Despedido por el mismo a quien contrató: qué pasó con el CEO que menos duró en Apple y cómo fue la astuta maniobra de Steve Jobs

Despedido por el mismo a quien contrató: qué pasó con el CEO que menos duró en Apple y cómo fue la astuta maniobra de Steve Jobs

Gil Amelio llegó con una misión: rescatar a Apple. Lo logró trayendo a Steve Jobs... quién finalmente acabaría prescindiendo de él

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Gil Amelio Genio

Fue como una estrella fugaz. Su paso por Apple duró poco más de un año, desde la mañana del 2 de febrero de 1996 hasta el martes 8 de julio de 1997, cuando presentó su dimisión harto de ver cómo Steve Jobs conspiraba contra él y organizaba un "golpe de estado" para destituirlo. Pocos meses después Steve Jobs pasaría a ser el director ejecutivo interino, el 16 de septiembre. Figura que finalmente se solidificaría y daría a Jobs plenos poderes como CEO.

Hablamos de Gilbert Frank Amelio y fue mucho más que un rol de poder en Apple. Fue una figura esencial en la expansión del mercado de los semiconductores y todavía hoy se celebran algunos de sus logros, aunque Jobs nunca manifestase especial simpatía por su figura. De hecho, Gil comenzó como proveedor. Su paso para unirse a la junta directiva vino de Mike Markkula, el primer inversor de la Apple que había prescindido de Jobs. Markkula admiraba su figura y su capacidad de liderazgo dentro del mercado de los semiconductores. Entonces, ¿cómo acabó así, por qué duró tan poco tiempo en su puesto como CEO?

Gilbert Frank Amelio llegó a una Apple herida de muerte

De padres italianos, Amelio creció en Miami y se licenció en Física. Con una maestría en el Instituto de Tecnología de Georgia, sus primeros años pasarían por Bell, la mítica factoría de Graham Bell y actual propiedad de Nokia. Después trabajaría en Fairchild Semiconductors hacia 1971 y llegaría a ser el rostro visible de la National Semiconductor, una de las piezas clave en el auge de la producción de semiconductores americanos, contrarrestando el crecimiento imparable de sus análogos japoneses. Sin Amelio no se entiende aquella pugna y expansión de Silicon Valley como el cerebro computacional del planeta.

Cuando entró en Apple, lo hizo bajo una posición "política" bastante inestable. Sucedió a Michael Spindler con un sueldo de 990.000 dólares más bonificaciones, 5 millones de dólares de préstamo y un cheque de otros 100.000 para vuelos privados. Un dispendio de mucho cuidado si nos fijamos en la Apple de aquella época: 1997 arrancó con una caída del 32% en ventas, lo que supuso unas pérdidas de 120 millones de dólares.

De Amelio decían que era un directivo infalible, capaz de rescatar a una Apple que concatenaba varios fracasos financieros, incapaz de desarrollar su propio sistema operativo, perdiendo identidad y "mojo" frente a otras marcas como la Microsoft de Bill Gates, en un ambiente corporativo tan competitivo como insalubre. Lo que faltaban, como se ha dicho tantas veces a toro pasado, eran ideas. Y la suya, la decisión de adquirir NeXT, fue capital.

Pero nada más llegar las cosas comenzaron a torcerse: se quejó de la escasa liquidez de la empresa y de cierta actitud "adolescente" entre varios de los cabecillas de algunos departamentos. La realidad es que durante su mandato de fortalecieron algunas alianzas comerciales pero las acciones cayeron sin parar alcanzando el mínimo en 12 años. Apple perdió otros 708 millones de dólares en seis meses. Esta era una empresa diferente, rara.

La nueva Apple sería la Apple de Steve Jobs, otra vez

Gil Amelio En Apple

La directiva de Apple comenzó a explorar la adquisición de varias empresas para solventar la enorme deuda, incluyendo BeOS y NeXT. Apple no quería pagar más de 125 millones por BeOS aunque la empresa francesa aspiraba a hacerse con unos 300 o 350 millones. Y aunque la junta directiva de Apple se resistió a la adquisición por el elevado precio. finalmente, NeXT fue la elegida, por 429 millones de dólares.

NeXTSTEP, sistema Unix orientado a objetos con una interfaz gráfica avanzada, se convirtió en la base para el desarrollo de macOS. NeXT le dio a Apple las alas que necesitaba: ideas frescas, independencia, un OS propio. Hay un apunte que matizar: el regreso de Jobs nunca estuvo previsto en la adquisición. Sin embargo, Steve no iba a "regalar" su juguete a cualquier precio: entender la visión que tenía para el proyecto implicaba, casi indisolublemente, contratarle también a él.

Durante años, Steve Jobs negó categóricamente su participación en la marcha de Amelio si bien los hechos relatan otra historia, un complot en el que también estaba implicado Larry Ellison. Por suerte, Apple superó aquel bache y hoy encara el futuro con retos totalmente nuevos, como esos Vision Pro que esperemos no tarden demasiado en llegar a España, e incluso con ese coche eléctrico de gran autonomía que marcarán el siguiente paso de la empresa en un mercado radicalmente distinto.

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