"Hoy comienza una nueva era para el iPhone". Tim Cook no se anduvo con rodeos a la hora de presentar uno de los productos más esperados de este complicado 2020. Etiquetándolo como el iPhone que inaugura una nueva generación que cambia cada diez años, veíamos uno de los principales motivos de la puesta al día: el 5G. Esto no va de añadir un nuevo chip capaz de gestionar la mayor velocidad de las redes telefónicas, hay que cambiar cómo está pensado el iPhone para combinar las nuevas antenas. Esto da lugar a un nuevo diseño que más bien es una puesta al día de uno de los modelos más conocidos de generaciones anteriores.

Este iPhone es más que nunca un producto que nace del feedback del ecosistema. Todos los productos de la compañía los son, pero el teléfono es la mejor definición de espacio versátil en el campo de la tecnología. Es potente (y ahora más que nunca con Apple Silicon), es ligero, es móvil, es inalámbrico y lleva años siendo la capital de nuestro ecosistema digital.

Habitualmente vemos esas ideas bajadas al terreno del usuario utilizando iOS como catalizador: es el resultado - más bien el sumatorio - de combinar un hardware y un software hecho a medida, que permite a la compañía destacar ciertas características potenciadas por actualizaciones de software, refinando así el uso original del momento en el que salieron. En el caso del iPhone 12, da la impresión de que Apple ha ido al revés, empezando el viaje desde el hardware, manteniendo el concepto iPhone y trayendo de vuelta algunas buenas ideas que han funcionado muy bien en el pasado - puestas al día.

iPhone 12, análisis: desde el 5G hacia todo lo demás

Precisamente fue Arun Mathias, vicepresidente de ecosistemas y tecnologías inalámbricas de Apple quien nos presentaba cómo habían utilizado el diseño de las antenas 5G para esbozar la silueta del nuevo teléfono - según Mathias, un enfoque distinto a la competencia: primero, las diseñaron y las posicionaron en la forma que ocupan menos espacio posible del teléfono. Esto es, convirtiéndolas en formas planas que rodean el contorno del dispositivo. Para poder encajar mejor los componentes, el cuerpo del iPhone no debería presentar bordes redondeados como en anteriores generaciones.

A esta conclusión añadieron la experiencia en el diseño del iPhone 4 y los iPhone 5, 5s y la primera generación del iPhone SE, encontrando que el diseño más eficiente y lógico para añadir este tipo de tecnología debía ser similar a aquellas versiones. Todo ello, contando además con que estamos hablando de unas generaciones de iPhone que fueron muy bien acogidas por los usuarios catalogándolos como uno de los mejores diseños del teléfono de Apple.

Para Mathias, el iPhone 12 permite con este diseño incorporar el mayor número de bandas 5G de cualquier smartphone del mercado, en un diseño consolidado y que permite rehacer mejor el interior. El resultado es una reducción de volumen y de peso que no es radical respecto a los iPhone 11, pero ciertamente se nota en mano. Aún así, el nuevo teléfono de Apple es pura tecnología concentrada de nuevo, contando sin duda con la llegada del nuevo chip A14 que marca un pistoletazo que va más allá de una nueva generación de SoC (System on Chip).

Lamentablemente, debido a la situación del país por la pandemia, no he podido desplazarme más allá de Valencia para poder probar las antenas 5G, y he utilizado Vodafone. Esta tecnología en España aún está en etapas muy tempranas con tasas de transferencia que ni se acercan a las que tienen países como Estados Unidos donde se alcanzan velocidades de más de 1Gbps en algunas zonas. En mis pruebas en el centro de la ciudad de Valencia, los números eran evidentemente mejores que el 4G, pero bastante más discretos que los conseguidos en otros países por los analistas norteamericanos:

A todo esto hay que añadirle que en EEUU utilizan una tecnología propietaria llamada mmWave (milimiter Wave) que puede conseguir transferencias que rozan los 3Gbps en condiciones muy ideales. Esta tecnología no está licenciada en ningún otro país de momento, y por eso Apple no incluye esta antena extra para cubrir esta banda en los teléfonos fabricados fuera de allí. Es interesante que los iPhone 12 ya cuenten con compatibilidad 5G ya que a medida que se amplíe la red, se mejorará la velocidad en nuestros teléfonos - como ya pasó con el 4G.

