Matthew Vaughn es un director "complicado", por usar un adjetivo que se ajuste a lo que él mismo querría. Películas como Stardust (2007), Kick-Ass (2010), X-Men: primera generación (2011) o la saga de 'Kingsman' dejan bien claro su amor por el mundo del cómic y su anhelo de trasladar esos ritmos y esas estéticas al mundo del cine. Y la verdad es que su última película es la más salvaje y comicquera de todas: Argylle, que estará disponible durante las próximas semanas en Apple TV+, es una auténtica salvajada visual, divertidísima y llena de rostros conocidos que se lo pasan como nunca frente a la cámara.
Porque el elenco no podría ser más ambicioso, popular y, sobre todo, sexy: un Henry Cavill peinado como un malo malísimo de los 80. John Cena haciendo de John Cena y Dua Lipa hiperexplosiva. Un Sam Rockwell desatado como no veíamos desde 'Asfixia', Bryce Dallas Howard dándolo todo como es habitual y Bryan Cranston que vuelve a su faceta más loca como padre de Malcolm dejando atrás su eterno Walter White. Por si fuera poco, se suman estrellas míticas como Catherine O'Hara o Samuel L. Jackson para completar un plantel de vértigo.
'Argylle' no es ningún despropósito, es un placer de ver en el cine
'Argylle' es uno de esos requiebros metaficcionales que tanto le gustan a Matthew Vaughn. Dicho en cristiano, va de que una solitaria autora de novelas de espionaje acaba metida en una trama de espionaje donde se juega algo más que su carrera. De hecho, se verá metida hasta el fondo en una red internacional de espías porque, no sabe ni cómo, su última novela rima perfectamente con hechos que han sucedido en la realidad.
Perseguida por todo el mundo, esta autora —Elly Conway, interpretada por Bryce Dallas Howard—, junto a su colega Aiden —interpretado por el oscarizado Sam Rockwell— y su gato Alfie, tendrán que adelantarse a los pasos de los asesinos que quieren darle caza y hacer realidad una trama que una vez solo fue ficción. Y funciona, vaya que sí. Al fin y al cabo, este giro se ha dado decenas de veces en la realidad. Solo hace falta recordar otros clásicos del género como 'El topo' (John Le Carré) o 'Toda la verdad' de Karen Cleveland, la autora que en antes trabajó para la CIA.
Argylle sufre de haber aterrizado en cines —con un estreno nbastante contenido y una competencia feroz, con los Oscars a la vuelta de la esquina. Pero la película de Vaughn se sacude los estereotipos para definir una comedia de acción con romanticismo clásico sin perder esa personalidad que caracteriza al cine de autor. Porque sí, esto tiene el carácter del cine autoral, como el de Brian de Palma o John McTiernan. Y no es decir poco.
Como han puntualizado nuestros compañeros de Espinof, 'Argylle' es muy divertida y bien se merece dedicarle los casi 140 minutos que dura. Qué narices, cuántas veces nos ponemos indulgentes con películas mucho más arquetípicas y poco arriesgadas por el simple hecho de proceder de autores canonizados. Vivan los bailes sensuales y vivan las ideas que sobre el papel no tienen sentido pero en la gran pantalla se convierten en auténticos fuegos artificiales.
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