A partir de iOS 15 y iPadOS 15, el ajuste de anuncios personalizados forma parte del proceso de configuración de los nuevos dispositivos. Un ajuste que muchos usuarios escogen desactivar, lo que, según las métricas internas de Apple, tiene un impacto prácticamente nulo en el desempeño de las campañas publicitarias y en los beneficios de ellas.
Mismos resultados de conversión con o sin personalización
En los últimos años, parece que se ha establecido un binomio clave en cualquier producto: privacidad-publicidad. Si un servicio es privado, no puede tener anuncios. Si un servicio tiene anuncios, no respeta la privacidad del usuario. Esto es así por cómo se ha implementado la publicidad en la web, pero ni de lejos, ni de muy lejos, es real.
Apple demuestra en sus propias plataformas que la privacidad y la publicidad pueden ir de la mano para ofrecernos servicios interesantes, para permitirnos descubrir contenido y todo respetando nuestra privacidad. Los números para respaldar estas afirmaciones llegan del App Store, donde los desarrolladores pueden pagar por colocar anuncios de sus apps en los resultados de búsqueda.
En una presentación de Apple para anunciantes, filtrada por MacRumors, la compañía de Cupertino explica que durante el primer trimestre de 2022 el 78% de los usuarios de iOS 15 y iPadOS 15 han desactivado los anuncios personalizados (en los países donde los anuncios están disponibles).
Esto significa que solo el 22% de los usuarios optando a que se pueda usar el historial de descargas y los términos de búsqueda para personalizar los anuncios. Pese a esto, los Search Ads, tienen un ratio de conversión medio del 62,1% para aquellos usuarios que han activado la personalización, frente a un 62,5% para aquellos que han decidido desactivarla.
Dicho de otro modo. Los usuarios que ven anuncios no personalizados ganan, por poco, a los que sí los ven personalizados, y como resultado hacen clic más a menudo y encuentran la app que les interesa descargar. Sin duda noticias interesantes ahora que la privacidad está en la mente de todos, mientras que muchos servicios necesitan apoyarse en la publicidad para seguir siendo rentables. La conclusión es clara: privacidad y publicidad sí pueden coexistir. Para el beneficio de todos, además.