Una estética familiar actualizada

La primera sensación al sacar el nuevo iPhone 12 de la caja es de sorpresa. Quizás, porque durante muchos meses nos hemos hecho la idea en la cabeza de que se parecía estéticamente al iPhone 4 o 5 (más próximo del 5 que del 4, eso sí), pero cuando lo tenemos entre manos el diseño se define por si mismo: el nuevo borde de aluminio (en el caso del iPhone 12) o de acero inoxidable (en el caso del iPhone 12 Pro) marcan la línea que lleva más allá los diseños que creíamos conocer, dando la sensación correcta de que no sólo estamos en una nueva generación, sino que también está más lejos de lo que pensábamos.

Comenzando por los nuevos colores que - en mi opinión - son de las mejores gamas que hemos tenido en cualquier otra generación. Para el iPhone 12 tenemos los tradicionales negro, blanco y (PRODUCT)RED, a los que se le añaden el verde y un azul que en vivo gana muchos enteros a como lo habíamos visto en las imágenes promocionales de Apple o incluso en la propia keynote. Es el color del modelo de análisis de estas imágenes, y como veis, aporta cierta consistencia visual con el nuevo diseño compacto y rompe un poco con la tendencia continuista en los colores que ya conocíamos.

Es un azul marino con cierto toque de fuerza, más caracterizable a la luz directa y ligeramente más oscuro en los bordes - donde el nuevo diseño distingue totalmente y rompe la uniformidad con el color escogido en el cuerpo. En el caso del iPhone 12, el aluminio de los bordes oscurece el color del material, mientras que en el iPhone 12 Pro, lo aclara. Este es quizás el motivo por el que colores en los modelos Pro son más pastel que en los normales.

Para el iPhone 12 Pro tenemos los colores grafito, plata, oro y - ojito - azul pacífico, el que para mí es el color de esta generación. El tono tiene cierto toque de elegancia y acompaña muchísimo al diseño, que destacará sin duda mucho más en el Pro Max y su mayor tamaño. En el caso del modelo que nos han cedido para análisis, tenemos la versión plata que también me sorprendió por los tonos más perlados del cristal mate en blanco trasero (de textura idéntica al del pasado iPhone 11 Pro).

Contrasta sin duda con los nada discretos bordes en plata (prácticamente espejos) que aportan un aspecto mucho más llamativo al teléfono con un color tan tradicional. Aquí el lenguaje visual cuadra con la novedad y tanto en mano como encima de la mesa, vemos un diseño familiar pero con un toque puesto al día donde se nota la experiencia de Apple diseñando teléfonos después de todos estos años.

En mano es un iPhone que notaremos diferente en los primeros momentos, acostumbrados como estamos a los bordes redondeados desde la presentación del iPhone 6 en 2014, pero pronto se siente cómodo. La calidad de materiales y la ligera textura de la parte trasera ayudan también a ver el teléfono como un dispositivo compacto. El diseño, cuanto más lo he usado, más me ha parecido una evolución correcta del modelo de bordes planos del iPhone 5 llevado a un nuevo nivel.

Super Retina XDR de serie en todos los iPhone 12

Algo que caracteriza a esta generación es que no compromete ninguna característica que define al modelo en ninguna de sus variaciones. Uno de los mejores ejemplos es la pantalla Super Retina XDR en todos los iPhone 12, desde el mini, hasta el Pro Max - pasando por supuesto por los dos modelos que analizamos hoy.

La diferencia del iPhone 12 con respecto al iPhone 11 es abismal: pasamos a tecnología OLED desde IPS, con lo que se gana en contraste, tonos negros más puros y una auténtica pantalla HDR - a la que este año se le saca más partido que nunca. La resolución pasa de 1792x828 píxeles a 2532x1170 pixeles, mejorando la densidad de puntos por pulgada de 326 a 460. Todo esto combinado consigue un increíble ratio de contraste de 2.000.000:1 en lugar de los 1.400:1 de la generación anterior.

