El impacto de la transición del Mac a procesadores Apple Silicon se va a sentir más allá de los dominios de Apple. Así lo asegura Jean-Louis Gassée en su blog, donde señala con argumentos sólidos que Microsoft también deberá hacer la transición. Un movimiento que dejaría en la estacada la otrora exitosa relación entre Intel y Windows, conocida como “Wintel”.
Gassée fue el ejecutivo de Apple que sustituyó a Jobs tras su partida en 1985. En 1990 abandonó Apple y un año después fundó la empresa Be Inc., responsable de la creación del sistema operativo BeOS. Cuando Apple abandonó sus esfuerzos por reescribir el sistema operativo del Mac en los 90, se fijó en dos posibles adquisiciones: NeXT y Be. Finalmente, adquirió la primera y trajo de nuevo a Steve Jobs a bordo.
Más batería, más potencia y mejor disipación del calor
De acuerdo con los tests de Geekbench, el A12Z iguala o excede a mi MacBook Pro. Apple no ha desvelado el TDP del procesador A12Z, pero podemos fijarnos en un número indirecto, el adaptador de corriente de 18W del iPad Pro. Esto nos da una idea de qué esperar en los futuros Mac con Apple Silicon: un TDP significativamente inferior sin perder potencia de procesado.
Lo siguiente, el rendimiento. Con lo que vemos en el actual A12Z, uno no puede imaginarse que los Mac con Apple Silicon del futuro tengan menos de un 25% de rendimiento de ventaja sobre un correspondiente PC x86. Lo reconozco, esto son trazos amplios y especulativos acerca de los Mac con Apple Silicon. Piensa en portátiles más rápidos y esbeltos con una batería que durase 10 horas.
Además de una ostensible mejora del rendimiento y de la autonomía, Gassée señala la disipación del calor como otra de las ventajas. Y para ello indica cómo su MacBook Pro con un Intel Core i7 se pone muy caliente cuando ejecuta tareas. Algo que no es lo ideal en un producto que el usuario puede ponerse en las rodillas para trabajar en determinados momentos.
De modo que los procesadores Apple Silicon añaden tres mejoras distintas: más potencia, más batería y mejor disipación del calor. Son tres variables que mejorarían ostensiblemente sobre los procesadores de Intel. Y que abren otras puertas en el diseño de nuevos Mac. Estos chips ARM van más allá de una simple mejora de la potencia. Suponen un nuevo horizonte de diseño para los Mac.
El falso dilema de Microsoft
En 2012, Microsoft comenzó a dejar atrás los procesadores x86 de Intel con su primera máquina Surface con motor ARM. No funcionaba muy bien. Pero Microsoft insistió y, a finales del año pasado, lanzó la Surface Pro X con otro chip ARM y ejecutando Windows para ARM. Era una mejoría, pero muchos periodistas no quedaron convencidos.
Por citar un problema, las apps típicas de Microsoft no se ejecutaban en modo nativo. Esto fue todavía más embarazoso cuando se mostró Office ejecutándose en los Apple Silicon durante la WWDC del mes pasado.
Gassée pasa en la segunda parte del artículo a poner el foco en Microsoft. La compañía se enfrentaría a un dilema que según cree es falso: dejar de lado la versión ARM de Windows y permitir que Apple se quede con ese mercado o arreglar los problemas de software y tener lista una alternativa a macOS 11. El ex-ejecutivo de Apple tiene claro que es un falso dilema, porque Microsoft no va a dejar en la estacada a todos los fabricantes de PC.
Recordemos que fabricantes como ASUS, Dell o HP suponen el grueso de los equipos con Windows vendidos en el mercado. Especialmente relevante a empresas, que son ahora el enfoque primario de los servicios que componen el grueso del negocio de Microsoft. Por lo que podemos esperar un mayor esfuerzo por parte de los de Redmond para empujar un ecosistema de software compatible con ARM.
El adiós a Wintel, la alianza de dominó la informática personal durante décadas
Gassée termina su artículo con el final de la alianza Wintel, bautizada así por sus dos componentes: Windows e Intel. Para Windows, la ventaja estaba clara y era dominar el mercado del PC con su sistema operativo. En cuanto a Intel, la compañía de silicio ponía los chips que proporcionaban mayor rendimiento y eficiencia energética que los de la competencia, así como un camino de progresión a futuro claro.
El antiguo ejecutivo arranca contando cómo Intel rechazó participar en el iPhone con sus procesadores y se deshizo de su licencia de ARM en 2006. Sobre la relación Wintel:
Ahora, Intel se enfrenta a un problema más serio: los x86 tienen mayores márgenes no por el chip, sino por el duopolio Intel-Windows, lo cual se traduce en que, siendo todas las variables iguales, los chips que no ejecuten Windows tienen márgenes más pequeños que una CPU x86. Ahora, esa unión, esa ventaja está a punto de desaparecer. Intel se va a enfrentar a SoCs ARM ejecutando Windows en ARM con aplicaciones, en cantidades al nivel del PC, a precios más bajos.
El camino, entonces, parece obvio: hacerse con otra licencia ARM y ponerse a diseñar chips con esta arquitectura para PCs con Windows. Pero ahí se encontrará no solo con márgenes inferiores, sino también con empresas como AMD, Qualcomm y NVIDIA. Lo cual empujará a una competencia mucho más agresiva que la existente en el mercado x86, donde tan solo AMD planta cara.
Desde luego, la perspectiva proporcionada por Jean-Louis Gassée al respecto de la transición a Apple Silicon es muy valiosa. Este antiguo responsable del Mac nos da una visión que va más allá de las consecuencias para Apple en este cambio. Una que tiene todo el sentido de empujar también a los PCs con Windows. Los próximos años van a ser apasionantes en el frente del ordenador convencional.
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