"El objetivo de Apple no es ganar dinero". Jonathan Ive habla acerca de los días en los que Apple estuvo al borde de la bancarrota

"El objetivo de Apple no es ganar dinero". Jonathan Ive habla acerca de los días en los que Apple estuvo al borde de la bancarrota
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Jonathan Ive, el vicepresidente de diseño industrial en Apple, ha participado en el Encuentro Creativo organizado por la Embajada Británica ofreciendo una interesante charla acerca del proceso creativo dentro de Apple y los días en los que la compañía de la manzana estuvo al borde de la bancarrota allá por los años 90, resaltando la idea sobre la que giró toda la estrategia de Steve Jobs para salvarla tras su regreso.

“Estamos realmente encantados con los beneficios pero nuestro objetivo no es ganar dinero. Suena un poco frívolo pero es la verdad. Nuestro objetivo y lo que nos emociona es hacer grandes productos. Si lo logramos le gustarán a la gente y si somos operacionalmente competentes, entonces ganaremos dinero.”

De estar a 90 días de la bancarrota a superar a Microsoft y Google para convertirse en la compañía más valiosa del mundo. “Aprendes mucho sobre las cosas que son vitales para las empresas gracias a las que no lo son”, comenta Ive. Cuando Steve Jobs regresó a la compañía en 1997, su primera preocupación no fue sanear las cuentas recortando costes para generar beneficios como están haciendo ahora RIM o Nokia, sino ir a la raíz del problema. “Su observación fue que los productos no eran lo suficientemente buenos. Así que su objetivo se convirtió en hacer mejores productos.”

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“El diseño es un requisito previo”, no es una opción. “El buen diseño, la innovación, es algo realmente difícil.”, asegura Ive mientras explica que con disciplina y concentración es posible poner la atención de un artesano en productos fabricados a gran escala. “Decimos que no a un montón de cosas que queremos hacer y por las que nos sentimos intrigados para poder trabajar únicamente en una cantidad manejable de productos e invertir una increíble cantidad de atención en cada uno de ellos.”

Hablando sobre el artista Augustus Pugin, famoso por sus críticas dirigidas a la producción en masa durante la revolución industrial, Ive comenta: “Pugin sentía que no había divinidad alguna en hacer las cosas en masa. Estaba completamente equivocado. Puedes hacer una silla sin cuidado, sin pensar, y no tendrá el menor valor. O puedes hacer un teléfono [que eventualmente pasará a ser producido en masa] invirtiendo años de cuidado e involucrando a un montón de gente tremendamente motivada para hacer el mejor teléfono, uno que vaya más allá de cualquier tipo de imperativo funcional, otorgándole un valor increíble.”

“Hacer un diseño realmente genial es muy dificil. (…) Si intentas hacer algo nuevo, encuentras retos en cada esquina”

Equipo de diseño industrial de Apple

Ive no encuentra las palabras para describir lo emocionado que se siente al formar parte del proceso creativo. “Pienso que es notable que en algún momento del martes por la tarde no haya una idea y de repente surja. Invariablemente se inicia como una idea tentativa, apenas formada que se convierte en una conversación entre un par de personas”.

Más tarde Apple construye un prototipo que encarna la idea y es entonces cuando esta pasa por “una transición increíble”. “Vas de algo provisional y exclusivo a algo tangible y, por su naturaleza de ser una cosa, dispuesto en una mesa donde la gente puede sentarse a su alrededor y empezar a entenderlo. Se convierte en algo inclusivo que humaniza y señala la dirección en la que esforzarnos”.

Ive concluyó su exposición reiterando algo que Phil Schiller, el vicepresidente de márketing mundial de productos de Apple, también ha declarado en un foro bastante menos amistoso; como testigo en el mediático juicio que enfrenta estos días a Apple y Samsung por el plagio al diseño del iPhone y el iPad. “Nosotros no hacemos estudios de mercado” ya que están convencidos que “tan solo garantizan la mediocridad”.

En su testimonio, Schiller profundiza algo más en el tema afirmando, bajo juramento, que Apple no utiliza estudios de mercado, grupos focales y otras técnicas comerciales de ese tipo. “Eso no juega ningún papel en la creación de los productos. (…) Nunca le preguntas a la gente qué características quieren en un nuevo producto. Necesitas descubrirlo por ti mismo.” Sin duda, otro de los mantras más arraigados en el ADN de la compañía y que Steve Jobs no dudaba en reiterar. “Es difícil para los clientes decirte lo que quieren si nunca han visto nada remotamente parecido antes”, una frase que el co-fundandor de la compañía solía acompañar de una apropiada cita de Henry Ford: “Si le hubiera preguntado a mis clientes que querían, me hubieran dicho que un caballo más rápido”. Eso sobre todas las cosas es lo que hace a Apple diferente.

Vía | Wired
En Applesfera | Apple y la importancia de dedicarnos a aquello que nos inspire

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