El brillo máximo típico de la pantalla se mantiene en 625 nits (que ya es un valor bastante bueno). La novedad en el iPhone 12 es que este brillo puede sostener picos puntuales de 1200 nits de brillo, que se utilizan cuando se reproduce contenido HDR. La explicación a esto es que las escenas HDR pueden controlar la iluminación de cada píxel HDR independientemente, con lo que se pueden alcanzar estos picos máximos en momentos donde la imagen los muestra elevados. Para que os hagáis una idea, la pantalla del Apple Watch Series 6 llega a 1000 nits.

La pantalla del iPhone 12 Pro es idéntica a la del iPhone 12 (repito, que gran noticia para el modelo "base"), sólo que pasa de las 5,8" del iPhone 11 Pro a las 6,1", arrebatadas a un pequeño estrechamiento de la pantalla contra los bordes del dispositivo, que en el día a día, no es apreciable. La resolución y puntos por pulgada es ligeramente superior al ganar en espacio, pero como digo no es algo distinguible a primera vista.

En el día a día, esta magnífica pantalla presente en ambos modelos destaca por su calidad en definición, nitidez y profundidad de colores. Tanto para ver películas, imágenes o para jugar, es una de las mejores pantallas sumando todas sus características y teniendo en cuenta equilibrio/eficiencia: en mi opinión no es necesaria una pantalla de mayor resolución para un dispositivo de este tamaño, sobre todo cuando la marca la adereza con características que redondean el uso que le damos con calidad más que de sobra.

También cuenta con un revestimiento llamado Ceramic Shield, que consiste en insertar en el vidrio cristales de nanocerámica, mejorando la resistencia y manteniendo por supuesto la transparencia. La marca nos dice que es cuatro veces más resistente que la pantalla de la generación anterior, y que el nuevo diseño más compacto y anguloso lo hace menos propenso a roturas ante caídas accidentales. En los casi 10 días que llevo probando el teléfono, no he notado ningún problema ni en los laterales ni en la pantalla. Para las pruebas en estos días, por supuesto no he llevado el teléfono con funda y lo he usado con normalidad: bolsillos de pantalones, huecos para dejar objetos de varios coches, mesas, etc...

Face ID vs Touch ID

A nivel de mejora, considero que Face ID necesita una puesta al día sobre todo en el espacio que ocupa el "notch" en pantalla. Esta generación es algo más pequeño, pero aún sigue siendo demasiado grande comparado con la competencia. Con el nuevo diseño de los iPhone 12 con los bordes planos se disimula algo más, pero sería mejor que la zona de cámaras TrueDepth se redujera drásticamente o se ocultase de alguna forma. Quizás veamos lo primero en próximas generaciones, y lo segundo en el largo plazo.

Sea como fuere, soy un firme defensor del Face ID respecto al Touch ID. Mucho se ha hablado de por qué Apple no ha incluido un botón con Touch ID como el que trae el nuevo iPad Air. La respuesta es sencilla: no había necesidad. Estos teléfonos estaban diseñados y puestos en la línea de producción antes de esta maldita pandemia de COVID-19, por lo que no se tomaron contramedidas contra un caso de uso tan improbable como utilizar mascarillas en nuestro día a día - sin duda, algo que molesta a los usuarios.

Aquí caben dos soluciones: o mejorar Face ID o incorporar Touch ID. O ambas. Esto último parece improbable si nos atenemos a que la compañía nunca ha incluido más de un sistema de validación biométrica en sus dispositivos. E incorporar Touch ID sustituyendo Face ID personalmente me parece un paso atrás - soluciona un problema temporal trayendo al primer plano uno que ya se había resuelto: la seguridad de Face ID es de 1 contra un millón, mientras que con Touch ID es de 1 contra 50.000.

Por lo tanto, y repito siempre bajo mi opinión, lo que debería hacer Apple es mejorar Face ID y llevarlo al siguiente paso: mejorar la resolución de captura con una nueva generación de las cámaras TrueDepth que permita duplicar los datos matemáticos de nuestro rostro, permitiendo almacenar la información suficiente como para validarnos aún llevando mascarilla (que tapa el 50% que ahora evita que se pueda utilizar, aún con trucos). Estoy convencido que están trabajando en ello para siguientes generaciones. De momento, la segunda generación del chip Secure Enclave que probamos en el iPad Air tiene muy buena pinta y es un increíble paso para acelerar la descodificación biométrica de mayor caudal de datos, si se producen las mejoras que comento en futuros iPhone.

