta ya habrás comprobado la rapidez con la que nos llegan mensajes de presuntos compradores. Que oye, puede ser simple casualidad, pero a menudo es ya un indicativo de que se trata de una estafa. En la mayoría de casos, con bots automatizados para enviar mensajes cuando detectan nuevos productos.
Estos suelen tener unos rasgos comunes y es que escriben de una forma un tanto particular, por decirlo finamente. Faltas de ortografía, tiempos verbales que no son coherentes entre sí, respuestas a nuestros mensajes que no cuadran con lo que les hemos dicho, etc.
Además, sus perfiles de usuario suelen ser bastante comunes. O bien tienen 0 operaciones y por tanto ninguna valoración o todas sus reseñas son sospechosamente positivas y similares. Todas de cinco estrellas y con mensajes dignos de anuncio recomendando al comprador por virtudes comunes.
También resulta muy sospechoso cuando tienen cierta prisa en cerrar la operación, siendo especialmente reseñable cuando de primeras o segundas ya se muestran interesados en comprarlo (eludiendo también a que es un regalo para algún familiar). Así mismo, piden cerrar la operación a través de WhatsApp u otras aplicaciones, además de proponer métodos de pago ajenos a la propia plataforma de Wallapop y en ningún caso en persona.
Enseñar factura de compra, sí, pero no toda y siempre con cuidado
Imagen: Mohamed Hassan en PxHere con edición
Poniéndonos en la piel del comprador, es normal que también quiera evitar estafas de parte de quien lo vende. Negarse a mandar la factura puede ser un indicativo de ello y con eso le generamos desconfianza. En mi caso no me niego a ello, aunque siempre oculto datos sensibles como los de mi tarjeta de crédito, así como mis apellidos, DNI, dirección y teléfono.
También conviene ocultar datos relativos al número de pedido, factura y demás, algo que un estafador podría utilizar de algún modo para tratar de apropiarse del documento y reclamar de algún modo nuestro iPhone. Son casos enrevesados, pero toda precaución es poca.
Ni siquiera si se compra finalmente el iPhone conviene facilitar estos datos porque por mucha confianza que inspire el comprador, no dejará de ser un desconocido al fin y al cabo. Además, si necesitase acudir al servicio técnico de Apple, teniendo ya el iPhone configurado a su nombre es suficiente para que le atiendan sin problema.
Un término medio entre fotos de estudio y fotos cutres
Nuevamente nos ponemos en la tesitura de quien está interesado en un iPhone como el que vendemos y se encuentra con el anuncio. Sobra decir que unas fotos especialmente malas generan desconfianza. Harán ver que es un anuncio real, sí, pero si están muy oscuras o difuminadas pueden dar la sensación de que ocultamos algo.
Es un ejemplo algo antiguo, pero fue uno de los iPhone que más rápido vendí (aquí olvidé citar la salud de la batería y tiempo después tuve que especificarlo para evitar constantes preguntas)
Por otro lado, nada de usar fotos originales del producto o imágenes que pasen por material de marketing de Apple. Que sí, que luce mejor, pero al final genera la misma sensación. Ver imágenes oficiales o muy parecidas es como querer ocultar el iPhone real que se vende por algún defecto físico.
Así, lo mejor es tomar unas fotos caseras en las que el iPhone se vea bien por todos sus costados. Y sí, incluyendo también los posibles rasguños que tengan. De hecho es recomendable para que luego no haya sorpresas de última hora y el comprador pueda ver la profundidad de ese defecto.
Cuanta más información, mejor para el comprador (y para ti)
Todo empieza por no poner cosas tipo "lo compré para mi hijo, pero se ha comprado un Samsung que le gusta más y bla bla bla bla". Puedes especificar el origen del iPhone diciendo donde lo has comprado, si ha tenido más o menos uso, pero no contar tu vida. Aunque nos pueda parecer muy interesante, realmente no lo es para quien sencillamente busca un iPhone de segunda mano.
