Por qué, tras probar otras alternativas, he regresado a Evernote

Por qué, tras probar otras alternativas, he regresado a Evernote

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Por qué, tras probar otras alternativas, he regresado a Evernote

El mundo de las notas y su potencial... Realmente no fui consciente de todo lo que se puede hacer en una aplicación de notas (en especial en un dispositivo móvil), hasta que Evernote ganó poco a poco nuestros corazones. Sí, yo era uno de esos primeros usuarios que hasta se descargaba el podcast que Phil Libin (otrora CEO) y sus secuaces grababan semanalmente.

¿Una app de notas puede despertar pasiones? Pues sí, no se sabe qué parte pasional había en esa comunicación tan cercana de Evernote y qué parte utilidad real, pero lo cierto es que la herramienta se convirtió en indispensable en todos mis dispositivos.

Sin embargo, los números no parecían salir y tras crecer exponencialmente en usuarios (la mayoría gratuitos), la nueva dirección de la compañía decidió tomar medidas drásticas: lo que antes era gratuito, pasó en buena parte a ser de pago con el consiguiente enfado de sus usuarios.

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La mejor interfaz...

Inicialmente di el salto a OneNote como muchos otros: un servicio muy similar pero además completamente gratuito. Sin embargo, nunca llegué a sentirme cómodo por completo, así que tras unos meses decidí volver a Evernote en su cuenta Plus (unos 30 euros al año) y fueron dos las causas fundamentales que motivaron el regreso: la interfaz y la integración con el resto de aplicaciones.

Basta con abrir la app en iOS para comprender por qué Evernote era superior en este terreno: de un vistazo en la parte superior se encuentran todas las opciones posibles de entrada de datos: texto, fotos, recordatorio, lista y audio. Lo mejor del asunto es que una vez comenzado con un formato de nota, se pueden añadir más elementos, es decir, que en una nota de audio se puede añadir una foto y poner un recordatorio.

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...y la integración más alta

Por otro lado, la organización de las libretas en lista me resultaba más cómoda que las pestañas de OneNote. Pero el otro gran elemento que me hizo decidirme por volver y pagando fue sin duda su gran integración con el ecosistema en el que esté instalado. En iOS, además de estar disponible mediante extensión de cara a introducir datos, Evernote hace una aplicación elegante tanto con los widgets como con la entrada de notas empleando 3D Touch.

Pronto me acostumbré a añadir fotografías pulsando sostenidamente el icono de Evernote, y de hecho, llegó el momento en el que únicamente abría la aplicación para consultar notas, sin duda el mejor síntoma de un máximo aprovechamiento de los recursos de la plataforma. En lo que respecta a la extensión, se puede crear una nota desde prácticamente cualquier punto de iOS y lo mejor del asunto es que el sistema permite seleccionar la libreta e incluso añadir etiquetas.

Han pasado dos semanas desde mi retorno a Evernote y lejos de arrepentirme, he descubierto lo acertado de mi decisión al descubrir que ahora lo uso para prácticamente todo tanto en el iPhone como en el Mac: tickets, facturas, redactar textos, crear recordatorios a partir de correos electrónicos... las posibilidades son ilimitadas. Y esto bien vale optar por una versión de pago.

Imagen | iMore

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