Y sin embargo, algo sí ha mejorado: la cámara de 12MP TrueDepth ahora permite tomar selfies en Modo Noche y puede utilizar la tecnología Deep Fusion para detallar a nivel de píxel los detalles de la imagen. No sólo eso: también se puede grabar con esta misma cámara frontal vídeo HDR en formato Dolby Vision de hasta 4K, a 30fps y estabilizados por software. ¿Qué tipo de magia hace esto posible? Se llama chip A14 y sí, tenemos que hablar de él.

Chip A14 y el porqué de la fabricación en 5 nanómetros

¿Os habéis preguntado por qué, tal como vimos en el análisis del iPad Air, el chip A14 que incluyen estos iPhone 12 y iPhone 12 Pro es tan importante para Apple? Hay muchos factores para contestar a esta pregunta (y los hemos hablado alguna vez en los podcasts de Las Charlas de Applesfera), pero lo más importante es que han conseguido alcanzar el punto potencia/rendimiento/eficiencia a un nivel que permite que dispositivos de este tipo, con esta capacidad de cálculo, ni siquiera lleven ventiladores como los portátiles o los equipos de sobremesa. La respuesta a todo esto está en el proceso de fabricación de un chip, algo que muchas veces no se tiene en cuenta pero que para Apple será - es - crucial en sus Apple Silicon.

Por primera vez, un "sistema en un chip" o SoC (System on a Chip) de la compañía se ha fabricado en 5 nanómetros. Un nanómetro es una medida de longitud del Sistema Internacional. Si tomamos el metro como la unidad de referencia en una escala, un nanómetro es una mil millonésima parte de un metro. O diciéndolo de otra forma: un pelo humano tiene un diámetro aproximado de 80.0000 nanómetros. Pues bien, los transistores de este chip A14 tienen un tamaño de 5 nanómetros cada uno. Son el elemento más pequeño que se puede encontrar en un circuito electrónico. De hecho, estos transistores de 5nm son únicamente 50 veces más grande que la nube de electrones de un átomo.

Esto es muy importantes porque Apple ha conseguido fabricar este A14 en una tamaño que hoy en día, se considera prácticamente un límite físico para fabricar un transistor basado en Silicio. Se han construido transistores de 3nm pero son puramente experimentales aún, y sí, existen los de 1nm pero construidos en grafeno, que es un material basado en átomos de carbono aún más pequeños que lo de Silicio. Si queremos bajar de esa escala, tenemos que bajar al nivel Cuántico, y para esa tecnología en computación aún es necesaria mucha más exploración.

¿Por qué es tan importante construir un chip utilizando transistores que hasta hace unos años, eran considerados casi ciencia ficción? Porque esta es la auténtica clave para todo: son más densos y rápidos cuanto más pequeños son (más transistores, más potencia de procesamiento o mayor cantidad de instrucciones por ciclo). Son más eficientes energéticamente, ya que al ser más pequeños, la cantidad de electrones que pasan por ellos es menor para cambiarlos de estado, por tanto se consume menos energía. ¿Os acordáis de cuando Steve Jobs ensalzaba la potencia de proceso por vatio en la transición a Intel desde PowerPC? Pues es justamente esto: más potencia, con menos energía para desarrollarla.

La última gran ventaja de esta fabricación en 5nm es la menor generación de calor, ya que se podría disminuir la cantidad de transistores por área y reducir el calor que el silicio puede generar con su carga máxima (ojo a los Mac con Apple Silicon... pero de eso ya hablaremos). El gran problema de esta tecnología es que su fabricación es tremendamente costosa y no exenta de fallos de fabricación por oblea fabricada, que pocas empresas pueden costearse. Apple afortunadamente es una de ellas y creo que es apropiado entender este logro cuando llevamos un dispositivo con esta tecnología en el bolsillo.

Las pruebas de Geekbench fueron claras, el mayor valor en rendimiento mononúcleo de cualquier dispositivo Apple evaluado hasta ahora, que se multiplican por los seis núcleos que - de momento - vemos en un chip A14. En el iPad Air le sientan de maravilla, a estos iPhone 12 le permiten llegar a otro nivel en un aspecto donde el iPad no competía: la fotografía computacional. Para ello, la compañía ha dotado a este chip con nada más y nada menos que 16 núcleos dedicados exclusivamente a Machine Learning, una apuesta de Apple por el procesamiento con inteligencia artificial en el dispositivo, no fuera de él.