Sí es conveniente añadir todos los datos del teléfono como el almacenamiento, el estado de la batería y el estado físico que tiene. Que es plenamente entendible que nos eche para atrás poner que tiene un rayón, por pequeño que sea. O que su salud está deteriorada, pero al fin y al cabo es algo normal al ser un teléfono de segunda mano y que ya habrás tenido en cuenta a la hora de fijar el precio.
Incluso en el plano más egoísta nos beneficia, ya que nos ahorra tener que dar explicaciones. Que pese a todo aparecerá alguien que nos preguntará cosas que ya describimos, pero en la mayoría de casos sirve para que los interesados sepan ya de primeras cómo está el dispositivo.
Decir no y bloquear: bendita funcionalidad
Hay usuarios y usuarios. Muchos de ellos buscan ahorrarse cierto dinero cambiando otros móviles o incluso tablets y relojes inteligentes a cambio de tu iPhone. En algunos casos ofrecen también un pequeño pago si el iPhone que vendemos es superior. Debo decir que para mi sorpresa la mayoría de gente entiende que no aceptemos ese cambio y nos deja en paz.
Sin embargo, hay también muchos que tiran de insistencia y nos pueden sacar de quicio. Ya sea insistiendo con ofrecernos cambios de productos o pidiendo rebajas que no estamos dispuestos a asumir. Mi recomendación es no llegar a ese punto. Con toda la educación del mundo decimos que no, resolvemos las posibles dudas si las hay y fuera.
Si vuelve a insistir, bloqueamos el contacto y fuera. Y te aseguro que no perderás un comprador, ya que cuando alguien insiste tanto desde el principio en ofrecer otra cosa es que no tiene intención alguna de pagar lo que pedimos. Ni siquiera si se lo rebajamos 50 euros como comentaba en un punto anterior.
La mentira tiene las patas muy cortas
A estas alturas ya he dejado ver que la sinceridad debe ser nuestra bandera, pero por si quedan dudas, insisto. Mentir u ocultar datos no servirá para vender mejor el iPhone. De hecho puede provocar que enfademos al comprador y si le hemos llegado a vender el dispositivo, nos deje una mala reseña y en el peor de los casos nos reporte a la plataforma.
Hay ciertos elementos que son evidentes factores en contra de una venta, y curiosamente la salud de la batería es una de ellas. ¿Pero, qué le vamos a hacer? Si el iPhone ha sido usado y su batería se ha degradado, es lo que hay. Podremos culparnos de no haberla cuidado mejor o lo que sea, pero para venderlo hay que ser honestos.
Y esto aplica también al apartado del precio. El iPhone está en perfectas condiciones de batería, es nuevo y tiene tres años de garantía. Eso es genial para venderlo a un alto precio, pero insuficiente si tiene una raja en la pantalla que le atraviesa de esquina a esquina. Igual ocurre en el extremo contrario, ya que por muy cuidado que esté su exterior, de nada sirve si la batería necesita un reemplazo.
Cualquier iPhone puede ser vendido, pero siempre de forma honesta y razonable.
La venta en persona y el pago también (aunque sea con Bizum)
Imagen: Álvaro García M. con DALL-E 3
Vivo en un gran núcleo urbano y reconozco la tremenda ventaja que supone esto para vender iPhone. No sólo tengo alrededor más posibles compradores, sino que sus desplazamientos o el mío para cerrar una venta en persona son mucho más sencillos que si viviésemos en una zona rural con pocos habitantes.
No obstante, y aunque cueste más vender el iPhone, lo mejor es hacerlo en persona. Si tú y el comprador vivís a unos cuantos kilómetros, podéis fijar un punto intermedio en el que quedar para hacer la venta. De esa forma no sólo la otra persona podrá ver el dispositivo en persona, sino también efectuar el pago, ya sea en metálico o, preferiblemente, a través de Bizum u otras plataformas.
Pero cuidado, también hay riesgos en las ventas en persona. No he sido yo quien ha sufrido esto, pero conozco casos de gente que ha quedado con un presunto comprador y le ha prestado el móvil para verlo antes de hacer el pago y este ha salido huyendo. Mantén siempre el dispositivo en tus manos y muéstrate abierto a enseñar todo lo que el comprador quiera, pero siempre en tu mano.
Imagen de portada | Zana Latif en Unsplash
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