Vendí mi ordenador y ahora sólo uso iOS: esta ha sido mi experiencia

Vendí mi ordenador y ahora sólo uso iOS: esta ha sido mi experiencia
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"¡Hasta luego!", el mensajero se fue y tras cerrar la puerta, el silencio. La caja no ocupaba mucho, y eso posiblemente una de las mejores características del iPad Pro que se escondía dentro: lo compacto de su tamaño. En realidad, el mensajero había dado el pistoletazo de salida de un cambio de paradigma en mi forma de trabajar: iba a vender el ordenador y el iPad Pro sería mi único 'ordenador' ¿No era esto lo que pregonaba Tim Cook? Le haríamos caso. De eso hace ya más de un mes y la versión corta del asunto para quien quiera ahorrarse toda la lectura es que no me arrepiento, y de hecho, no creo que vuelva a un sistema operativo de sobremesa.

Pero que nadie piense que fue realmente un camino de rosas, también me encontré con algunas espinas, aunque en realidad, fueron tan pocas que apenas tuvieron incidencia. Como en todas las apuestas, se gana en unas cosas y se pierde en otras, la cuestión es ¿vale la pena en su conjunto el cambio? La mejor manera es analizar en detalle qué he ganado y qué he perdido con el cambio. Vaya por delante (disclaimer) que trabajo como consultor externo y paso buena parte del día de un lugar para otro y que, y esto es importante, no necesito aplicaciones de sobremesa.

Un vistazo a…
Este es el nuevo iPad Pro 2021

Qué he ganado con el cambio
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  • Simplicidad: Mi ecosistema particular se compone ahora en exclusiva del iPad Pro como equipo 'grande', un iPhone 6 Plus y el Apple Watch. Entre los tres desempeño el total de mi actividad, y al estar todos bajo el paraguas de iCloud, no me preocupo por integraciones o compatibilidades. Todo, de pronto pasa a ser mucho más sencillo, y sí, es posible que pienses que esta integración también tiene lugar en OSX, pero si todos los dispositivos son iOS todo es todavía más inmediato. Ahora más que nunca, empiezo a sacar todo el partido a AirDrop para tareas como incrustar en un documento esa foto que te han mandado por WhatsApp.

  • Rapidez: el salto a plataformas móviles tiene esta recompensa inmediata y es que todo sucede a la velocidad del rayo. Encender, ejecutar aplicaciones, el envío de documentos... Prácticamente todo sucede al instante y esto, cuando se empieza a aprovechar en el trabajo, vale oro. Debo decir que uso el Smart Keyboard en el iPad Pro, y lo considero como algo crítico a la hora de trabajar. No sólo por poder disponer de un teclado fantástico en todo momento, sino por los atajos y funciones rápidas con las que voy a velocidades de vértigo.

Lo bueno es tan bueno, que supondría un gran sacrificio volver a lo lento y pesado que resulta un sistema operativo de sobremesa
  • Comodidad: Sí, el iPad Pro es muy grande, pero cuando lo llevas en la maleta o bajo el brazo no supone ningún problema. Pesa muy poco y es como llevar un cuaderno, bastante fino, además. Sin embargo, cuando lo abres y despliegas el teclado, tienes ante ti un ordenador completo y con una pantalla de grandes dimensiones para poder trabajar al máximo obteniendo una gran productividad. Por otro lado, la función Split View sin duda ayuda muchísimo, aunque en este punto conviene aclarar que las aplicaciones de terceros están todavía muy verdes y su funcionamiento es bastante irregular.

  • Movilidad: Los que andamos todo el día de un lado a otro valoramos muchísimo los puntos fuertes en los que siempre ha brillado el iPad, y no tengo dudas en afirmar que son la duración de la batería y su ligereza. A esto hay que añadir que contraté una de esas tarifas 'ilimitadas' de datos, y con a excelente cobertura 4G que hay en mi región, en cualquier circunstancia puedo abrir el iPad y ponerme a trabajar aprovechando tiempos muertos y esperas.

    Qué he perdido con el cambio

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  • Sigue siendo una plataforma móvil: en realidad, prácticamente no he notado diferencias a peor en el cambio de plataforma, tal vez por el tipo de trabajo y aplicaciones que utilizo, pero posiblemente la parte más difícil llega cuando algunas webs o aplicaciones siguen identificando (en buena lógica, además) al iPad Pro como un dispositivo móvil. Esta parte he logrado trampearla en parte utilizando Chrome como navegador alternativo, pero todavía hay aplicaciones y sitios que no ofrecen todas las posibilidades de una plataforma desktop. Es más un problema del desarrollador que del propio iPad, pero todavía hay situaciones que generan problemas y esto puede dar cierto vértigo a algunos que ya no pueden decir aquello de "lo miro luego en el ordenador", porque ya no hay ordenador. Es un iPad, grande, pero un iPad.

  • Los puertos: Siempre he pensado que el debate sobre la carencia de puertos USB o slot para tarjetas de expansión en un iPad era estéril, porque lo cierto es que rara vez echan en falta. Lo que sucede es que cuando el iPad Pro es todo tu sistema de computación y no hay más alternativas, sí es cierto que puedan surgir problemas. Por ejemplo, para hacer una presentación en Prezi es necesario adquirir el clásico adaptador a VGA que funciona a la perfección, pero para pasar las diapositivas no queda otra que estar pegado al iPad o bien buscarse la vida con atajos. Lo cierto es que al final uno encuentra atajos para casi todo (en el caso de la proyección, empleo el iPhone como mando a distancia instalando otra versión de Prezi). Pero cuando te dejan un pendrive, o peor aún, un DVD ¿qué haces? Es cierto que son formatos en decadencia, pero todavía circulan y desde un iPad no hay opciones.

  • El precio de los pioneros: no tengo duda de que el futuro pasa por sistemas mixtos y soluciones como la planteada por el iPad Pro, pero lo malo de ser pioneros en algo es que toca sufrir la falta de preparación de algunos desarrollos y el problema que he mencionado antes con algunas webs. Ser los primeros está muy bien, pero genera, también sus problemas.

    En definitiva, en mi caso el cambio es definitivo, y ahora mismo me costaría mucho tener que abrir la tapa de un MacBook o volver a los viejos esquemas. Creo que lo bueno es tan bueno, que supondría un gran sacrificio volver a lo lento y pesado que resulta un sistema operativo de sobremesa (siempre desde la perspectiva de iOS).

    En Applesfera | iPad Pro, la herramienta de la inspiración

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