Apuesta por la fotografía computacional

El iPhone ahora es capaz de entender mejor las escenas no calculando las mejoras gráficas "a bulto", sino que es capaz de entender todo lo que compone una imagen y aislar cada componente sabiendo lo que es. Mejora la textura de un árbol, mejora la iluminación de una persona, contrasta un edificio, sabe que el cielo no puede aclararse demasiado porque es de noche. Esa capacidad para entender cada escena se calcula en tiempo real en base a complicados algoritmos, y ahora el iPhone es capaz de entender mejor - y más rápido - cada una de nuestras fotos.

El modo noche ahora es mejor y está disponible en todas las cámaras, incluida la lente ultra gran angular. Las pruebas como la de este ejemplo nos muestran por ejemplo cómo el modo noche con la lente gran angular y ultra gran angular son coherentes: la zona iluminada sigue siendo la parte donde en la realidad estaba la farola (con una luz amarillenta muy muy tenue)

También se ha añadido una corrección de la distorsión de lente causada en algunas imágenes en el modo ultra gran angular y las fotos tomadas por la cámara TrueDepth, que también utilizan Machine Learning para entender qué objeto está en los bordes y corregir la perspectiva. Es ligeramente mejor en el Pro ya que tiene doble estabilización óptica. No es perfecto, pero evita de forma bastante buena las deformaciones en imágenes en modo noche (como el ejemplo anterior) o esta fotografía con una pareja sentada a la izquierda del encuadre:

Uno de los cambios más apreciables en esta generación es sin duda el Smart HDR 3, donde toda la tecnología de interpretación y el motor de aprendizaje natural pueden entender incluso las escenas complejas cargadas de diferentes elementos, tonalidades y sombras. Esta selección de mejora selectiva a cada parte de la foto impresiona en algunas capturas donde se aprecian todos los detalles de la instantánea: sombras con algo de profundidad, cielo y edificios detallados, textura del asfalto... Esta detección de imágenes se puede desactivar dentro de las preferencias de la cámara en iOS, por si preferimos obtener una imagen menos procesada. Sin embargo, creo que los resultados plantean pocas dudas:

Una de las características que más desapercibida ha pasado de la generación anterior es Deep Fusion. No porque no se utilice, sino porque se utiliza sin que el usuario tenga que configurar nada. Lo que hace es utilizar el motor neuronal de aprendizaje automático para detectar patrones de texturas y mejorar el detalle prácticamente a nivel de píxel. El resultado en el contexto general de la imagen es mayor definición en estas zonas, sobre todo en condiciones de baja o media luminosidad.

Disponible sólo en el iPhone 12 Pro, la lente teleobjetivo con apertura f/2.0 y focal de 52 milímetros, con estabilización óptica y 2x de zoom óptico real. Apple habla de "rango de zoom óptico de 4x", pero se refieren a la diferencia entre el gran angular y este telefoto (que son cuatro aumentos en total) aunque desde el 1x de la cámara principal son realmente 2x. La cámara en este modo es de calidad muy similar a la del iPhone 11 Pro (algo mejorada en condiciones de baja luminosidad por el proceso de Machine Learning del A14), donde quizás la novedad en esta generación la veamos en el iPhone 12 Pro Max que monta una lente de 65mm y permite un zoom óptico con algo más de tirada, 2.5x.

También incorporado únicamente en el iPhone 12 Pro (y en el Pro Max) es el escáner LiDAR, exactamente el mismo que ya vimos con el nuevo iPad Pro y que en los iPhone 12 Pro tiene - al igual que la maquinaria de Machine Learning - nuevos horizontes. Uno de ellos, es la mejora de las fotos en baja luminosidad: el escáner LiDAR no necesita de luz para crear un mapa de profundidad de una escena, con lo que ayuda al enfoque aún con estas condiciones.

Más allá de la mejora en fotografía, el LiDAR permite cosas sorprendentes que pueden combinarse con la realidad ampliada para obtener herramientas o escenas que el nivel de cálculo del chip A14 facilita mucho. Por ejemplo, hay aplicaciones interesantísimas como la propia "Medidas" de Apple, que nos permite medir la altura de una persona utilizando LiDAR. Ya son para nota apps como Polycam, todo un escáner LiDAR 3D de bolsillo, con el que podemos capear la realidad (ligeramente): escenas, captura de objetos tridimensionales, recortes... La rapidez del LiDAR la apreciamos sobre todo cuando utilizamos estas aplicaciones de realidad aumentada, en la que no necesitamos escanear el plano del piso para que se detecte la escena: el sensor LiDAR mapea la estancia y la convierte en una representación matemática en tiempo real, la base de todas estas apps y juegos.

Dolby Vision en un iPhone

Una de las novedades más llamativas de esta generación es la grabación de vídeo en Dolby Vision, un formato destinado para profesionales que ahora podemos hacer con un iPhone. Los productos de Apple lanzados desde 2018 ya soportan este tipo de reproducción de vídeo HDR (en realidad el Dolby Vision es un perfil de esta tecnología), la gran novedad ahora mismo es que un dispositivo del tamaño de un teléfono pueda grabarlo. Lo que ha hecho Apple es añadir la capa de metadatos del formato en el momento de la grabación (y no en el de la edición), todo de forma completamente nativa y transparente para el usuario.

Para asegurar la compatibilidad veamos donde veamos el vídeo, Apple utiliza el nuevo perfil 8.4 de Dolby Vision basado en un protocolo que permite ser retrocompatible con descodificadores por ejemplo SDR. Básicamente, la arquitectura de este sistema es una grabación de vídeo HDR con un perfil de 10-bits de color y metadatos Dolby Vision. Esta cantidad de colores controlados a nivel de píxel requieren una iluminación superior, de ahí los 1200 nits de brillo de la pantalla Super Retina XDR - y quizás también de la 'X' de XDR: permite reproducción varios formatos de forma transparente. Con todo esto, se permite a los dispositivos entender qué descodificador usar dependiendo de su grado de compatibilidad.

En el día a día contamos con unos impresionantes vídeos que podréis disfrutar en todo su esplendor si tenéis alguna televisión compatible con este sistema, con colores detallados y vivos, sea cual sea la escena. En cualquier caso, podéis estar tranquilos de que podréis disfrutar de estos vídeos en vuestros dispositivos Apple sin problema: tanto los anteriores a 2018 que podréis ver en SDR como los más nuevos que se mostrarán en este nuevo formato. La selección de este formato se hace desde el menú de preferencias, y como recomendación, os aconsejo activarlo sólo si contáis con una buena cantidad de memoria en el iPhone 12 (mínimo 128GB si lo vais a utilizar con asiduidad, o si lo vais a exportar y no mantener en el dispositivo).

Eficiencia energética y cargadores

La polémica en este generación es la retirada por parte de Apple del cargador y los EarPods incluidos en la caja del producto, como paso para conseguir ser una compañía con impacto cero en el medioambiente en 2030 debido a la contaminación que ocurre al producir innecesariamente ciertos dispositivos electrónicos que ya podemos tener en casa repetidos. Esto ha sido muy criticado y en mi opinión, el problema es que no se ha hecho partícipe a los usuarios de esta medida. Como posición me parece perfecta: una compañía con el alcance de Apple puede realmente marcar la diferencia a nivel medioambiental y eso es una buena noticia para todos.

Sin embargo, discrepo en las formas: yo puedo tener veinte cargadores por casa (de hecho, es posible que los tenga) pero otro usuario puede no tenerlos, o tenerlos en malas condiciones. En el caso de los EarPods es aún peor: yo tengo varios pero es algo que se desgasta con el uso. Para evitar que el usuario compre estos accesorios más baratos y de peor calidad que los oficiales, Apple debería haber tenido algún gesto en forma de programa de intercambio, por ejemplo: el usuario envía los viejos que no pueda utilizar y necesite (se hace partícipe al usuario de la decisión) y la empresa le envía unos nuevos. Igual con el cargador, donde ir a uno más barato podría poner en peligro nuestros terminales.

Apple ha bajado algo los precios de ambos productos, pero debería ser una decisión acompañada entre ambas partes, aunque sea liderada - que debe - por la compañía. Al menos, a los usuarios que compran estos nuevos terminales deberían haber tenido alguna opción. Seguramente muy poca gente hubiera pedido un cambio o reemplazo, porque al final todos sabemos que nos sobran estos cargadores y poca gente lleva ya auriculares de cable... pero hay que pensar en ellos, o al menos, proponer una transición consensuada hasta retirarlos completamente.

Cargadores aparte, la eficiencia energética de los nuevo iPhone 12 y iPhone 12 Pro mantiene mucho la línea de anteriores generaciones. La batería en estos terminales es algo más pequeña, e incluso Apple nos dice que teóricamente tenemos algo menos de vida de batería (una hora aproximadamente) pero en el día a día no he visto ningún cambio notable a las pruebas realizadas a los iPhone 11 y 11 Pro el año pasado (lo cual, considerando el incremento de potencia, es algo muy bueno).

No he tenido sensación de cargarlos más, y eso contando que en el iPhone 12 Pro llevo dos sims (una física y otra eSIM) funcionando a la vez. Ni siquiera el uso del 5G durante mis pruebas parece haber influido en la batería, aunque en esta generación sea algo menor en tiempo de vida (quizás por la potencia del 5G). También se puede configurar cómo queremos consumir este 5G para contener el consumo de datos, y el iPhone puede pasar de 5G a 4G automáticamente para evitar acabar con nuestra tarifa. De la misma forma, no se puede utilizar el 5G en modo multi-sim si ambas tarjetas no son 5G. Siempre funcionaremos a la velocidad de la menor.

Me parece interesante las pruebas de carga rápida utilizando la base inalámbrica MagSafe conectada a un cargador de 20W oficial de Apple, respecto al cable Lightning. Muy buenos resultados, ya que alcanzan un buen porcentaje rápidamente en ambos casos:

• Prueba de carga MagSafe, cargador oficial 20W Apple: pasa del 49% al 86% en 30 minutos.
• Prueba de carga cable Lightning + cargador oficial 20W Apple: pasa del 7% al 63% en 30 minutos.

Con esto nos aseguramos tener cargado nuestro teléfono si hemos olvidado hacerlo antes, y se nota la mejora que Apple ha aplicado al sistema operativo que ahora es capaz de cargar más allá de los 7,5W que teníamos en generaciones anteriores. Si usáis MagSafe, recordad que para emplear la velocidad completa de 15W de carga rápida en los iPhone 12 necesitáis usar el cargador de 20W de Apple, o uno compatible con las mismas características.

Concentración de tecnología y un paso más

Esta generación nos trae un modelo que avanza como concepto con muy buenas ideas y una concentración de tecnología impensable hace unos años: escáner LiDAR, altavoces potentes, sumergible hasta 6 metros durante 30 minutos, pantalla con mayor definición y sobre todo un nuevo chip A14 que va estar en todas las conversaciones de tecnología durante 2021. Ese paso adelante casi se puede considerar desmarque cuando vemos lo que es capaz de hacer como conjunto, reduciendo volumen y algo de paso en un diseño reconocido por los usuarios incluso con el paso de los años.

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Gana importancia la fotografía computacional, la apuesta por formatos como Dolby Vision y la imprescindible puesta al día con el 5G que la industria le pedía a Apple. Como conjunto, es un dispositivo muy bien resuelto, refrescado por un diseño familiar pero puesto al día que va a seguir siendo el centro de atención cuando utilicemos nuestro dispositivo - sobre todo por la elección de los colores de la gama que son de los más equilibrados en los últimos años (yo soy #teamAzul totalmente aquí).

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Es la avanzadilla de otros dos iPhone 12 que están por llegar: el nuevo iPhone 12 mini, con menor tamaño pero características muy similares a los modelos que hemos comentado - sin dejar nada atrás - y el iPhone 12 Pro Max donde sí veremos una marcha más en las cámaras. Si no necesitáis un tamaño menor o mayor que los que hemos comentado para vuestros terminales del día a día, los iPhone 12 (desde 909€, 64GB) y iPhone 12 Pro (desde 1159€, 128GB) son la opción perfecta (sobre todo si venís de modelos anteriores a los iPhone 11 / iPhone 11 Pro). Ciencia ficción en otros tiempos, ahora en nuestros bolsillos.